Una crónica de: @MiedoEscenico2
La visita al Nuevo Vivero del Real Madrid Castilla le ponía frente al mejor equipo del grupo, con una ventaja significativa en cuanto a puntuación, y más experiencia que los cachorros madridistas. Raúl presentó, en un estadio lleno de público (algo a lo que los chicos no están muy acostumbrados), una alineación con Fuidias; Santos, Gila, Chust, Pablo Ramón; Blanco, Morante, Arribas; Marvin, Hugo Vallejo y Latasa. Un centro del campo jugón, bandas con desborde y una defensa expeditiva, todos ellos vestidos de rosa chicle. Ideal para estas circunstancias, también influidas por la sanción a Miguel Gutiérrez por la expulsión frente al Extremadura.
En los primeros minutos, el Castilla tuvo más el balón, aunque el Badajoz llegaba con peligro, forzando un par de córners y una jugada en profundidad que acabó con un remate fuera de Aquino. En el minuto 9, la pelea de Hugo Vallejo contra todo el flanco izquierdo blanquinegro acabó en córner, que se sacó sin consecuencias. Se mascaba la tensión, con fútbol precipitado y poco elaborado en general, por parte de ambos conjuntos. Tan tenso que, en el minuto 14, una penetración del lateral izquierdo pacense, Tomás Sánchez, acabó con una guadaña de Gila que el árbitro consideró penalti. Aquino lanzó el penalti a la derecha, y Toni Fuidias estiró sus brazos elásticos, como Mister Fantástico, y desvió el balón, en un paradón impresionante.
Un día de estos alguien tendrá que hablar de la gestión de la portería que está haciendo Raúl, porque está decidiendo alternar según su criterio, y utilizar tanto a Luis SuperLópez como a Toni Fuidias, con F de Fantástico, y recuerda aquella época en que Mariano García Remón y Miguel Ángel se repartían los minutos como guardametas del primer equipo, respondiendo a la perfección cuando se requerían sus servicios. El caso es que el penalti parado le dio algo de ánimo al equipo rosa, pero no acababa de hacer funcionar su central de operaciones. Blanco era prácticamente invisible, Morante alternaba buenos gestos con cierta fragilidad defensiva, y Arribas aparecía muy esporádicamente, pero sin ser decisivo.
Solamente Hugo Vallejo generaba algo de peligro, pero solía ser en aventuras individuales que no acababan de concretarse en nada efectivo. Por el contrario, el equipo pacense iba ganando terreno, dominio y control sobre lo que ocurría. Llegaba poco a poco y, en un córner en el minuto 23, se adelantó mediante un cabezazo de Pablo Vázquez. El 1-0, la verdad, no alteró en gran medida el desarrollo del partido. El Badajoz seguía buscando su clasificación, aparte del pequeño orgullo de batir al filial blanco, mientras que el Castilla era consciente de que éste era el partido más difícil de esta fase de la competición, y que cualquier punto obtenido sería un tesoro para el filial.
Blanco, dado que no le dejaban construir, empezó a dedicarse a su otra virtud, recuperar, y se fue lanzando con decisión a interrumpir el juego blanquinegro en el último tercio del campo. Lo cierto es que el Badajoz de Estévez estaba muy bien distribuido en el campo, y no necesitaba grandes esfuerzos para cortocircuitar lo que intentaban los de rosa. A la primera que Blanco tuvo dos balones de cara, tiró una pared e hizo un cambio de juego que permitió a Pablo Ramón forzar un córner, a la media hora de juego, y dar algo de sensación de peligro.
Después, el Badajoz volvió a recuperar el mando y el problema básico para el filial madridista era que no conseguía salir con peligro al contraataque, al menos, para meter algo de miedo al rival. Blanco se desquiciaba, recolocando a la defensa, buscando combinaciones y juego que sus compañeros no acababan de interpretar con demasiado acierto ni convicción. La sensación en los últimos diez minutos del primer periodo era de que el Badajoz caía algo físicamente, pero el Castilla tampoco aprovechó eso para hacer daño, y además se cargó innecesariamente de tarjetas, llegando al descanso con 1-0 el partido.
