Un articulo de: @luismanper
Estamos a principios de octubre en pleno parón de selecciones, y los madridistas asistimos atónitos al sainete de escándalos continuos en los que se ha convertido nuestro equipo y su famoso entorno que diría el gran Johan Cruyff. En lo que llevamos de temporada estamos viendo estupefactos las distintas polémicas achacadas a la presunta mala relación de Benítez con algunos jugadores, alimentadas a veces por el propio Benítez y otras veces por jugadores pirómanos como nuestro actual capitán, pero es mejor que nos paremos a recapitular las movidas que llevamos hasta ahora:
La primera movida de la temporada llegó en la primera jornada cuando Benítez decidió que James empezara el partido contra el Sporting de Gijón desde el banquillo, como todos recordamos el partido de El Molinón acabó 0-0 y al míster le llovieron chuzos de punta por no haber apostado por el mediapunta colombiano desde el principio. El siguiente partido fue mucho más plácido y endosamos un 5-0 al Betis, pero algunos tampoco tenían la satisfacción completa porque ese día en la alineación sólo figuraba Sergio Ramos como español y, algunos como Isidoro San José saltaron a la yugular de Benítez por no haber sacado a ningún canterano en esa alineación, las críticas del mencionado exjugador a Danilo para intentar defender a Carvajal no hacen ningún favor al lateral del Leganés, y nos anticipa las broncas futuras que Benítez recibirá cuando pueda sacar su once de gala, es decir, el que puso contra el Betis por más que a algunos les duela que en el once de gala no haya canteranos y solo haya un español.
Tras ese partido llegó el primer parón de selecciones y de él volvieron lesionados para largo tiempo tanto James Rodríguez como Danilo (el tema de los lesionados con las seleccionadores da para varios artículos, porque esto es mucho más indignante que poner la otra mejilla cuando te están apaleando). Pero el caso es que 2 piezas claves del equipo y 2 españoles como Isco y Carvajal tuvieron su oportunidad para ganarse el puesto, algo que no han hecho porque sólo se les ha visto destellos en jugadas puntuales que han supuesto asistencias como las que dio el malagueño a Benzema contra el Granada o a Cristiano contra el Malmoe y la que dio Carvajal al francés en el pasado derbi contra el Atleti.
Pero había que sacar polémica de algún lado, y una rueda de prensa en la que Benítez no expresó con la suficiente claridad que Cristiano es el mejor jugador que ha entrenado a lo largo de su carrera sirvió a periogolfos como Pedrerol para iniciar una cacería contra Benítez, con la que bombardeaban día sí día también indignándose por qué el entrenador no reconocía que jamás había entrenado a nadie mejor que Cristiano, llegaron a mandar a su esbirro culé a preguntarle a Luis Enrique si Messi era el mejor jugador que había entrenado nunca, para así intentar dejar en evidencia a Benítez, la verdad es que más patético que algunos periogolfos no se puede ser.
Al final acabaron consiguiendo que pasara por el aro, y nuestro actual entrenador acabó reconociendo que nunca había entrenado a nadie mejor que Cristiano y que el luso es imprescindible en su sistema, pero he aquí que llega nuestro actual capitán a pasarse por el forro de los cojones el principio de autoridad que rige en toda empresa, y suelta que él cree que en el fútbol no hay nadie imprescindible. Confesión muy creíble si la hubiera expuesto el año pasado cuando Ancelotti reconocía día tras día que la BBC era “innegociable”, pero entonces se calló porque Carletto le tenía satisfecho.
La movida de Cristiano se amansó, y los periodistas decidieron crear una polémica irreal dando el coñazo de por qué Jesé Rodríguez había dejado de tener minutos (parafraseando el título del famoso libro, La Sombra de Ginés Carvajal es alargada, entre los periodistas) y siguieron insistiendo a Benítez el por qué de su suplencia hasta que el técnico parleño decidió ponerlo de titular contra el Málaga para cubrir la baja de Bale.
Y llegamos al derbi, Ramos fuerza una vez más y juega infiltrado, la caga enormemente regalando un penalti escandalosamente absurdo al Atleti, que no fue gol porque se nos apareció la Virgen en forma de Keylor Navas, y el portero costarricense detuvo el penalti a Griezmann, el Real Madrid mantuvo su ventaja hasta el minuto 83 en la que una inexplicable pérdida de balón de Arbeloa unida a una necesaria cobertura de Kroos que nunca llegó (el pésimo estado de forma del centrocampista alemán merece capítulo aparte), el Atleti empata a 1 y no gana porque Keylor volvió a realizar una intervención prodigiosa para evitar que Jackson culminara la remontada del Atleti con un fenomenal trallazo desde fuera del área.
El resto de la historia la sabéis todos, la torpeza de Benítez acudiendo a 2 radios distintas el día siguiente al partido a comentar los pormenores el derbi, desembocó en que cayera infantilmente en la trampa de José Ramón de la Morena y le reconoció al bizconde que la jugada del derbi que más le enfadó fue el ridículo error de Canelita, los correveidiles de turno fueron con la cantinela a la concentración de la selección del día siguiente, diciéndole a Ramos que Benítez le había reprochado su mala actuación global en el partido, cuando de lo que único se quejó el entrenador fue de su error garrafal. Pero como las neuronas que tienen Ramos son las justas para pasar el día, en vez de contestarle a sus amigos periodistas que dirá su opinión sobre lo que dijo Benítez cuando sepa con exactitud lo que su entrenador dijo, el camero disparó con bala y recordó que no solo su evidente fallo influyeron en el empate final si no también los cuestionables cambios que realizó Benítez durante el partido.
Todos estos líos que he enumerado los ha tenido la plantilla a principios de octubre, y con resultados más o menos aceptables, aunque puedan ser mejorables, que lo son. Absoluto pánico tengo de lo que tendremos que aguantar cuando tengamos alguna mala racha o perdamos algún título, es aterrador pensar en la cantidad de movidas que llevamos para estar a principios de octubre, y las que surgirán en los 8 meses que restan de temporada como la situación no cambie radicalmente, que no lo parece.