El OjO Al Blanco del Real Madrid 92 – 76 Montakit Fuenlabrada: Lo de menos fue el resultado

Una crónica de: @Javirodespi planetacb

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Si nos quedamos con lo que dice el marcador al final de los cuarenta minutos de rigor, está claro que hubo un equipo superior al otro y con un margen de puntos, más o menos lógico, viendo los méritos desarrollados por uno y por otro. Dieciséis puntos no fueron la peor renta que pudo llevarse Montakit Fuenlabrada ante un Real Madrid que supo contemporizar y ahorrar fuerzas ante las batallas que llegan, pero, más allá del resultado, hubo muchas historias en este duelo y que vamos a tratar de descubrir en este OjO Al Blanco.

Reencuentros y respeto

El inicio estuvo marcado por muchos reencuentros, donde destacamos principalmente a dos, la charla entre dos jovencitos de esto como son los eslovenos Luka Rupnik con Luka Doncic y el primer partido en que dos mexicanos se veían la cara en un encuentro de ACB: Gustavo Ayón y Paco Cruz. Todo ello con una previa en que las 8.412 almas mostraron un respeto por todas las víctimas del accidente aéreo de Chapecoense y en el que, si podemos pedir, rogaríamos que se bajara un poco la música que acompaña el minuto de silencio, un poco estruendosa para nuestro gusto.

Los siete minutos de Sergio Llull y la ausencia de Draper

Tardó menos Jota Cuspinera en pedir su primer tiempo muerto (con 1:24 jugado) que lo que estuvo Llull en pista (solo siete minutos), en el caso del coach fuenlabreño, nada más colocarse los blancos con 7-0 inicial, se le aparecieron fantasmas de otros partidos en que el equipo recibía una paliza sobrehumana y había que cortar la sangría de alguna manera. En el del menorquín, unas molestias en la rodilla obligaban a Laso a dejarle ya sin jugar ni un minuto más y el Madrid se plantaba en el partido con un único base y otro de emergencia, Rudy Fernández, ambos fueron suficientes para la batalla que plantearon los visitantes.

El día de los alley-oops

En un día muy propicio para el espectáculo, con el Madrid dominando el juego sin poner toda la carne en el asador, con rotaciones en todos sus puestos, salvo el del base y con un rival que, en muchos momentos , parecía que andaba pensando en próximas batallas como su visita a Bilbao o recibir al ICL Manresa, todo confluía para el espectáculo y ahí la estrella principal fue esa figura inventada por los americanos llamada alley-oop y que nos dejó vuelos de auténtico nivel ya fuera con Othello Hunter, Jeffery Taylor o inclusive el propio Doncic a pase del «base» Rudy, señal de que la fiesta fue tranquila para los locales, justo lo que necesitaban tras la visita a Estambul del jueves pasado.

El ansia de ganar destruyendo  

No creemos que Laso tenga ni una sola queja de sus chicos en el día de hoy, principalmente por algo más allá que va de los fallos o aciertos en el partido, sino en las ganas que se dejaban cada uno de los jugadores en que ningún balón se marchara fuera (especial mención a Doncic que se dio de bruces en la zona VIP, a Hunter que casi se carga a la cheerleader Lucía Arrastia y a Gustavo Ayón que le faltó poco para dejar a Planetacb sin su fotógrafa Virginia Pacheco que, ante el titán acercándose a velocidad inusitada, solo le quedó proteger su cámara y rezar). Afortunadamente ninguna de las tres acciones tuvo pérdidas irreparables pero sí nos dio la muestra de lo que es este Madrid, alguien en que ningún jugador da un solo balón por perdido y que, si alguno se despista en algún balance defensivo u ofensivo, ahí está la vehemencia del entrenador para recórdarselo adecuadamente, vaya como vaya el marcador.

Veintitrés jugaron, veintitrés anotaron

La buena noticia para Fuenlabrada fue la recuperación para la causa de Blagota Sekulic que volvía a la competición tras mes y medio parado, comprobando como Xavi Rey se ha hecho con un puesto en la rotación de manera más que solvente y que eso ha conducido de forma irremediable a un puesto muy lejano en el banquillo al bueno de Chema González que fue el único de los 24 jugadores hoy en pista que ni jugó ni, evidentemente, anotó. Del resto que sí pisaron la cancha, todos tuvieron minutos de juego, inclusive un Álex Suárez que va mostrando menos nervios y no se deja llevar por el fallo, como demostró con la consecución de un triple tras tres errores anteriores, señal de confianza en sus posibilidades.

Dejamos a Luka Doncic para el final

Hablar del esloveno y de su papel en el Madrid, con todo lo que llevamos dicho, ya nos parece un poco abusivo (aunque seguiremos haciéndolo), lo bueno es que Pablo Laso siempre dice en las ruedas de prensa «es que siempre me preguntáis por él, pero bueno, es algo normal y que acepto» y menos mal que no leerá esta crónica, que si no, seguro que esboza una sonrisa pensando que tenemos razón, no obstante, la impresión es que la cosa no tiene fin con Doncic, habrá días en que se le dirá que todavía no tiene el nivel como ante Fenerbahçe y otros como hoy en que le vemos a la altura de Magic Johnson, nosotros queremos pensar que sigue con su progresión y eso es buena señal. Está claro que estamos ante un jugador especial que, por encima de todas las cosas, demuestra una madurez increíble en relación a su edad, como así ha hecho hoy dando una nueva lección desde el puesto de base, por lo que ahora, solo podemos decir que siga así la cosa por el bien del baloncesto y que los aficionados que nos citamos para verle, sigamos disfrutando con su saber estar, eso será una buena señal.

Así nos vamos por hoy que volvemos el jueves 8 con la vuelta de Augusto Lima vistiendo la camiseta de un Zalgiris dirigido por el otrora «enemigo» de los blancos Sarunas Jasikevicius, pero, mientras eso llega, ya saben, sigan sonriendo.