Para la segunda mitad, Raúl dejó en el banquillo a Iván Morante, poco presente hasta ese momento, y dio entrada arriba a Hugo Duro para pasar a un 4-4-2 o un 4.2.4, qué se yo. El Castilla entró algo más enchufado a este tramo del partido, y fue tomando el control del juego. En el minuto 47, un disparo de Pablo Ramón, tras una buena jugada individual, acabó saliendo desviado y, en el 49, otro de Antonio Blanco salió alto. Arribas había encontrado las llaves de su pequeño deportivo, Blanco empezaba a manejar el ordenador de a bordo, y los extremos se iban entonando por momentos.
Hugo Vallejo remataba en el minuto 53 a las manos de Royo, mientras el Castilla iba afinando el punto de mira. Otro remate, esta vez con la izquierda, de Hugo Vallejo, obligó al cancerbero pacense a tirarse para desviar el balón, Hugo Duro llegó con dificultades al rechace, pero el portero volvió a detener. El Castilla bullía de otra manera, estaba más sólido y además iba llegando al área rival cada vez con más claridad, en este primer cuarto de hora de la segunda parte. A la hora de partido, una extraña jugada en que David Concha alcanzaba la línea de fondo, junto a la portería, y mediante dos o tres rechaces, acababa marcando el 2-0 y asestando así un golpe letal al equipo castillista, al menos en su moral. Los pacenses demostraban oficio, y sacaban beneficio de su experiencia y la timidez de los de Raúl.
Sin embargo, el equipo de los chavales volvió a sacar carácter y se lanzó a por la portería rival sin complejos, aunque cada vez más cansado, en una maniobra absolutamente kamikaze. Presión alta, circulación de balón e intentos de alcanzar zona de ataque lo antes posible. Según pasaba el tiempo, el árbitro nos parecía más y más calbo, indulgente con los pacenses y poco tendente a proteger el talento de los jugadores sobre el campo. Raúl metió a Kenneth por Pablo Ramón, tocado, y el filial se puso en un 3-5-2 evidente. Según el partido avanzaba, el Castilla seguía empeñado en marcar y lo hacía todo para conseguirlo, con aproximaciones peligrosas de Arribas, Latasa, pero no acababa de conseguirlo.
Se entraba en los últimos diez minutos con poco que perder y mucho que ganar. Pero lo que se vio fue, básicamente, a un Castilla incapaz de alterar el marcador, y un Badajoz dedicado, en cuerpo y alma, a cortar y pegar, como un editor informático. El físico de los chavales también empezaba a decaer, y se veían errores que antes no estaban dándose. Aparte de que, en cada cruce, los jugadores blanquinegros, innecesariamente, dejaban recaditos a los castillistas en forma de patadas, codazos y empujones, sumándole a esto también pérdidas de tiempo continuas. El partido finalizó con 2-0 y una falta directa lanzada por Hugo Duro floja y desviada, ya en el descuento.
Por lo tanto, hasta el partido de esta tarde entre el Extremadura y el San Sebastián de los Reyes, no se podrá calcular el daño que esta derrota –por otro lado, previsible- le hará a los chicos de Raúl. Teniendo en cuenta la victoria del Talavera sobre el Dux Internacional de Madrid, las bajas del primer equipo (no sabemos si Sergio Santos o Marvin no acabarán viajando a Liverpool y Getafe), a los chavales se les pone algo más cuesta arriba si el Extremadura consiguiera la victoria. Pero hay por delante cuatro partidos, y los castillistas dependen de sí mismos para alcanzar la promoción, en caso de ganarlos. Si fuéramos de otro equipo, quizá no, pero dados los genes que cargan estos chicos, estamos obligados a creer en ellos. Hasta el final.
RESULTADO FINAL
BADAJOZ, 2 – REAL MADRID CASTILLA, 2
GOLES
1-0 23’ Pablo Vázquez
2-0 60’ David Concha
REAL MADRID CASTILLA
13 Toni Fuidias
20 Sergio Santos
4 Gila
5 Chust
15 Pablo Ramón (18. Kenneth, min. 73)
6 Blanco
16 Morante (19. Hugo Duro, min. 46)
22 Arribas
7 Marvin Park
17 Hugo Vallejo
21 Latasa
Vio tarjeta amarilla Víctor Chust (min. 26), Gila (min. 35) y Santos (min. 45).