Una crónica de: @elcarrildel2
El Baskonia se ha impuesto (72-80) al Real Madrid, en el partido correspondiente a la Jornada 23 de la Temporada Regular de la Liga ACB, disputado en el Palacio de los Deportes de la Comunidad de Madrid.
Había servido la acumulación de partidos como excusa perfecta para justificar el pésimo juego y los malos resultados del equipo. Sin embargo, cuando llegó el momento de muchos días sin competir, el equipo regresó con las mismas carencias. Falta total y absoluta de ideas en ataque, defensas erráticas, decisiones erróneas constantes, y el recurso al triple desesperado como única alternativa.
Viendo el devenir del equipo, da toda la impresión de que un ciclo ha llegado a su fin. Las dudas sobre la capacidad de Pablo Laso y sus ayudantes para revertir la situación empiezan a ser superlativas.
Ver a la afición del Palacio en silencio, resignada, sin un ápice de reacción ante la incapacidad de los nuestros, el mal juego del equipo y las derrotas resultan ciertamente llamativas.
Algunas cosas que no entiendo: 1) Abalde es muy bueno, pero sigue sin dar el siguiente paso, quizás debido a que cada partido asume un rol diferente dentro de la rotación. 2) Yabusele 21 minutos en cancha, cuando se le ve que está absolutamente fundido físicamente. 3) Randolph siete minutos en pista. 4) Permitir que Sergio Llull se siga jugando los triples que se juega. 5) El derrumbe de Nigel WG tras su espectacular partido contra CSKA. 6) El deficiente desempeño de Heurtel durante toda la temporada. 7) Tampoco Alocén ha sido capaz de dar el salto de liderazgo que se esperaba de él. 8) La dependencia de Tavares. 9) Los porcentajes del tiro de tres son tan bajos que sería preferible no usar esa faceta del juego. 10) Con Tavares y Poirier perdemos en rebotes. 11) El número de rebotes ofensivos es casi insultante. Hoy mismo, cuatro. 12) Los parciales en contra que necesita Laso para pedir tiempo muerto. 13) Deck no es el de antes de marchar a la NBA. ¿Causas? 14) La tranquilidad pasmosa de los dirigentes de la sección ante el pésimo juego y las derrotas del equipo.
Hay quien mantiene la moral, y piensa que en cualquier momento esta situación va a cambiar, y vamos a volver a ser aquel equipo competitivo capaz de dar la cara ante cualquiera. Ojalá así sea, pero con sinceridad, debo decir que las caras que veo a los jugadores, y su actitud en la cancha, es la de aquellos que han perdido la fe en el entrenador y sus consignas, y pasan a buscar la solución por su cuenta. Entonces llegan los tiros que no tocan ni tablero, el triple de churro sobre la bocina, el pívot que bota y bota y vuelve a botar para no sacar ninguna ventaja, las idas y venidas por el perímetro que solo consumen segundos…
Y seamos claros: hoy los tiros libres, 24 anotados de 26 lanzados, han maquillado el resultado. Sin ellos, 48 puntos en jugada, en la línea de los tanteadores de los últimos encuentros.
Hay crisis, y grave y profunda. En estas circunstancias, aspirar a grandes retos suena a quimera, a vana ilusión, a sueño irrealizable.
Buenas noches a todos. HALA MADRID.