por Una cronica de: @Javirodespi – planetacb.com
Fin a esa racha de cuatro partidos seguidos en casa con los que la Euroliga ha “regalado” al Real Madrid en este Top16 y que, lejos de conseguir el colchón esperado, ha terminado con un 2-2 que obliga al actual campeón a ganar fuera lo que no ha conseguido dentro, pero es que hoy, pocas cosas se podía hacer ante un equipo que dio una lección de baloncesto en ataque y una defensa que nos recordó a aquella mítica de los Bad Boys en Detroit Pistons que le dio dos anillos, en resumidas cuentas, fue un día en que la épica (que la hubo) no pudo a la perfección baskonista.
Un Bourousis aplaudido y un Chacho titular
Había dudas sobre cómo recibiría el Barclaycard a Ioannis Bourousis, las cuales quedaron disipadas en cuanto el speaker dijo su nombre, una ovación cerrada por gran parte de los asistentes y que el griego devolvió saludando con el brazo en alto, fue su único momento de conexión con un público blanco, cuyas 11.088 almas comprobaban como Sergio Rodríguez volvía a la titularidad tras su obligado descanso para recuperar.
Baloncesto de Euroliga en estado puro
¿Alguien tiene duda de que ambos equipos son Licencia A de Euroliga? Pues solo tenían que ver el primer cuarto para darse cuenta del virtuosismo que nos demostraron con un baloncesto sencillamente espectacular, pero no ese de los mates estratosféricos o de los 1 x 1 imposibles, fue baloncesto de otro tipo, el de una circulación excelsa de balón buscando al compañero mejor desmarcado para el tiro, el de las decisiones tácticas como los 2×1 a Bourousis que sigue maravillando con su capacidad de buscar juego aunque hoy no tuviera una gran actuación, o ese baloncesto en que la defensa se pone al límite de lo permitido y que nos demuestra que este deporte es de contacto. Con todos estos aditamentos no nos extrañó nada que el marcador reflejara un empate a 19 tras diez minutos de auténtica delicia para la vista.
El bombardeo baskonista
Sin embargo, en esta igualdad de fuerzas que parecía el partido, había un rival que se encontraba, poco a poco, más asentado en su juego y no era otro que el Baskonia. Su principal misión, parar el contraataque blanco, nos hizo ver con demasiada facilidad la odiada falta táctica, pero peor fue en el lado local que se puso, en menos de cuatro minutos en bonus y tirando por tierra esa teoría que dice que mucha intensidad conlleva a cometer más faltas, más bien todo lo contrario, faltas “tontas” como intentar robar balones cuando no había que hacerlo, metió al Madrid en una dinámica negativa que le obnubiló su defensa y que permitió a Baskonia, con un gran Bertans, martillear una y otra vez el aro blanco desde el perímetro.
El lado negro de los blancos
Esos terceros cuartos que otrora tiempos nos maravillaban por parte del Real Madrid, se han quedado un poco en el olvido, horrible la puesta en escena de los de Laso al comienzo de la reanudación y que permitió al Baskonia ser un martillo pilón allá por dónde fuera, por dentro, por fuera, en rebotes ofensivos, en lanzamientos exteriores, hasta catorce puntos en contra tuvieron los vigentes campeones y, por encima de todo, una sensación de impotencia ante el juego de los chicos de Perasovic que estaban dando una lección técnica y táctica ante un Madrid que sufrió, una vez más, una desconexión por su pelea contra un arbitraje que dejó jugar y al que los blancos no supieron adaptarse en ningún momento, excepción de la técnica a Doncic por levantarse en el banquillo, difícilmente explicable.
La épica contagiosa de un Willy enfurecido
El mayor de los Hernangómez no jugó ni un minuto en el partido ACB jugado en Vitoria ante este mismo rival, ahí se comentaba sobre el castigo de Laso, la posibilidad de una cesión y no sé cuántas cosas más de las que ya hablamos en su día. Sin embargo, hoy el madrileño ha dado una soberana lección de juego ante uno de los mejores pívots de Europa en la actualidad, Ioannis Bourousis, porque aparte de secar su aportación en su ataque, su defensa ha sido de libro marcando las líneas de pase para dificultar la recepción de balón, se ha mostrado infranqueable con unos tapones que ríanse ustedes de los que ven en NBA y, por encima de todo, ha demostrado un carácter que a los que estábamos en la grada no sabíamos si escondernos por si nos veía mirarle mal, o levantarnos a aplaudirle viendo como sacaba todo su potencial tanto en defensa como en ataque. Desgraciadamente para él, no pudo llevarse la victoria y su sensación será agridulce, sin embargo, justo es reconocer que él fue la chispa que necesitaba el Madrid para recuperar su apartado épico y que a punto estuvo de remontar el partido.
De la épica a la muerte
Toda épica tiene una muerte, porque si no, para qué se va a llamar épica, y la muerte de hoy fue, como el día del FC. Barcelona, dolorosa, con un Real Madrid que se confió a las entradas del Chacho, a la garra de Llull y al espíritu Nocioni para conseguir la victoria, pero esa bola naranja y negra que hoy tenían los blancos, se negaba a entrar incluso en situaciones que parecía increíble que no fuera así. Esa máquina perfecta baskonista de la que hemos hablado, no se dejó intimidar por ese aluvión de canastas blancas y, cuanto más falta hacía, Darius Adam con 7 puntos consecutivos, llevaba al traste las ilusiones madridistas se llevaba una victoria que le pone con 4-2 en la clasificación.
Así terminamos hoy, no sin antes informarles que Felipe Reyes sufrió un golpe en el hombro que le dejó sin jugar y del que está en observación, la racha de lesiones del Real Madrid este año parece no tener fin.
No tardamos mucho en volver, el domingo tenemos un derbi frente a Movistar Estudiantes, mientras tanto, disfruten de las mejores jugadas del partido.
