CRÓNICA | Práctica peligrosa: Osasuna 0 – 2 Real Madrid

Una crónica de: @MiedoEscenico2

Mientras un malnacido insultaba a Vinicius durante el minuto de silencio guardado respetuosamente por el resto de la afición de El Sadar, ya nos imaginábamos que el partido de esta noche contra Osasuna iba a ser otra reedición de algunos de los que hemos visto jugar al Madrid en esta temporada, de cactus y escupitajos. La gripe había dejado fuera de la convocatoria, a última hora, a Tchouameni, y Ancelotti se vio obligado a sortear, junto con esa, las bajas de Mendy, Kroos y Benzema, alineando lo mejor que tenía disponible. Courtois volvía a la portería, con Nacho, Militao, Rudiger y Alaba por delante de él. Camavinga ocupaba el medio centro, acompañado de Ceballos y Modrić, y Valverde se encargaba de la derecha, Vinicius percutía por la izquierda y Rodrygo salía para hacer de 9 o de falso 9, a gusto del consumidor. 

El inicio del partido vio a un Madrid ambicioso, que salió a tratar de ganar ventaja pronto, pero sin conseguir rematar entre los palos. A los cinco minutos, se nos vinieron encima todos los fantasmas, cuando vimos a Camavinga retorcido de dolor, tras una fuerte entrada de Lucas Torró a su tobillo. Afortunadamente, se quedó en nada, y el joven francés completó el partido, además, jugando en general bien. No obstante, a medida que fueron pasando los minutos, Osasuna fue adelantando la línea de presión, y tratando de generar ocasiones al propiciar pérdidas en la salida de balón del conjunto blanco. Esa presión, cada vez más asfixiante, no llegó a sacar la ventaja esperada, pero enturbió el juego madridista de manera continua y bastante notable.  

Imagen: realmadrid.com

El Madrid, en ocasiones, sacaba el balón con posibilidad de ocupar el territorio rival, pero las transiciones no eran demasiado rápidas, ni demasiado exitosas, en parte por la férrea vigilancia de los rojillos de cualquiera que estuviera cerca del balón, y en parte por la imprecisión de un Vinicius algo precipitado y un Rodrygo poco afortunado durante toda la noche. Aun así, Vinicius consiguió plantarse frente a Sergio Herrera, uno contra uno, en el minuto 10, pero su remate fue desviado, por poco, por el guardameta osasunista, que tuvo una noche inspirada. 

Solamente algunos balones en largo de Militao buscando a Vinicius, y alguna jugada que acabó en remate de Valverde llevaron peligro al área rival por parte del Madrid, mientras que Osasuna no dejó de ir metiendo palitos en las ruedas de la bicicleta blanca, además de presentarse un par de veces con peligro cerca de Courtois. Una medio tangana cerca del intermedio fue de lo poco llamativo en ese tramo de partido, con el público cada vez más enardecido, Vinicius algo desquiciado y hasta Ancelotti saliendo a echar una bronca imponente al árbitro cuando éste señaló el camino de los vestuarios. 

Imagen: realmadrid.com

La arrancada de la segunda parte ya fue otra cosa, con un Madrid más punzante, volcado hacia el flanco de Vinicius, con Rodrygo cayendo a ayudar, Ceballos también –algo menos inspirado que otras veces, pero sólido- y hasta Alaba iniciando las jugadas por ese lado. En la banda derecha, el desierto del Sáhara en ataque, y Nacho dedicado a secar a Abde, el jugador con más peligro del conjunto rojillo. Un primer remate de Rodrygo que salió rozando el palo fue el aviso de que la dinámica no iba a ser la misma y, de hecho, poco después se le anulaba por fuera de juego un gol a Vinicius, tras una buena incursión de Alaba. En el minuto 57, otro buen servicio en profundidad volvió a dejar a Vinicius frente a Herrera, trató de rematar, pero el portero neutralizó con oficio el intento del brasileño. 

De todas maneras, el cuadro osasunista tampoco se quedaba atrás, y se estiraba en algunos momentos con peligro, como en el minuto 62, en que Moi Gómez largó un disparo, tras un rechace, que fue a la base del palo de Courtois, dejando claro que el marcador podía abrirse en cualquier momento para cualquiera de los contendientes. Ancelotti decidió, al momento, retirar del césped a un Ceballos trabajador, pero ya cansado, para dar entrada en su lugar a Marco Asensio, que hizo buenos minutos.  

Imagen: realmadrid.com

Seguía transcurriendo el tiempo, Osasuna estaba cada vez más arriba, pero sus imprecisiones empezaban a permitir al Madrid salidas cada vez más frecuentes. Y se cumplía esa práctica peligrosa de los últimos tiempos, en que el equipo blanco, a falta de un cuarto de hora, no había marcado goles, pero tenía al equipo de enfrente cansado por el sobreesfuerzo y cada vez más a merced. Vinicius se plantaba solo delante de Sergio Herrera, tras otro fantástico pase en profundidad, y el brasileño trató de regatearle, se escoró, remató forzado, y todavía seguía allí el portero osasunista para abortar la ocasión. 

Carvajal entró por Nacho, tratando de dar un giro a la situación, y el giro llegó. Vinicius entró por el lado izquierdo, dentro del área, recibiendo un gran pase de Modrić, se paró y puso la pelota entre los dos defensores que le cerraban el paso. El balón llegó al sitio exacto donde entraba el Halcón Valverde que, una vez más, adaptó el cuerpo al remate, y envió con el interior de su pie derecho la pelota al fondo de la red. Era el minuto 78 y, al fin, el equipo madridista estaba por delante. El 0-1 empujó a Osasuna a buscar el empate, y se volcó hacia el campo del Madrid, que achicó agua con oficio y de forma resolutiva.  

Imagen: realmadrid.com

Visto el panorama, con el cuadro local ocupando el campo visitante, y tratando de llegar por tierra, mar y aire a la portería de Courtois, Ancelotti retiró del campo a Rodrygo e introdujo a Álvaro Rodríguez, el joven charrúa procedente del Castilla. En un par de minutos, el chico aprovechó un gran pase en profundidad de Modrić para llegar hasta el área y, donde cualquier otro delantero hubiera rematado sin más, él decidió tocar la pelota a su izquierda para dejar solo a Vinicius y regalarle el gol. El VAR lo revisó y el árbitro lo anuló por fuera de juego del chaval uruguayo. Y, al minuto, fue él quien presionó, robó el balón, y dio nuevamente un magistral pase a la zona en la que entraban tanto Vini como Asensio, siendo el mallorquín el que acabó estableciendo el 0-2 final. Magnífico estreno, el del chaval. 

Así que la distancia con el Barcelona, a falta del partido de los culés de mañana, se recorta hasta los 5 puntos, pero se queda aparcado ese tema, porque lo que está en el horizonte es una cita de fútbol de alta alcurnia en Anfield Road el próximo martes, con la ida de los octavos de final de la Champions League. Es el momento que espera todo el madridismo cada año, el inicio de las eliminatorias, y más todavía después de la pasada temporada, que fue imborrable. Se lo contaremos aquí, en la seguridad de que sufriremos. Pero es que estaremos jugándonos la Copa de Europa, y hay que saber sufrir. Donde no se sufre es en la Europa League, y demás competiciones para equipos pequeños, o venidos a menos.