por Una cronica de: @Javirodespi – planetacb
Imaginen un partido en que ganan tres cuartos de los cuatro que se compone un partido, pero que, sin embargo, van por detrás la mayoría del encuentro , que tienen errores de bulto, tanto defensivos como ofensivos y que, al final, inclusive tienen bola para empatar el partido con un jugador que muchas otras veces le ha sacado del atolladero. Pues todas esas cosas han pasado en la cancha del campeón de Europa que ha ganado por solo un punto a un Real Madrid cuya actuación solo podemos catalogarla de Expediente X en Rusia y que vamos a intentar plasmar en nuestro OjO Al Blanco.
¡¡Que nos falta un colegiado!!
Que el partido iba a ser raro, lo descubrimos antes de empezar, con decirles que se tuvo que retrasar diez minutos por aquello de que faltaba un colegiado (como leen) son de esas cosas que uno cree que solo pasa en categorías de cadete para abajo, pero no, también pasa en Euroliga, lo que no tenemos claro son las razones de la tardanza, algunos decían que estaba en un atasco, pero igual al hombre le había entrado un apretón, sea como fuere, el caso es que hizo acto de presencia y pudimos tener a nuestros tres árbitros de rigor.
Un quinteto de locura y un juego de fantasía
Al bueno de Itoudis, con tal querencia del realizador ruso que no paraba de ponernos planos suyos aún con el balón en juego, se le quedó cara de haba cuando vio el quinteto del Real Madrid con Doncic y Felipe Reyes entre los titulares y lo curioso es que tuvo que ser contagioso para sus jugadores que se vieron sorprendidos por un juego blanco que distaba años-luz del ofrecido en el Palau aquel domingo de ingrato recuerdo, el estilo «lasiano» de otras ocasiones hacía aparición con transiciones rápidas, buenas defensas, mucha lucha en el rebote de ataque y dos polos opuestos en el aspecto ofensivo, Llull no acertaba en el triple (1/6) mientras que Jonas Maciulis se mostraba infalible desde larga distancia, dejándonos un marcador de 17-26 al final del primer cuarto que permitía pensar en que la victoria era más que posible.
Puñetera maquinaria rusa
Que CSKA iba a despertar en algún momento, todos los sabíamos, pero no de la forma tan brutal como lo hizo, es probable que los méritos vayan encaminados sobre todo al majestuoso segundo cuarto de De Colo que fue amo y señor del juego en la cancha, pero nada de ello hubiera sido posible sin el tremendo trabajo de Kurbasov generando bloqueos y que el Real Madrid, que bajó exponencialmente su calidad de juego con las rotaciones que fueron entrando, no pudo hacer frente ni en defensa, ni tampoco en ataque donde esa maquinaria rusa se mostró completamente inexpugnable ahogando cualquier vía de anotación al equipo blanco. El parcial de 32-12 era tan absolutamente demoledor de lo que había pasado que ni siquiera la opción «Nocioni» funcionó en esta ocasión.
Aquí no entra nadie
Sería políticamente incorrecto si les digo que el partido entre el primero y el segundo clasificado de Euroliga hasta este momento fue un absoluto peñazo durante toda la segunda mitad y a lo mejor, algunos de ustedes pensarán que cómo es posible eso con 181 puntos anotados, pero cuando empiezan a predominar las defensas de semejante manera y a los colegiados se les ocurre pitar cualquier contacto que nos lleva indefectiblemente a la línea de tiros libres cada poco tiempo, pues pasa lo que pasa, partidos de más de dos horas y ningún equipo encontrando el ritmo, por parte del CSKA haciéndose fuerte en la zona pero no en línea exterior y el Madrid, que no se atrevía a entrar en pintura por razones desconocidas, se dejaba llevar por lanzamientos lejanos que, muchos de ellos, aún siendo librados, no encontraban aro y eso, evidentemente, contra este equipo ruso, es imperdonable.
Nombres, hombres y errores
No sabemos cómo pasó, pero el Madrid se metió en partido y lo cierto es que no hizo excesivos méritos para conseguirlo, sobre todo por algunos nombres propios, en primer lugar con un descentrado Anthony Randolph que ha dejado de lado las buenas actuaciones del principio de temporada costándole ahora encontrar su hueco y que, inclusive, se pierde en vanas peleas arbitrales que solo le conducen a más desconcentración, como segunda causa nos vemos obligados a nombrar a Rudy Fernández, en que su acertado trabajo defensivo no cubre las carencias ofensivas cuando más le está echando en falta el equipo, sobre todo en buscar la opción correcta de tiro. En el lado contrario con buen hacer, tenemos que tirar de otros dos nombres propios, uno fue Jaycee Carroll que, aunque ha perdido algo de efectividad del principio, metió tiros claves que no permitieron a CSKA coger una ventaja definitiva y Gustavo Ayón, jugador decisivo en momentos calientes tanto en defensa como en ataque con los rebotes ofensivos.
El final propio de Hitchcock
El Real Madrid, con tres puntos abajo, tuvo hasta tres opciones de ponerse a uno o dos puntos pero fueron mandadas al limbo mientras que CSKA, con Teodosic en plan dictatorial de mandato, tanto con sus compañeros como con los árbitros, parecía que ya dejaba el partido en manos rusas, sin embargo, por esas cosas del baloncesto en que tú fallas una y yo te meto dos seguidas, el Madrid tuvo una opción clara de empatar a 18 segundos y que, incomprensiblemente, malgastó en poco más de cinco con un triple forzadísimo de Andrés Nocioni que no tocó ni aro. En la subsiguiente acción, un error infantil de De Colo mandando la bola fuera, permitía nuevamente al Madrid tener bola de empatar pero, por una vez, Sergio Llull no consiguió su objetivo y solo el rebote final dejó un marcador que, si queremos conformarnos, nos deja una cosa muy aseadita para el partido de vuelta, pero para eso todavía queda mucho.
No les entretenemos más que el domingo tenemos jaleo, visita el Palacio de los Deportes el actual líder de ACB, un Iberostar Tenerife que vendrá con ganas de aprovechar su buen momento de forma, así que, ya saben, no me dejen de sonreír que lo mejor está por llegar.
