Una crónica de: @Javirodespi – planetacb
Tercer partido del Real Madrid fuera de casa en Euroliga y tercera derrota consecutiva, si los dos anteriores tenían nombre turco (Fenerbahce y Darussafaka), ahora se suma a la colección un Estrella Roja que, salvo breves espacios de tiempo, fue dueño y señor del juego y marcador, y es que, ya lo dice la frase, hay momentos en que es mejor no salir de casa, como el título de nuestro OjO Al Blanco.
¡¡Qué bonito!!
Aquellos que hayan tenido la oportunidad de ver un partido en Belgrado, seguro que lo recordarán para siempre, unas gradas apasionadas y que solo nos hace dudar en caso de que algún día pasara una desgracia porque no vemos ni un vomitorio que no esté lleno de gente, lo cierto es que el color de una grada entregada a su equipo y siempre desde el respeto nos parece una gran loa a este deporte que amamos.
Ni para ti, ni para mí, sino para los dos
El partido prometía desde el comienzo, dos equipos con juego alegre pero sin excesivas locuras, conociéndose pero siendo agresivos en sus posiciones defensivas y ofensivas, con jugadores asumiendo esos roles que tanto se echaban de menos como el caso de Jeffery Taylor y todo ello aderezado con grandes fundamentos de juego que dejaban canastas elaboradas pero no exentas de detalles técnicos (como así nos enseñaba Luka Mitrovic en su lucha con Felipe Reyes). En resumen, un deleite para la vista y que encima dejaba un marcador más que ajustado de 20-19.
La intensidad visitante se fue de parranda
Evidentemente, en todo partido hay algo fundamental que no puede faltar y es la intensidad defensiva, también llamada agresividad, pues ese término fue el que le faltó al Madrid durante la práctica totalidad del segundo cuarto, rebasados con facilidad en 1×1, los jugadores locales acababan con facilidad en entrada si la ayuda llegaba tarde, o doblaban para un tiro liberado en que conseguían canasta sin excesivos problemas. En el lado contrario, el equipo de Laso era incapaz de encontrar buenas posiciones de tiro y convertía el triple en un lastre más que en acierto (4/16 al descanso) y obligaba a Laso a buscar situaciones de emergencia cuando se veía en la obligación de mandar a Taylor al banquillo poniendo inclusive al Chapu a jugar de tres y con Randolph (que volvía tras su lesión) para jugar en su posición natural de ala-pívot.
Del espejismo a las carencias
En el run-run general del partido, flotaba que el tercer cuarto era el momento madridista tras irse con una desventaja más que remontable de ocho puntos abajo, y lo cierto es que las primeras sensaciones fueron así, Llull cogió la directa y se mostraba mucho más incisivo en las transiciones que se desarrollaban con mucha más facilidad gracias a un mejor cierre del rebote defensivo, si ello no era suficiente, el ataque estático daba mayores opciones con la pareja Ayón-Reyes en esa situación que tanto gusta a Laso de poste alto-poste bajo y una excelente colocación de Taylor en la esquina abriendo campo para triple que dificultaba las ayudas locales, ponía el partido en situación de luchar por la victoria.
La lesión de Luka y el nuevo apagón
No sabemos el alcance de la lesión del esloveno, fruto de un resbalón que le hizo que su tobillo le hiciera un mal gesto y que le obligó a irse al banquillo antes de tiempo, siendo ocupado su puesto por un Dontaye Draper que anduvo muy lejos de ser el referente defensivo que necesitaba en los momentos el equipo blanco, sin lectura correcta de los bloqueos y dando demasiadas facilidades a su par en defensa que le dejaban un lanzamiento franco. Con esto no queremos decir que la falta de Doncic haya sido clave para el apagón del Real Madrid, pero lo cierto es que, desde ese momento, el equipo sufrió una «pájara» descomunal donde el juego colectivo desapareció y cada uno se dedicó a hacer la guerra por su cuenta, con mención especial para Randolph que quería resolver demasiado pronto.
Mala imagen final
Quizás lo peor de todo haya sido la mala imagen dejada por el equipo en esos minutos finales, acribillado a técnicas, con faltas innecesarias y sin dar ninguna imagen de rebajar la distancia en los minutos finales, algo de lo que siempre se ha caracterizado el club blanco. Está claro que no vamos a poner la excusa de las ausencias, pero la falta de Rudy, Maciulis, Doncic, con un Randolph fuera de ritmo y el mal partido de Llull y Carroll, han sido demasiada rémora para un conjunto que venía de un subidón importante como fue la victoria inapelable ante Bamberg.
Nuestra sonrisa va para Taylor
Como no vamos a terminar de mala leche, que para eso estamos en Navidad, hoy tenemos que poner nuestra atención en el partido de Jeffery Taylor, no solo por lo que dice la estadística, sino por el paso adelante que ha dado ante la baja de Jonas Maciulis con 25 puntos y 7/10 en triples que, de haber ganado el Madrid, le habría dejado en franca posición de MVP de la jornada, esperemos que no sea un oasis y tenga su continuidad.
Así terminamos por hoy, nuestra próxima cita nos lleva a jugar contra Real Betis Eplus el martes 27 a las 21.30 horas y por ahora, disfruten todo lo que puedan en las fiestas navideñas, sonrían sin parar y, como siempre, muchas gracias por su confianza.