El OjO Al Blanco del Anadolu Efes 78 – 80 Real Madrid: Todo en contra salvo la juventud salvadora

Una crónica de: @Javirodespiplanetacb

Para comentar el partido de hoy podríamos hacer tantas intrahistorias que casi necesitaríamos un libro más que nuestra típica extensión del OjO Al Blanco, pero es que pasaron tantas cosas en el encuentro, unas muy buenas para los blancos y otras tan malas, que vamos a hacer un esfuerzo ímprobo para resumirlas todas en un encuentro que el Madrid tuvo todo en contra salvo la juventud…de Luka Doncic.

Cambiamos de rodilla

Baja de última hora en la expedición blanca, Sergio Llull se resintió de la rodilla contraria a la que le había dejado sin jugar los últimos partidos, si bien parece que son molestias que se acrecentaron tras el partido ante Real Betis, la precaución ante lo desconocido obligó a Laso a descartarle en unión de Alex Suárez a la espera de hacerse las pruebas correspondientes en la capital de España.

El miedo a lo desconocido

Había respeto a la salida del Madrid en Estambul, seguramente por los recuerdos de las dos últimas visitas y encima sin el base menorquín en sus filas, que obligó a que el equipo blanco se fijara al principio en sus jugadores interiores ante un Anadolu que sacó a relucir una de sus principales características, un juego físico en que parecía que las faltas solo caían en el lado blanco, acabando el primer cuarto con dos faltas tanto Ayón, Carroll y Maciulis (éste último con una técnica irrisoria).

De patio de instituto

Si en Euroliga existiera la versión de Shaqtin a fool, habría material suficiente en el segundo cuarto para sacar un programa completo, creemos que hacía muchos años que no veíamos tal cantidad de errores en un partido de liga profesional de élite donde los fallos se sucedían sin parar, con pases a lo loco, tiros errados con el lanzador librado, balones robados por deméritos ofensivos, en resumidas cuentas, un cúmulo de despropósitos donde hubo uno que fuel el más listo de la clase, Othello Hunter fue capaz de demostrar control ante el descontrol y ser uno de los mejores tanto a nivel defensivo como ofensivo, siendo pieza básica de que el Madrid se fuera al descanso uno arriba.

Inexplicable

Los lectores habituales de nuestro OjO sabrán que no solemos cargar las tintas sobre los colegiados, pero en este caso y con la victoria en el bolsillo, no podemos por menos que levantar la voz ante el deleznable arbitraje que sufrió el Real Madrid en Estambul, con un criterio completamente variable en la señalización de las antideportivas donde un intento de jugar balón o apartarse de la jugada (Reyes y Ayón) eran señaladas como tales, mientras que un intento de robo a mano de bote más alejada durante una persecución de más de cuatro metros (a Luka Doncic) era pitada como una falta normal. Todo ello provocó tal grado de desquicio en el banquillo madridista que las técnicas caían como fruta madura y sin ningún tipo de pudor. Una actuación en que la Turkish Airlines Euroleague debería tomar nota para evitar semejantes espectáculos que solo provocan un detrimento del espectáculo.

La hora de los valientes y el jovenzuelo

En ese ambiente hostil, con todo en contra, con un equipo desquiciado por lo que estaba pasando, existiendo jugadores que no asumen el rol que deben tener (mención especial a Randolph y Draper), al Madrid solo le quedó encaminarse a la heroica para no desconectar de tal forma que ya fuera imposible luchar por el partido, y a fe que lo hizo gracias a que en la cancha hubo un base en mayúsculas, el esloveno Luka Doncic tuvo la sangre fría de tomar la responsabilidad en el juego, enfrentándose a Heurtel en ese 1×1 que tiene imparable y contando con la ayuda de un Rudy Fernández que, si bien no está en su mejor momento en cuanto el tiro, sí que sirvió desde el trabajo defensivo y el abrir espacios en ataque, para que el joven Luka tuviera la suficiente visión de saber qué tenía que hacer con el balón y jugar un soberbio partido con jugadas tan meritorias como las que le pusimos aquí.

Un tapón para conquistarlos a todos

Con un partido llevado al extremo, donde todo se complicaba hasta el punto de que una pérdida de Carroll daba la última posesión al Anadolu, surgió la figura del titán para emerger ante una carrera loca de Heurtel que buscaba el aro como un poseso y que fue driblando a todos los que salieron a por él, pero Gustavo Ayón, con 4 faltas en su haber fue capaz de tener el timing perfecto para colocar un gorro que habrá dejado al gran base francés con muy mal sabor de boca a pesar de su buen partido y al Madrid con una balsámica victoria ante las últimas derrotas.

Así terminamos por hoy, podríamos citar muchas más cosas como las buenas rotaciones que dieron Taylor o Thompkins, o el buen trabajo de Maciulis, pero nuestro último pensamiento va para Andrés Nocioni, un tío que salió con una sonrisa de oreja a oreja y sin haber jugado ni un minuto, muestra de lo que es estar en un equipo. Vaya para él nuestro respeto y admiración.

Nos despedimos del OjO hasta un 2017 que va a traer nuevos cambios para Planetacb y que ya les contaremos en su momento, por ahora solo les pedimos su confianza y, sobre todo, su sonrisa.

Feliz año.