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Una crónica de: @elcarrildel2
El Valencia Basket se ha impuesto (93-94) al Real Madrid, en el partido correspondiente a la Jornada 21 de la Temporada Regular de la Liga ACB, disputado en el Palacio de los Deportes de la Comunidad de Madrid.
Con la de ayer, son ya tres las derrotas seguidas del Real Madrid en el Palacio en la presente Liga. Habrá que irse acostumbrando al panorama de ese estilo de juego, de ese no ir a ganar los partidos desde el principio, de ese dejarse llevar a ver si nos terminamos imponiendo al contrario a base de nuestra calidad individual, del decaimiento del adversario, o de que las mandarinas de Llull y de los demás entren en mayor o menor medida. Contra Olympiakos estuvimos contra las cuerdas, y solo el hundimiento de los griegos al final del partido permitió la remontada. Anoche, ante Valencia, más de lo mismo. ¿Debemos empezar a pensar que a Pablo Laso se le ha quedado anticuado el libro de jugadas?.
La rotación de anoche dio la impresión de ser automática, más allá de la situación de partido. Que Randolph estuviera en cancha quince minutos resultó sorprendente, viendo su aportación al juego. Que Tompkins se pasase gran parte del partido dando pedales detrás del banquillo, llama la atención.
El bajón de Williams Goss tras su gran partido frente a CSKA es llamativo. El mal estado de forma de Tavares, lento y hasta despistado en algunos lances, merece una reflexión. Su fallo en una de las dos canastas de partido que tuvimos, clarificadora. La otra la marró Heurtel, emborronando todo lo demás.
Que Laso no pida tiempo muerto hasta encajar un parcial de 2-14, incomprensible. 25-27, minuto 9 de juego. Aguantar el ritmo a base de triples (6 anotados de siete intentos en el primer cuarto) se antoja imposible. Minuto 10, 30-31.
El segundo cuarto comenzó con tres ataques y sus correspondientes tiros de tres fallados. Randolph personal en ataque. Fallaríamos después otros cuatro. 42-49 minuto 8 del segundo cuarto. Tavares falla dos tiros libres. Minuto 20, 48-51 (parcial de 18-20). Los rebotes eran para Valencia (13-16) con un Rivero que superaba a nuestros pívots una y otra vez. El Valencia se iba al vestuario con un 62% de acierto en tiros de dos. Eso deja muy claro el nivel defensivo del Madrid.
Imagen: realmadrid.com
El tercer cuarto resultó aun más calamitoso. Parcial de 2-12 (50-63, minuto 4). Recortamos distancia a base de individualidades. Dos triples de Llull dejan el electrónico en un 71-74 (parcial 23-23) en el minuto 30.
Empatamos a 74 con otro triple de Rudy, para fallar tres seguidos a continuación. Incomprensible que no exista más recurso que el tiro de tres. Tavares sufriendo en la pista. De nuevo siete abajo (83-90, a falta de 3,15 para el final). Causeur, mala tarde la suya, pierde dos balones tras intentar dos pases. Aún con todo lo anterior, 90-90 a 1,19 del final, parcial de 7-0. Con 90-93, tras un dos más uno, Heurtel primero y Tavares después fallando las dos bolas de partido. Un triple postrero de Llull deja el marcador en 93-94 a falta de 36 segundos. Valencia tira a fallar un tiro libre, pero no cogemos el rebote.
A falta de nueve décimas, tiempo muerto de Laso. Final 93-94 (parcial de 22-20). Consumada la tercera derrota. Decepción mayúscula. Quizás alguien deba recordar a técnicos y jugadores que la paciencia en este Club no existe, y que el pasado, por muy glorioso que sea no vale para justificar el presente, y mucho menos ser un aval para el futuro. Llamativas igualmente las prolongadas ausencias de Hanga, Taylor y Deck. Si se escribiese un libro sobre el asunto de las lesiones en el Madrid, sería un libro de misterio, incluso de miedo. Esto vale para el basket y para el fútbol.
Me van a permitir que hoy no incluya la habitual sección de destacados, ni los números del partido. Pero sí quiero significar que hemos vuelto a perder en rebotes.
Buenos días a todos. HALA MADRID.
