Un articulo de: @eldiariodemou
Tras unos dias nervioso por fin llego el gran dia, uno de sus sueños por fin iba a hacerse realidad. Esa noche apenas pudo dormir, estaba inquieto, nervioso, no veia la hora de agarrar su mochila con algo de ropa y algun tentenpie y coger el autobus con destino a Madrid. Por fin llego la hora, era el dia… Eran las dos de la madrugada de un lluvioso sabado de Noviembre y aquel hombre con la ilusión de un niño, partia alegre y risueño hacia la estacion.
Fuerón cuatro interminables horas de viaje hasta llegar a su destino, la capital del reino le esperaba. La inmensa Madrid parecia suya. Casi podia tocar con la mano lo que durante tantos años habia estado esperando. Tras la llegada a Mendez Alvaro, la primera alegria del dia le aguardaba. Un amigo al que tan solo conocia de interminables y desternillantes conversaciones a traves de Skype o Whatsapp le estaba esperando. Ambos se fundierón en un gran abrazo con la alegria de poder conocerse por fin en persona. Cabe decir que su amigo era el «culpable» de que despues de tantos años, su sueño pudiera hacerse realidad. Desde Mendez Alvaro al Metro, el circular de la Linea 6, hasta Nuevos Ministerios. Tras desayunar y resguardarse de la torrencial lluvia que caia en Madrid, pusierón rumbo al templo, el Santiago Bernabéu.
Toda una vida soñandolo y por fin estaba ante las puertas del cielo. Un escalofrio recorrio su cuerpo, no podia creerlo, la ilusión de toda una vida iba a hacerse por fin realidad. Junto con otros dos amigos que se sumarón a la visita al templo, se dispusó a recorrer las entrañas del estadio. Eran aproximadamente las 11:15 de la mañana cuando por primera vez pisó el interior del Bernabéu. Disfrutó insitu de la enorme grandeza del club de su vida, los trofeos, la historia del club más grande del mundo… estaba ahi, no podia creerlo, apenas podia parpadear ante tanta grandeza. Tras recorrer las diferentes salas y sentir aun más el orgullo de ser madridista, llegaba el culmen, tras bajar unas escaleras y por un vomitorio del estadio divisó las gradas y el cesped. Por un momento parecio faltarle la respiración, el pulso se le aceleró, y sus ojos se llenarón de lagrimas. Tan solo unos metros le separaban de un escenario majestuoso. De repente un dia desapacible, gris y lluvioso se torno para él en una soleada mañana de verano. Alli estaba él, oliendo el cesped y admirando la inmesidad del estadio… en ese mismo instante penso: «Podria morir ahora mismo y seria el hombre más feliz de la tierra».
Jamas imagino sentir esa sensación de felicidad, de grandeza, de plenitud. Recorrio parte de la grada, el palco de autoridades, los banquillos y disfruto de cada segundo de aquella mañana en su estadio, en el de todos los madridistas. Fuerón aproximadamente dos horas las que paso aquel hombre en su cielo particular, «si existe un paraiso no debe de ser mucho mejor que esto» pensaba. Y llego la hora del hasta pronto, si tan solo un hasta luego… ya que junto a varios de sus amigos iba a poder vivir en ese estadio y ese mismo dia un partido de su Real Madrid. Sin ganas de marcharse, encamino la salida del estadio para la tercera alegria del dia, conocer y pasar unas horas con otro grupo de amigos «del internet» a los que no conocia. Fuerón unas horas geniales, entre risas, cervezas y madridismo, mucho madridismo. Tras despedirse de varios de ellos, volvió de nuevo al templo junto con tres de sus compañeros para disfrutar de un partido de su Real Madrid.
Estadio Santiago Bernabéu. LaLiga 2016/2017, Jornada 13, Real Madrid CF – Real Sporting, 3er Anfiteatro Fondo Norte, Vomitorio 525-N, Sector 527, Fila 0003, Asiento 0028, Puerta D. Asi rezaba la entrada que sostenia en su temblorosa mano. Tras haber visto la inmensidad del estadio vacio, todavia le impresiono más verlo con las gradas repletas de gente. Durante más de dos horas sintio, sufrio y finalmente disfruto del triunfo de su equipo. Para él lo de menos era si el equipo habia jugado mal o bien, si Zidane habia acertado en los cambios o no, si Benzema habia hecho un partido horrible… lo importante era que estaba alli y habia podido vivir por fin en el Bernabéu un partido del equipo al que ama y el cual forma una parte muy importante de su vida.
Y asi fue como aquel hombre vio cumplido su sueño. Un dia que jamas olvidare y que espero poder repetir sin tener que esperar otros 42 años. Desde aqui quiero dar las gracias en primer lugar a Ibra, su empeño hizo posible todo esto. Eres muy grande hermano. A Hassan quien sin conocerme de nada me abrio las puertas de su casa. Y a todos los que me acompañarón en este dia inolvidable… Luis, Charlie, Teresa, Raquel, Jose, Felipe, Sergio, Maika, Celia… creo que no me olvido de nadie, si es asi disculpadme. Mil gracias a todos, por las risas, el cariño y por ser como sois.