CRÓNICA | Mal cara a puerta, peor desde el banquillo: Real Madrid 1 – 1 Real Sociedad

Una crónica de: @Datemus

No había terminado de ver completar el #PPC de El Diario de Mou cuando me sorprendía la alineación de Zidane dando entrada a Isco por Vinicius JR. Lo confieso, siempre que veo el Videoanálisis de @MiedoEscenico2 disfruto como un enano, pero el Madrid no gana. Soy completamente gafe. Sí, sí, no tendrá razón de ser pero, ¿Hay algo más brutal que una lógica en contra de una correlación perfecta de los hechos?. ¿No será mejor admitir que hay algo que se nos escapa a tildar de irracional todo lo que desconocemos?. Sin ánimo de aburrir con más divagaciones, el comentario viene al caso por la necesidad de atacar los espacios a la espalda de la defensa de la Real que el impecable análisis que podéis encontrar en el canal de YouTube de El Diario de Mou ponía de relieve. Parecía que Vinicius era una opción mucho más adecuada para explotar dicho arma pero, por otro lado, es justo admitir que el malagueño no lo hizo mal en Champions, además de que a Zizou no le gusta que le acertemos ni un once.

El caso es que los donostiarras salieron perfectamente plantados al campo, ordenados atrás y presionando muy arriba, con disciplina y orden, la salida de balón de un Madrid que se las veía canutas para alcanzar el campo contrario. A pesar de la posesión equilibrada y del dominio alterno, los veinte primeros minutos dejaron la impresión de que se jugaron a lo que Imanol Alguacil quiso. Los ataques del Madrid morían en las cercanías del área mientras que la Real dejó dos serios avisos, el primero en el 12’, con una contra por la izquierda en el que un pase peligrosísimo de Oiazarbal fue oportunísimamente despejado por un Nacho muy bien colocado. El segundo, en el  16’, cuando Guevara rompió las líneas del Madrid en una presión adelantada que hizo aguas durante demasiadas fases del encuentro, abrió a Gorosavel por su derecha y este dudó entre el pase y el disparo, resultándole afortunadamente un híbrido que Courtois pudo detener sin grandes problemas.

Hasta el 18’ los locales habían sido Toni Kroos y nueve tíos con su misma camiseta que deambulaban sobre el césped. Desde ese minuto, comenzaron a aparecer Modric e Isco. Sí, nuevamente el de Arroyo de la Miel, moviéndose por diversas zonas del campo, ora por su teórica banda derecha ora por el centro y entrelíneas, comenzaba a generar juego ofensivo y la posibilidad de pisar el área con cierto criterio. El veintidós del Madrid puede que en ese minuto debiera haber tirado a puerta directamente cuando recibió en el área de Mendy. Sin embargo, se revolvió y realizó una gran dejada a Modric, que disparó sin consecuencias desde una posición muy ventajosa.

Imagen: realmadrid.com

Tres minutos más tarde, en el 21’, llegó la mejor ocasión del primer tiempo. Una gran combinación entre Lucas Vázquez y Modric termina con un gran pase del croata al gallego en el área. El canterano ganó la línea de fondo y centró con mucha habilidad al segundo palo, suficientemente alto como para eludir al portero, donde ya entraba Mariano gozando de antemano con la perspectiva que tenía por delante, como si fuera el más reputado chef ante la mejor despensa del mundo. Su testarazo inapelable picado se topó, desafortunadamente, con la cabeza de Gorosabel y se estrelló en el larguero. El rechace lo recogió con mucha clase Asensio, haciendo uso de esa izquierda que tan pronto catapulta un balón a la velocidad del sonido como lo pega al pie como si hubiera mortero de por medio. Tras abrirse hueco con habilidad e imaginación, el mallorquín chutó a puerta pero se topó con Zubeldía, que logró desviar a córner con su portero ya batido.

Desde ese instante hasta el final del primer periodo, se sucedieron los mejores minutos del Madrid de esta noche. Las combinaciones eran rápidas, la movilidad de los jugadores, constante, y la presión adelantada hasta daba algunos frutos, aunque parecía costar menos recuperar cuando se esperaba al rival un poco más atrás.

