El OjO Al Blanco del Fenerbahçe 78 – 77 Real Madrid: Al final todo queda en un silbido

Una crónica de: @Javirodespi planetacb

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Podríamos haber tenido un partido de esos para recordar en el día de hoy, sin embargo, lo que va a quedar sobre todo en la memoria del aficionado, principalmente el madridista, es una derrota por un insignificante punto gracias a una acción puntual pitada por los colegiados por una falta cometida por Jaycee Carroll sobre James Nunnally y que incluso, el propio jugador, sonreía maliciosamente camino del tiro libre donde ajusticiaría al Madrid y es que, en este deporte, por muy bien (y mal) que se hagan las cosas, todo queda en un silbido. 

Un viaje de doce donde juegan diez

Por primera vez en la temporada, el Real Madrid viajaba con lo justo a un partido fuera de casa, los doce de plantilla tras las bajas de Draper y de Thompkins pero solo con diez jugadores que tuvieron minutos ya que ni Álex Suárez ni Andrés Nocioni pisaron la cancha, no obstante, no se vayan a creer, peor lo tuvo Fenerbahce, que solo dispuso de siete jugadores, una mínima rotación que, al final, le salió bien a Obradovic (y eso que Sloukas tuvo que abandonar antes de tiempo por ser expulsado).

Un ritmo vertiginoso desde el inicio

Lo que sí teníamos claro nada más iniciar el partido, es que los fantasmas de anteriores visitas a Estambul no existían, enfrente estaban dos gigantes que no se iban a dejar amedrentar el uno frente al otro, como así pasaba en el juego dentro de la bombilla donde se producían la mayoría de las canastas, en que Ayón, Vesely o Udoh campaban imponiendo sus dominios de una u otra manera, a veces en acciones defensivas donde el mexicano impedía el poster del checo, o la polivalencia de americano-nigeriano de Udoh demostrando por qué Obradovic apostó por él en esta temporada. Lo cierto es que, por poco, el ritmo era del equipo turco pero sin sensación de dominio.

¿Seguro que faltaba un base?

Apostaríamos un céntimo de euro que muy pocos de ustedes echaron en falta a Draper, y eso que Luka Doncic no estuvo a la altura de sus expectativas y todo ello gracias al cruel scouting del bueno de Zeljko que sabía dónde tenía que poner su máxima presión a la hora de defender. Luka sufrió hoy lo indecible para hacer su juego y afortunadamente para los blancos, su papel fue asumido por Rudy Fernández que se encargó de darnos, junto a Othello Hunter, una excelsa clase de lectura del 2 x 2 con pase al pívot tras bloqueo directo, con esa «simple» lectura táctica, al Madrid le sirvió para irse al descanso con ventaja, amén del triple desde su campo fallado por Nunnally que no fue válido por encontrarse fuera de tiempo.

Un pívot con fundamentos de alero

Si tenemos que ponernos a hablar del partido en la segunda mitad, estamos obligados a decir que ambos equipos se desfondaron en defensa, el conjunto turco en intentar parar las transiciones rápidas de los blancos con un balance espectacular y el español multiplicando ayudas con una rapidez de manos para cortar líneas de pase que ríanse ustedes de los ladrones de guante blanco, ahí tenemos que poner en mayúsculas a Gustavo Ayón, alguien que se encargó de echar una mano donde podía (nunca mejor dicho) y que robó hasta cuatro balones que aprovechó para demostrar sus fundamentos de alero, ya sea saliendo en contraataque con bote, asistiendo con pase picado para una culminación de Maciulis o, sencillamente, haciéndose grande en la zona en ese pique continuo con Vesely o Udoh, sin duda, alguien básico, junto a Rudy y Hunter, para que el Madrid llegara al tercer cuarto con todo por decidir (57-57).

Este Randolph es muy bueno y un poco «volao»

El fichaje estrella del Real Madrid no deja de asombrarnos, si bien vino como «cuatro», su polivalencia en el tiro exterior le hace jugar muy abierto y hoy se ha cubierto de gloria desde esa posición, siendo imparable para cualquier jugador de Fener, mostrando una racha de esas que solo los grandes jugadores tienen y que parecía que la victoria vendría camino de Madrid con esos dos triples y ese tiro a media distancia de forma consecutiva que luego echó al traste por una jugada infantil en que le fue pitada una justa técnica por quejarse de una no falta pitada, una señal que ya vimos en Moscú y que nos hace dudar de la capacidad de concentración del jugador en momentos calientes y que esperemos que tomen buena nota en el staff técnico del Real Madrid para corregirlo.

Aciertos y errores al final

Que la acción de Carroll con esa «falta» pitada ha sido decisiva, está claro, pero sería injusto echar la única culpa de la derrota por esa acción, porque tampoco tuvo suerte Llull en esa acción de 1×1 contra Kalinic en que tuvo un tiro franco que no metió, tampoco podemos decir nada bueno de Jeff Taylor, que, bien por decisión técnica en los cambios de bloqueos o por quedarse pinchado siempre, dejaba a Ayón en desventaja frente a Nixon, pero eso no era todo lo grave en el sueco, sino en dos errores ofensivos que no pueden permitirse en un jugador de su categoría, el primero en un triple completamente liberado y el segundo en una canasta a aro pasado que alguien con su potencial físico no puede fallar. Al día de hoy seguirá con su rol defensivo pero, viendo cosas como las de hoy, creemos que su nivel no está para jugar frente a equipos de este nivel en Euroliga, aunque en ACB pueda tener un papel más o menos relevante.

Así terminamos hoy, nadie nos va a quitar la sonrisa, pero nos vamos con el amargor de que un silbido hace cambiar el sino de un partido, aunque, al fin y al cabo, qué sería del baloncesto sin estos silbidos. Nos vemos el domingo contra Fuenlabrada.