El OjO Al Blanco del Darussafaka 81 – 68 Real Madrid: Un día negro que no oscurece el panorama

Una crónica de: @Javirodespi planetacb

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Contar alguna bondad del Real Madrid en el día de hoy resulta harto difícil, habría que tirar mucho de hemeroteca para encontrar un partido tan malo como el jugado hoy por un conjunto de Pablo Laso que no encontró ni el ritmo, ni el acierto, ni la intensidad necesaria contra un Darussafaka que utilizó al equipo español como bálsamo de sus últimas derrotas. Sea como fuere, lo único cierto es que el Madrid acabó con una derrota más en su casillero que le coloca con 8-4 y que no oscurece para nada cómo está siendo este primer tramo de la temporada tal y cómo se van desarrollando los acontecimientos. Vayamos a ver cómo fue este día negro en nuestro OjO Al Blanco.

Exportando errores

Creíamos que los problemas en el marcador eran exclusividad del Palacio de los Deportes, pero nos dimos cuentas que en Estambul, ciudad dónde se jugará la Final Four, tampoco está libre de ese pecado y eso nos obligó a un retraso en el inicio del partido (transcurrido el salto inicial), pero quizás la anécdota del contagio de dicho error lo tenemos en el partido jugado entre Unics y Baskonia que obligó a repetir una jugada del equipo vasco cuando solo quedaban cuatro segundos en el marcador y el cronómetro no avanzaba, por ello, desde aquí y aunque no nos van a hacer caso, por favor señores de Euroliga, hagan algo por evitar este mal endémico que pone en ridículo una excelente competición.

Más rebotes ofensivos que acierto en el triple

El Madrid pasó de jugar raro a hacerlo mal, rematadamente mal, y antes de llegar a eso que ya comentaremos más adelante, el partido nos dejaba la impresión de ser algo más que una cosa extraña,  basta decir que los blancos tiraban y tiraban con un acierto mínimo, algunas veces en pocos segundos de posesión (aunque libres de marca) y en otras veces había algo de circulación pero nada, el aro estaba tan empequeñecido que solo el acierto en la lucha por el rebote ofensivo daba segundas y terceras opciones al Madrid con dos jugadores poniéndose las botas en ese aspecto: Felipe Reyes y Gustavo Ayón fueron el sustento durante gran parte de la primera mitad.

Pérdidas sin necesidad

El Real Madrid debería tatuarse el punto 31 en el visionado del partido de hoy ya que cuando llegó a ese fatídico dígito, se le apagó completamente la luz convirtiéndose en un juguete en las manos del equipo de Blatt que tenía bien claro cómo debía parar el entramado madridista y no le permitió ni una transición ofensiva (cierto es que la falta de Llull ayuda mucho en ese aspecto) pero no solo   fue consecuencia del buen trabajo táctico del entrenador local sino que el Madrid se encontraba completamente perdido en ataque, con pérdidas absurdas de balón en que se cometían pasos en acciones infantiles, se regalaban balones al contrario y con tiros de más de ocho metros cuando se acababa la posesión. Demasiada rémora ante Darussafaka que, sin jugar un excelso partido, sí tenía las ideas más claras en ataque, especialmente Wanamaker y  con varios puntos de intensidad defensiva por encima.

No hubo ni espejismo

Quizás la peor sensación del aficionado madridista fue de que no hubo ni un solo atisbo de remontada, ni siquiera esperanzas tras ese triple de Doncic al final del tercer cuarto que dejaba el marcador a solo ocho puntos de desventaja, porque los errores eran mucho mayor que los aciertos en un día que ni el esloveno desde la dirección, ni Rudy desde la ofensiva y mucho menos Carroll que tuvo uno de sus peores días vistiendo de blanco, fueron capaces de echarse al equipo encima para cubrir unas bajas que nunca pueden servir de excusa para el desastroso partido jugado hoy por el equipo de Laso.

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Maquillar lo inmaquillable

El Real Madrid llegó a ir perdiendo por más de 20 puntos y al final, gracias a que Darussafaka se montó en una nube y los visitantes tuvieron un puntito más de acierto, dejaron un marcador más o menos decente de trece puntos abajo (81-68) pero que no nos debe dejar dudas en que el Real Madrid estuvo por debajo, inclusive,  de la derrota sufrida ante el FC. Barcelona en ACB  y que, evidentemente, no es necesario rasgarse las vestiduras más allá de hacer borrón y cuenta nueva, sobre todo cuando la competición no perdona y el domingo viene Rio Natura Monbus y la próxima semana hay doble jornada de Euroliga.

Ni hay Llull-Dependencia ni las bajas son excusas

Es probable que en un día como hoy, muchos echen el vistazo a la baja de Llull, alguien que no se había echado prácticamente de menos tras los maravillosos partidos de Doncic y que, cierto es, hoy sí nos hemos acordado de él a la hora de que pudiera romper el partido en esos cambios de ritmo de juego que nos tiene acostumbrados, pero seamos sinceros, el Real Madrid podría haber ganado este partido con la baja del jugador de Mahón, así como también sin Randolph ni Thompkins, sin embargo hubieron diversas circunstancias para que eso no pasara y es que va a ser muy raro volver a encontrarnos  con un Carroll que termine con 0/6,  con un Nocioni que estuvo lejos de ser el revulsivo de otras veces (0/5 en triples), con Rudy Fernández con un tremendo 1/6 en triples, con balones regalados de Luka Doncic,  amén del catastrófico tiro (0/4 en lanzamientos de 2 y 2/5 en triples) o que el equilibrio exterior-interior fuera inexistente y solo los interiores (Reyes, Ayón y Hunter) estuvieran en sus números habituales, así que demos un voto de tranquilidad y dejemos las cuentas en un partido malo, nada que no sea fácilmente subsanable.

Así terminamos por hoy, la próxima cita nos lleva a casa a jugar contra Obradoiro el domingo antes de empezar nuestra semana fantástica que nos trae a Bamberg (martes) y nos lleva a Belgrado (jueves), pero, como les digo siempre, nunca dejen de sonreír.