El OjO Al Blanco del Real Madrid 82 – 79 Brose Basket: Un cordero con hambre de depredador

Una cronica de: @Javirodespi – planetacb.com

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En los anales de la historia quedará que el Real Madrid venció al Brose Baskets en el primer partido de este Top16, pero las 9.283 almas que estábamos en el Barclaycard, tuvimos que esperar hasta el último suspiro para comprobar cómo esa victoria quedaba del lado blanco tras ver a un equipo que supo vender muy bien su piel de cordero antes de la batalla, pero que se convirtió en un depredador de tomo y lomo durante todo el encuentro, justo como el título de nuestro OjO Al Blanco.

El Bueno de K.C.

No sabemos qué tiene, pero encandila a la afición madridista, no estamos hablando de un metrosexual de esos, tampoco de alguien que nos muestre una verborrea en spanglish y que nos haga pensar, “cómo se esfuerza en hablar” y tampoco de un megacrack que vaya a meter 40 puntos por partido, pero el caso es que Rivers enamora a la afición, será por esa salida rara que tuvo o que el póker logrado enternece a las masas. Sea como fuere, la ovación que se llevó fue de órdago al inicio y ya no digamos cada vez que tocaba un balón o metía canasta. En su primer partido jugó 6.44 y anotó 4 puntos, ayudando como siempre en tareas defensivas, pero todavía le queda para ser el que vimos al final de la temporada, cuestión de adaptación.

¿Llull? ¿Dónde está Llull? ¿Alguien ha visto a Llull?

Imaginen un equipo con un quinteto prácticamente establecido, pero que se cae uno de esos jugadores que siempre están y que además ponen un ritmo endiablado al conjunto hasta el punto de que hace crear, a partir de él, un estilo determinado de juego. Pues ese es Sergio Llull y ese el que faltaba en el esquema blanco. Laso tiró de imaginación para alterar el quinteto y el estilo de juego con Chacho-Maciulis-Taylor-Thompkins-Ayón dio un resultado de ritmo lento, sin ideas, donde el juego no fluía, la defensa del 1×1 hacía aguas y solo Felipe Reyes, entrando desde el banquillo, ponía un poco de intensidad al juego.

Individual o zona pero con paciencia

Si los problemas ofensivos del Madrid hubieran tenido respuesta en defensa, otra cosa habría sido el partido, pero es que fue todo lo contrario, el equipo blanco fue, durante los primeros 20 minutos, un absoluto coladero en la defensa del 1×1 y que obligó a Laso a buscar soluciones con una defensa zonal de presión 1-2-2 con Ndour o Taylor en punta (que ya hemos visto anteriormente con Slaughter y más anteriormente con Darden) que no supuso graves problemas al equipo de Trinchieri porque tuvo eso que se necesita cuando se ataca una zona, la paciencia, y con un movimiento tranquilo de balón, buscando buena situaciones de tiro con extrapass y sin ninguna prisa encontraba tiros liberados y que hacía irse al Madrid con el demérito de 30 puntos anotados y 40 recibidos, y den gracias que Carroll estuvo inspirado en sus penetraciones, si no el resultado podría haber sido de traca.

Chacho Rodríguez, el hombre bipolar

¿Cómo creen que era el ambiente en el Palacio durante el descanso? Pues más frío que si estuviéramos en el planeta Hoth, la gente andaba cuchicheando dudas y con ese rumor del “vaya jardín nos metamos cómo perdamos hoy” y que se mantuvo hasta que comenzaba la segunda parte de igual forma que la primera, con canasta de Brose Basket y con una desventaja que amenazaba en romper el partido con 14 puntos abajo hasta que…un tal Sergio Rodríguez, el hombre que había obligado a Laso a cambiarle por Doncic tras cometer dos faltas casi seguidas en el primer cuarto, pensó que era el momento de echarse el equipo a los hombros y para ello necesitaba tener un papel bipolar, jugando a ser unas veces Llull, anotando triples como un descosido, penetrando ante quién se pusiera por delante y otras veces ser el mismo buscando el pase a la continuación o buscando la inversión de balón para tiro librado. El papel no miente y del -1 del descanso con 0 puntos y 0/4, se convirtió en 20 de valoración con 14 puntos, tres rebotes y 5 asistencias, una actuación colosal pero que no servía al Madrid para ponerse por delante.

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La remontada no es remontada si no te pones por delante

Y el Madrid llegó al partido, ya estaba bien de que Wanamaker amargara a los jugadores exteriores, que Zisis moviera el balón a su antojo o que Miller se hinchara a coger rebotes, era la hora de defender, de sacar el espíritu del Campeón de Europa y el equipo blanco empezó a defender cómo sabe, a cortar las líneas de pase, a tener a un Chapu que ya va, por fin, encontrando mejores sensaciones y con un triple suyo ponía el 61-60. La remontada se había completado pero no se había ganado el partido.

El espíritu de Bamberg y la partida de ajedrez

A partir de aquí vimos un nuevo partido (término manido donde los haya) donde el Real Madrid pegó con fuerza y consiguió ventajas, donde Brose se levantó de la lona y logró igualar el partido, en que los entrenadores movían a sus jugadores con precisión milimétrica según fuera ataque o defensa cuales peones de ajedrez y dónde finalmente, un triple de Sergio Rodríguez, tras pasarse los 24 segundos de posesión amasando bola y lanzando desde siete metros al no tener opción de pase, convirtió un triple de esos que odian los entrenadores y ama el público, fue la puntilla a un equipo alemán que demostró que, de jugar así, tiene mucho que decir en este Top16.

Así terminamos por hoy, les dejamos con las mejores jugadas de un partido que nos dejó a todos con el corazón en un puño y que nos sirve de aperitivo para lo que vendrá después, por ahora el próximo 3 de enero toca visitar el Buesa Arena para enfrentarse al Laboral Kutxa, pero antes de eso hay una Nochevieja y un Año Nuevo que les deseamos, de todo corazón, que lo pasen muy bien y que sean muy felices.