Un articulo de: @JorgePlatero97
No ha habido remontada. No se ha obrado el milagro ansiado por los culés y como era de esperar, el Barça ha sido eliminado en cuartos de final de la Champions por la Juventus. Tal vez haya sido una eliminación anunciada y alargada por Aytekin y Unai Emery, pero una eliminación justa y premonitoria viendo cómo juega el equipo de Luis Enrique en la actualidad. Por segundo año consecutivo, el Barça no llega a semifinales de la Copa de Europa.
<<Fin de ciclo>>. Esta es la frase que pronunciaba constantemente Frédéric Hermel y que pronosticaba el fin de un Barça glorioso y repleto de éxitos. Hace algo más de 6 años desde que Hermel predijese la debacle blaugrana, y seguramente era algo precipitado en su momento, pero en la actualidad ese <<fin de ciclo>> viene como anillo al dedo.
El Barça ha perdido su hegemonía en el mundo, en Europa y, aunque a muchos duela, en España. Ya no es el equipo que asustaba a sus rivales por su juego y efectividad. Ha ido desinflándose año tras año, siendo cada vez más vulnerable y más fácil de ganar. Si aquel Barça de Guardiola y Xavi se enfrentase al actual Barça de Luis Enrique y André Gomes, seguramente veríamos una humillación flagrante que quedaría para la historia.
La pérdida de jugadores clave, como Xavi o Puyol, que representaban el Barça que bocetó Johan Cruyff y que maquetó Pep Guardiola ha hecho mella en el equipo de la ciudad condal. El Barça no ha sabido encontrarles un sustituto y ha perdido ese aura y esa esencia que le hizo dominar Europa durante muchos años.
La directiva culé tampoco ha sabido hacer frente a las transformaciones que sufría el club de manera acelerada. Por lo que la situación se ha agravado aún más. Envueltos por los jaleos judiciales y por las peleas internas, los «peces gordos» del Barça no han fichado bien. Han querido sustituir a Puyol con Mathieu o Vermaelen y a Xavi con André Gomes o Rafinha. Y claro, esto es como pasar de tener fibra óptica de 300 MB a tener ADSL del malo. El equipo se ha quedado descompensado y corto, no hay alternativas para Luis Enrique. Si comparamos el banquillo que tenía el entrenador asturiano en la eliminatoria de Champions con el que tenía Zidane, probablemente entendamos muchas cosas. El Madrid ha «ganado» a su máximo rival en el mercado y ha conseguido tener a los mejores mediocentros del mundo. El Barça ha pasado de ser el mejor en el medio, a ser un equipo mediocre e insípido en ese puesto.
Además, Luis Enrique tampoco ha sabido pilotar al vestuario. El legado que dejó Guardiola ha abarcado mucho tiempo pero como todo en la vida tenía fecha de caducidad. Por supuesto, «Lucho» habrá puesto su granito de arena pero poco sirve al tratarse de un equipo como el Barcelona. Luis Enrique ha hecho del Barça a un equipo previsible y sin un estilo definido. Se ha movido entre dos aguas; la posesión y el juego vertical. Y al final, se ha ahogado. El palmarés de Luis Enrique avala su buen paso por el Barça pero eso es un hecho aislado. El proceso en su conjunto es que ha ganado más títulos las individualidades de los jugadores del Barça y las debilidades de los equipos europeos que el juego conjunto del equipo
Sin referentes y líderes, sin banquillo, sin un estilo definido y actualizado al fútbol de hoy día… Multitud de problemas sin resolver a lo que se suma un Real Madrid que cuenta con una plantilla brillante y ganadora.
El entorno culé en vez de intentar arreglar estos problemas se ha dedicado a maquillarlos a través de excusas y llantos. Que si manos negras, que si intereses ocultos, que si arbitrajes negativos… Y así, ciento de conspiraciones masónicas hasta construir un Barça acomplejado. Un Barça que no se fía de su juego ni de sus jugadores sino que está más pendiente del árbitro o del rival. Los mensajes de Piqué y la altanería de la directiva del Barça son una muestra de ello.
El Barça se niega a reconocer que ha perdido el «trono» y prefiere vivir en una mentira que le trae más disgustos que alegrías. Y es que el Barça debería saber que los complejos son la fuente de las debilidades.