En el 34’, llegó otra gran ocasión de los nuestros. Isco vuelve a recibir de Mendy y descarga de primeras un gran pase lleno de velocidad y precisión para la incorporación al área de Kroos. El alemán, que cuajó un gran partido, se fue de cuantos rivales le salieron al paso mientras la línea de fondo se le venía ya encima. Aun así, se las apañó para disparar al primer palo, pero entre Zubeldía y Remiro consiguieron enviar a córner.

Imagen: realmadrid.com

En el 43’, justo antes del descanso, Modric arranca desde tres cuartos y se va a la frontal tras marcharse con un gran caño de Oiarzabal. Desde ahí chuta a puerta obligando a Remiro, con una muñeca meritoriamente tensa, a desviar la pelota a córner en otra buena intervención del meta txuri-urdin.

 Se llegaba así al final del primer periodo, con sensación de tener la pólvora mojada por un lado, y con el temor de que alguna contra visitante pudiera hacer daño por el otro, dada la calidad ofensiva que atesoran los jugadores realistas. Monreal, a través de sus incorporaciones por la izquierda, obligó a Asensio a trabajar de lo lindo, restándole unas energías que a buen seguro le habrían hecho participar más en el juego de creación del Madrid, faceta del juego en la que el mallorquín no consiguió brillar esta noche.

Lo que no esperábamos es que Zidane cometiera el gravísimo error que está detrás de los dos puntos que hemos visto volar esta noche. Cuando tras unos primeros quince minutos disputadísimos y en cierta desventaja, el Madrid había conseguido imponerse por fin en el medio campo, el técnico francés, que se estaba haciendo acreedor ya del milagro de una nueva resurrección con Isco, decidió partir en la segunda mitad con Casemiro como tercer central. El 4-3-3 se convirtió en un 3-4-3 o 3-5-1 y pronto se manifestó como un verdadero desastre.

Imagen: realmadrid.com

La Real se hizo con el dominio absoluto del juego. Encerró al Madrid con su presión alta y le ahogó cualquier tipo de salida, sometiéndole a correr tras la pelota a su más absoluto antojo. Las aproximaciones, llenas de peligro, llegaron sin disparos a puerta pero con una sensación de congoja que hizo que toda la parroquia blanca implorara a su entrenador la rectificación de tan calamitosa táctica. La corrección de Zidane no llegó, pero sí el primer tanto del encuentro, en un contraataque tras pérdida que cogió totalmente descolocado al equipo. Buena parte de la responsabilidad de las posiciones de algunos de los nuestros en la jugada es también del técnico galo, en especial la de Mendy, al que sitúa, tanto con el 4-3-3 como con el esperpento de dibujo del comienzo  del segundo periodo, prácticamente por delante de su interior, en una posición que sin que aporte gran cosa ofensivamente, desguarnece a la defensa ante un robo en la salida desde atrás. Monreal entró como un cuchillo por su banda pero, esta vez, Asensio estaba lejos esperándola todavía, Lucas se fue a cerrar al centro y Modric no pudo llegar a la carrera del veterano lateral realista. Centró al segundo palo con muchísima técnica y precisión, donde Portu entraba absolutamente sólo. Su remate al segundo palo de cabeza fue excelente, enviando la pelota a la escuadra y adelantando a los suyos en el marcador. Mendy debería haber cubierto esa parte del campo pero, en primer lugar, se encontraba prácticamente ya en terreno contrario. En segundo término, pudo hacer algo más para llegar a la acción aprovechando su portentoso físico, pero se confió demasiado y cuando vio la precisión del pase de Monreal fue ya demasiado tarde como para poder intervenir. Menos mal que no fue Marcelo.

La Real pudo volver a marcar dos minutos más tarde en otro error clamoroso en la salida del balón del Madrid. Courtois abre a Nacho y Portu intercepta antes de que el cuero llegue a su destino. Su centro al corazón del área no es rematado a bocajarro por Isak por escasos centímetros. Un minuto después, en el 57’, Kroos disparó de rosca desde la frontal y envió la pelota fuera aunque no muy lejos de la escuadra de Remiro. Fue la primera aproximación local de cierto peligro desde la reanudación.

A la hora de encuentro y con todo muy cuesta arriba, Zidane quemó las naves dando entrada a Rodrygo, Vinicius y Hugo Duro por Asensio, Isco y Mariano, tan lleno de voluntad como carente de participación, excepción hecha de su remate en el 21’ que fue lo único reseñable de su actuación esta noche.

