Una crónica de: @Javirodespi – planetacb
Menudo espectáculo nos han dado Montakit Fuenlabrada y Real Madrid, digno de recordar a la gran Rafaella Carrá y su canción de «para hacer bien el amor hay que venir al sur» pero cambiando solo una palabra que nos deja este bonito titular, así que, tras lo dicho y aún a riesgo de que me llamen carca (y con razón), vayamos a comentar cómo fue el partido en nuestro OjO Al Blanco.
El cariño eterno a Ayón
Al Real Madrid no se le quiere mucho cuando sale fuera del Palacio, cosa más que normal, sin embargo, la afición fuenlabreña le sigue teniendo mucho cariño y respeto a Ayón, algo que pudimos notar en la presentación e inclusive al final cuando ya se había ido el autobús madridista y el mexicano no se había ido con ellos, quedando gente en la entrada que le esperaban solo para saludarle, cosas que dignifican el baloncesto.
Un Fuenla lapidando al Madrid
La oda al baloncesto que pudimos presenciar no se crean que tardó en aparecer, concretamente estuvo presente desde el primer minuto en donde el Real Madrid pronto descubrió dónde iba a estar la verdadera amenaza local desde la línea de 6.75 y que, una mala defensa a la hora de marcar el extra-pass nos barruntaba lo que iba a pasar en un segundo cuarto que bastante suerte tuvo el Madrid por irse perdiendo solo por seis puntos.
Pero… ¿Qué hemos hecho mal?
Esa pregunta es la que tuvo que estar haciéndose el Fuenla en vestuario, tras un espectacular segundo cuarto en que endosó 30 puntos al Madrid, con ocho jugadores anotando al menos un triple para firmar un porcentaje de 10/18 e irse con la exigua renta ya comentada de solo seis puntos, pues la razón la tenemos en los dos capitanes del Real Madrid, el menorquín con un tiro en los últimos segundos y que su profesionalidad le impide celebrar si no va ganando y el cordobés, ay el cordobés, fue capaz en 10 minutos del segundo cuarto de anotar 10 puntos, coger 6 rebotes y, sobre todo, echarse a todo el equipo a la espalda cuando más se requería la presencia de un líder.
Foto: Esteban Mora / Planetacb
Aquí mando yo
Aunque el comienzo del tercer cuarto, con tiempo muerto de Cuspinera al primer minuto tras un 0-6 blanco, podía hacernos prever que el Madrid iba a despertar de su letargo defensivo y en ataque iba a salir Llull a arreglar la papeleta, esta vez no con mandarinas sino con 2+1 consecutivos, el Fuenlabrada tiró de coraje y siguió corriendo el campo, moviendo el balón con acierto y dejándose la piel en defensa mientras el cuerpo aguantara. Si a ello se suma que Randolph no estaba muy por la labor de defender y Maciulis cometía la tontería del día cuando le señalaron una técnica más que justa por excesivas protestas, sacó a relucir el carácter Laso que le impide casarse con nadie y ambos fueron llevados al banquillo, con un cabreo de tres pares de narices y con el entrenador vitoriano dejando sendos mensajes a cada uno de ellos, «aquí mando yo y si no haces las cosas bien, pues no juegas».
Cómo destrozar a los 37 años
Ya hablaremos con más profundidad de lo que hizo Felipe Reyes en el partido de hoy, que nos hemos guardado unas cartas para mañana, pero la exhibición que llevaba casi no es comparable a la que hizo en el último cuarto, parecía que había rejuvenecido diez años y esos 1×1 que últimamente le estaban costando en el posteo, salían con mucha facilidad y siempre acababan en canasta o en falta, pero lo peor no era eso, sino esa sensación de los pívots fuenlabreños que, hicieran lo que hicieran, o se colocaran donde fuera, el rebote llevaba el nombre de Reyes a cada tiro errado y así, hasta 14 veces. De nada sirvió ese último aliento que no cejó hasta inclusive dejar la desventaja en solo dos puntos merced a un triple postrero de David Wear que firmó unos números absolutamente increíbles sin fallo con 9/9 en tiros de campo, siendo de ellos cuatro triples, el Montakit Fuenlabrada cayó pero nos dejó en la retina un partido que tardaremos en olvidar.
Así terminamos hoy, nuestra próxima cita nos lleva al WiZink Center para cerrar la fase regular de Euroliga ante Anadolu Efes para luego recibir al Baskonia y dar comienzo a una Semana Santa que tampoco nos dará descanso, por tanto, ya saben, disfruten mientras puedan y, sobre todo, nunca dejen de sonreír.