CRÓNICA | Superando depresiones: RCD Mallorca 0 – 3 Real Madrid

Una crónica de: @Mrsambo92

Menudo subidón, ¿Eh, madridistas? ¿Habéis sacado mucho pecho y dedicado vuestra sonrisa más sexy, calculada y sobrada? ¿Habéis pasado muchas manos por las tristes cabezas y espaldas de los antis? Yo no he hecho otra cosa. Se pueden perder trabajos cuando te dedicas casi en exclusiva a esto durante el día, pero ¡Cómo se goza!

Hoy nos tocaba el Mallorca en un partido de la agonizante Liga de Tebas, que, particularmente, vivo con el mismo entusiasmo que cualquier otro, aunque quizá con menos taquicardias. Yo es que es ver un partido de los de la camiseta blanca con el escudito redondo y coronado y entro en éxtasis hasta en pretemporada.

Ancelotti, que también debe andar de cierta resaca, decidió dar algún descansito que otro, aunque en general a los que menos lo necesitan, como Asensio o Carvajal. El bueno de Militao, al que le han dado unos calores febriles, y Modric, bien merecido lo tienen.

Cafucas Vázquez, que tuvo unos minutos excelentes contra el PSG; Rodrygo, que un poco lo mismo que el anterior; y Valverde, acompañando a Kroos y el retorno de Casemiro, fueron las apuestas de partida. No pintaba mal la cosa.

Ya sabéis que yo aquí estaba angustiadísimo con el estado físico de los nuestros, temiendo que nos cayéramos como en la última temporada de Carlo, pero, muchachos, es llegar una segunda parte y entrarle a los nuestros una euforia que no deja de entusiasmar.

Imagen: realmadrid.com

Un partido que, como en semanas anteriores, nos podía dar media Liga (los partidos últimamente nos dan media Liga siempre, pero nunca se acaba), ante un Mallorca que anda un par de puestos por encima del descenso, pero que ve cerca el abismo.

Como suele ser habitual también, nuestro rival salió con unas energías y ganas de dar “patadicas” dignas de encomio. Con todo, en los primeros minutos pudimos marca gol tras una clarísima ocasión de Benzema y un buen tiro desviado de Mendy tras el saque de esquina provocado en la jugada anterior.

A partir de ahí el partido se igualó y, con la permisividad de Sánchez Martínez, que nos dedicó un obsceno arbitraje, el Mallorca se vino arriba y tuvo un par de acciones con mucho peligro, un remate sin querer tras un gran centro desde la izquierda y otro al poste después de verse favorecidos por un error en la salida de Mendy (y una gran acción defensiva anterior de Nacho).

Vinicius, como casi siempre, fue una pesadilla para el rival. Un día le van a hacer daño de verdad, porque las entradas, en ocasiones criminales, que los rivales les están haciendo, a menudo no son sancionadas ni con falta, por lo que la apuesta sube… El brasileño, desde luego, tiene mentalidad madridista pura, no se achanta ante nada, da la cara y no esconce la cabeza en ningún momento. El “espinillazo” que dio a la plantilla del rival fue sancionado con tarjeta amarilla para él por quejarse… Valverde, que entró con ímpetu a nuestro Kubo, se llevó otra por anticiparse… Un placer de arbitraje.

Vini, que se equivoco en alguna contra, exhibió cintura y regate, generando continua inquietud en la defensa mallorquinista.

Imagen: Twitter

A pesar del par de ocasiones concedidas y la poca brillantez, el equipo fue ligeramente superior, viéndose en problemas sólo en pérdidas tontas en el medio, como alguna de Valverde. Kroos apareció varias veces en la frontal del área para rematar, pero no enganchó ninguna con acierto, salvo un disparo forzado que pasó cerca del palo.

Benzema empezó a carburar de verdad en la parte final del primer tiempo, algo que agradeció el equipo. Su taconazo a Vinicius en los últimos minutos fue oro, lástima que el defensa llegara in extremis a frustrar el remate del brasileño.

En la segunda parte los jugadores del Mallorca siguieron creyéndose extras de “Apocalypto” (Mel Gibson, 2006). Sus otros rivales deben estar aliviados de que no se empleen con ese vigor. Hasta tres jugadores madridistas se retiraron lesionados, bien es cierto que no todos por entradas, como también lo es que algunos de los que las recibieron se libraron…

La cosa es que, a pesar de esas energías violentas, las piernas ya no llegaban a donde debían, salvo a las piernas madridistas en ocasiones. Así comenzaron a caer los goles. La presión de Valverde (algunos en el Mallorca pidieron falta) dejó el balón franco a Benzema que cedió a un Vinicius que definió a la perfección de sutil zurda bajo las piernas de Sergio Rico.

Aprovechó Ancelotti para hacer los primeros cambios, prontito, en el 60. Valverde y Casemiro, con tarjetas, dejaron su sitio a Modric y Camavinga. En el 69 entraron Carvajal y Asensio por Cafucas y Rodrygo (una entrada de un jugador del Mallorca con la plancha dejó maltrecho al brasileño, que se fue del campo sin poder apoyar el pie, lo que pinta mal. Confiemos en que no sea grave…). Finalmente, en el 79, Marcelo salió por Mendy, que se retiró con molestias. A Benzema, que también se retiró con molestias, no le sustituyó nadie.

Imagen: realmadrid.com

El Mallorca apenas inquietó en la segunda parte. Un continuado error en nuestra salida de balón facilitó un lanzamiento lejano, pero poco más…

El segundo gol fue un espectáculo. Vinicius, rubricando su excelso partido (reitero lo de su mentalidad, que no sólo es que lo intente, es que no se achanta ni se descentra a pesar de las patadas y las provocaciones), recuperó un balón en defensa, en el lateral zurdo, para luego hacer una excepcional maniobra en el mediocampo dejando atrás a su par y abriendo al desmarque al hueco que le proponía Benzema. Llegados al área en carrera, el francés recortó para volver a encontrar a Vinicius, que fue desplazado por el defensa cuando iba a controlar provocando así el penalti.

Con el partido decidido, el Madrid toqueteó a su gusto hasta que, a la salida de un córner, Kroos cedió a Marcelo, que recién salido le puso una asistencia magistral a Benzema, que simuló a Cristiano Ronaldo con un excepcional salto y un remate de cabeza que se coló por el ángulo de la potería mallorquinista.

El resto es historia. En los últimos minutos nos dedicamos a dormir y a evitar patadas, lo que permitió algún acercamiento sin excesiva historia del Mallorca.

Diez puntos al segundo, cuando decían que estábamos cansados, fatigados y medio muertos, en cuartos de Champions y con Mbappé y Haaland esperando. Una situación deprimente, bien es cierto, que ya sabéis el que el antimadridismo se preocupa mucho por nosotros y el madridismo depresivo nunca descansa en sus dolencias.

Intentaremos superar este bache… Hala Madrid…