CRÓNICA | ✍ BRAHIM DESLUMBRA EN ALEMANIA: RB LEIPZIG 0 – 1 REAL MADRID

Una crónica de: @luismanper

No hace tanto tiempo que cuando al Real Madrid le tocaba viajar a Alemania en una eliminatoria europea, parte del madridismo cruzaba los dedos mientras imaginaban como iba a ser la remontada en el partido de vuelta o bien asumía que en la ida había que golear en casa por si en la vuelta pintaban bastos, y es que hasta hace unos cuantos años las cornadas que nos hemos llevado en Alemania fueron tan numerosas que se siguen recordando muchos años después, a pesar de que esa nefasta racha ya parece parte de la gloriosa historia del Real Madrid.

Por todo ello, cuando ayer vimos que el Leipzig se adelantaba con un gol en el minuto 2 a muchos madridistas se le aparecieron viejos fantasmas del pasado, pero esta vez sonrió la suerte y el fuera de juego posicional de un jugador alemán que estorbó a Lunin cuando el rechace de un córner parecía alejarse, hizo que el árbitro anulara el cabezazo de Sesko evitando así que el Leipzig se adelantase en el marcador cuando apenas se llevaban dos minutos de partido.

Y eso que Ancelotti había salido con el once más titular que tiene a su disposición en esta temporada de tantas lesiones formado por Lunin en portería, Carvajal y Mendy en los laterales con Nacho y Tchoaumeni de centrales, Camavinga en el eje del equipo flanqueado por Valverde y Kroos, con Brahim en el otro eje del rombo supliendo al lesionado Bellingham y Vinicius y Rodrygo en la delantera.

Imagen: realmadrid.com

A pesar de jugar con el once de gala, el Real Madrid cuajó uno de los peores 45 minutos de lo que va de temporada, porque la presión altísima del Leipzig le ahogó de tal manera que las pérdidas de balón eran constantes hasta el punto que Lunin se convirtió en el protagonista que mantuvo al equipo a flote, sacando el pie para repeler un uno contra uno de Sesko poco después del gol anulado, mismo delantero que poco después se plantó solo en el área pequeña para acabar estrellando su disparo en el lateral de la red completando el suplicio en el que se convirtieron los primeros 20 minutos de partido.

Menos mal que entre Kroos y Camavinga consiguieron hacerse con el control de la pelota, lo que unido a la orden de Ancelotti a Lunin para sacar de puerta en largo consiguió bajar el ritmo del partido y liberar de agobios en la salida de balón a toda la defensa, que estaba cada vez más imprecisa con Nacho como máximo exponente de las dificultades y poca precisión que tuvo el Real Madrid en esos primeros minutos, pero cuando consiguió controlar el tempo del partido y todo se tranquilizó, Vinicius y Rodrygo empezaron a aparecer aunque fuera solo para recordar a la defensa alemana que al Real Madrid hay que matarle a tiempo y cuantas más veces mejor, como comprobó el Leipzig en sus propias carnes cuando nada más volver del descanso, un Brahim hasta entonces desaparecido empezó a regatear rivales en una esquina del área y cuando vio un hueco libre se sacó de la chistera una sensacional rosca a la escuadra, de esas que parecen fácil y que demuestran que los grandes jugadores necesitan muy poco para dejar huella.

Imagen: realmadrid.com

Si a todos nos sorprendió esa genialidad de Brahim, al guion del partido le sentó como un electroshock porque a partir de ese momento se convirtió en un correcalles que pudo caer de cualquier lado, obligando a Lunin a lucirse como no lo habíamos visto hasta ahora en el Real Madrid con paradas de todo tipo ante el asedio alemán, ya sea con disparos lejanos desde fuera del área como el de Xavi Simons o con disparos a bocajarro como el de Openda, quien empalmó un rechace del propio Lunin casi en el área pequeña para toparse de nuevo con el muro en el que de pronto se había convertido el ucraniano; y mientras tanto Vinicius y Rodrygo hacían estragos al contraataque teniendo ambos la ocasión de ampliar distancias, pero primero Rodrygo disparó alto y luego fue Vinicius quien rompió la cadera a un defensor alemán para acabar alejando el balón del portero con un sutil toque con el exterior que se estrelló en el poste y cuyo rechace no fue capaz de remachar Brahim.

El ritmo del partido había sido tan intenso que cuando nos dimos cuenta estábamos en el minuto 80 y Ancelotti seguía sin hacer cambios, pero no le quedó más remedio cuando la musculatura de Brahim dijo basta, lo que provocó que dejara el balón muerto en el mediocampo y el Leipzig aprovechara para plantarse de nuevo en otro uno contra uno que desbarató Lunin por enésima vez, las sustituciones de Joselu por Rodrygo y Lucas Vázquez por el propio Brahim no cambiaron el guion del partido y Lunin siguió luciéndose hasta el último minuto en el que Joselu pudo redondear la noche rematando de volea una asistencia de Vinicius que habría sido la guinda a un partido típico de Copa de Europa, en el que el Real Madrid obtuvo mucho mejor resultado que juego mostrado, pero no hace falta recordar que lo que distingue a los equipos campeones de los buenos equipos es ganar partidos sufriendo lo indecible, y muchas veces sin merecerlo.