Imagen: realmadrid.com

Mejoró el juego, si bien es justo es admitir que no era muy difícil y aunque se produjo cierta reacción, no se alcanzó el nivel de la primera mitad.

En el 62’, una jugada de Lucas por la derecha termina con un buen pase al segundo palo que Casemiro remata de cabeza fuera por muy poco en inmejorable posición. A poco que Case hubiera tenido algo de acierto hoy, se habría notado que era mucho más necesario en el mediocampo e incorporándose al área que restando efectivos de la medular como tercer central.

En el 75’, Zidane retiró a un Modric venido a menos a esas alturas de la noche tanto por la acumulación de minutos como por las palizas de la descoordinada presión adelantada local, y dio entrada a Valverde.

Imagen: realmadrid.com

Sin juego colectivo y con Kroos cada vez más cansado, el Madrid se encomendó a lo que pudieran hacer sus jóvenes brasileños por las bandas, ora apoyados por sus laterales, ora molestados con incorporaciones demasiado prematuras, algo que no terminamos de corregir. No obstante, en una acción a balón parado en el 77’, Le Normand ganó la partida a Casemiro y su testarazo se marchó fuera por muy poco.

En el 83’, Rodrygo, partiendo de una posición muy inteligente, sin incrustarse en las líneas rivales, realizó una gran diagonal con un fulgurante cambio de ritmo con el que se zafó de su par. Se apoyó en Valverde, que le devolvió la pared desde la frontal. Ya en el área, el carioca, viendo a los defensas echársele encima, optó por el disparo de primeras con su diestra, pero se fue algo desviado. Con estas jugadas, este chaval da muestras de una inteligencia futbolística más que interesante a sumar a sus atributos atléticos, lo que le convierte en una auténtica promesa a cuidar y a mantener lejos de la despiadada impaciencia y de la irracional exigencia de buena parte de la afición.

En pleno cerco al área txuri-urdin, en el 86’, Hugo Duro deja para el disparo de cara de Casemiro dentro del área. No era hoy la noche del centrocampista blanco y su disparo fue interceptado en última instancia por un defensa que consiguió desviarla a córner.   

Imagen: realmadrid.com

Cuando los tres puntos volaban ya de Valdevebas, una gran incorporación de Lucas Vázquez por su banda, tras una bonita pared de tacón con Valverde, termina con un gran pase del gallego al corazón del área. Allí la esperaba Vinicius, que remató a puerta y marcó el gol que establecía el empate definitivo con el que concluyó el encuentro, no sin que antes la pelota rebotara en Zubeldia. Es difícil saber si el balón habría entrado directamente. Tampoco es la primera vez que Vini marca chutando primero al cuerpo de un rival (recuerden el partido contra el equipo de los presidentes moradores del hotel rejas). Lo que habría sido injusto es que alguno de estos puñeteros rebotes en Zubeldia con su portero ya batido no terminara en la red. Por fin la afición, excepción hecha del sector de las vinagreras,  pudo celebrar algo, un mal menor, en una noche que pintaba aún más negra.

Se aleja la Liga tras el empate de hoy. No es que hubiera muchas esperanzas, por no decir ninguna, viendo el arbitraje de Hernández Hernández en el Sevilla – Barcelona como colofón a la descarada manipulación que se ejerce en este simulacro de competición. El hecho es que ver al Madrid arriba siempre ilusiona, aunque sea desde la desesperación, y esta noche hemos dado un paso atrás de los que duelen porque ha estado plagado de errores propios evitables. El primero de ellos, una nueva dirección de partido desafortunadísima de Zidane. El segundo, las dificultades que tiene la plantilla actual, plagada aún de lesiones y sin poder contar con su mejor hombre, Karim Benzema, para mantener el nivel contra equipos poderosos físicamente. El tercero, el monumental desacierto que tenemos de cara a la portería, que nos condena a jugar en desventaja cada vez que no somos capaces de mantener la nuestra a cero. Al menos nos cabe el consuelo de haber visto reaparecer a Rodrygo y Valverde, así como el de ver luchar al equipo, aunque sea como pollos sin cabeza, hasta el último minuto de encuentro.

Ahora, a visitar el Metropolitano con la ansiedad de ir necesitados de victoria. Eso es ponerle al Cholo casi un 1-0 de partida en el marcador. Esperemos que podamos ver a ese Madrid de los grandes rivales en Liga.