CRÓNICA | Estado de alarma: Real Madrid 0 – 1 Cádiz

Una crónica de: @Datemus

Tras la interrupción de la Liga para disputar las competiciones de selecciones, llegaban varios de los jugadores del Madrid tras desgastarse o lesionarse como internacionales durante el periodo en el que las federaciones nos han privado de los partidos de clubes. Y lo hacían frente a un rival, el Cádiz de Cervera que, como bien indicaba @luismanper en la Previa, traía una magnífica tarjeta de presentación corroborada por su posición en la tabla.

Parece que Zidane no prestó demasiada atención a los antecedentes y, más preocupado por la concentración de compromisos importantísimos en las fechas venideras y por la acumulación de minutos en las piernas de sus internacionales, puso en liza un once no ya imposible de adivinar, sino absolutamente desconcertante.

El resultado fue un primer tiempo del Madrid indecente, y creo que el calificativo no se excede, sino que hace justicia tanto al planteamiento como a la actitud y rendimiento de los jugadores locales. Pienso, así mismo, que de este partido van a salir varios jugadores muy tocados, puesto que sus comparecencias, cada vez más escasas, parecen lastrar al equipo en todas las posiciones que ocupan. Precisamente se espera de ellos que tiren del carro en estas ocasiones en que los supuestos titulares vienen cansados o lesionados, y en el que el calendario aparece abarrotado de compromisos muy cercanos y de la mayor exigencia. No fue así pero justo es reconocer que a los no habituales, se sumaron unos supuestos titulares con las piernas muy pesadas y las cabezas totalmente ausentes. Con estos ingredientes Zidane se colocó el mandil y mezcló una base de jugadores capaces pero sin ganas de competir con unos futbolistas que parecen completamente perdidos para la causa de la alta competición. Con estos mimbres, ni siquiera el principal atributo del Madrid de los últimos tiempos, el de la solidez defensiva, hizo acto de comparecencia en la tarde sabatina. Por su parte, el Cádiz contrapuso un 4-4-2 lleno de disciplina e intensidad y, con una estrategia perfectamente definida y una actitud competitiva envidiable, superó de cabo a rabo a su oponente en todas las fases del juego.

No tardó en ponerse de manifiesto la desvergüenza de los de Chamartín cuando a los noventa segundos de partido, Kroos intentó jugar una pelota en propia área de las que requería un despeje de manual, entregándosela a Negredo quien, de remate cruzado  batió a Courtois. Sólo Sergio Ramos, en su única acción meritoria de hoy, logró salvar sobre la mismísima área de gol.

Imagen: realmadrid.com

Los minutos de tanteo alternaban un intento de juego de toque del Madrid para vencer la presión andaluza desde campo propio, con los cambios de juego desde las botas de los centrales para aprovechar la concentración de jugadores gaditanos por el centro. La segunda de las opciones no resultó fructífera aunque sí interesante, pero para desgracia de la parroquia madridista, se diluyó rápidamente para no volver a aparecer. La del toque fue una auténtica catástrofe y los gaditanos aprovecharon  las continuas pérdidas de balón, las imprecisiones y la lentitud parsimoniosa en las combinaciones de la medular madridista para hacer de Valdevebas su particular Trafalgar, cañoneando a la flota local que, poco a poco, tuvo que volcar su empeño más en achicar agua que en buscar la meta contraria.

En el 7”, Lozano aprovecha una pérdida de local en el medio campo para irse de medio Madrid ausente y poner a prueba, de disparo lejano pero sin oposición, a un Courtois que se tuvo que lucir para impedir el gol.

 En el 13”, otra pérdida habilita la carrera pos su banda de Salvi que pone un buen pase a Negredo. Sólo el pésimo remate de cabeza del ex-canterano  evitó el 0-1 en el marcador. Segundos después, Juan Cala aprovecha una pérdida local y la desvergüenza de los madridistas para plantarse “box to box”, es decir, desde su posición de central a las proximidades de la frontal del área rival sin que nadie le estorbe lo más mínimo, a chutar y a forzar a Courtois a otra grandísima intervención. Sólo un minuto después, Álex Fernández pone un gran balón desde la izquierda que no acaba en 0-1 por la habilidad con que Marcelo llega a estorbar el remate de Negredo en la que fue su única acción meritoria del día. Estos presagios no podían ser más proféticos respecto del naufragio que se avecinaba.

Un minuto más tarde, en una jugada que habría resultado intrascendente si el Madrid hubiera salido hoy a disputar los 3 puntos, un pase lateral desde el mismísimo medio campo hacia la posición de Negredo, a 5 metros de la frontal del área, coge a Varane y a Sergio Ramos de vacaciones. Especialmente al sevillano al que, por extensión, pareció olvidársele que  Zidane, a su vez, no recordara que es muy difícil que el Madrid sea sólido sin Casemiro y sin Valverde en el campo y que, en cualquier caso, resulta esencial que al menos uno de los dos juegue. El gigantesco hueco entre centrales, fruto de la enorme caraja de Ramos,  no lo pudo completar nadie al estar el brasileño en la grada y Negredo no tuvo más que ceder de primeras con la testa al Choco Lozano que, más sólo que la una, con el camero de mero espectador, conjuró la salida de Courtois  cruzándosela picada. Quince minutos absolutamente imperdonables del Real Madrid, como bien puede colegir el lector por la extensión del numeral de ocasiones visitantes.

Imagen: realmadrid.com

El gol de los visitantes no cambió nada y los de Cervera siguieron jugando a sus anchas.

En el 29’, un contragolpe del Choco Lozano tras un gran desmarque le deja en posición de uno contra uno con Courtois aunque algo escorado. Su remate no es bueno y perdona otra gran ocasión.

En el 36’ llegó la única buena jugada del Madrid en la primera mitad. Vinicius cede un buen balón para Lucas que, desde la propia banda del brasileño, intente conectar con Karim sin éxito pero con mucha sensación de peligro. No obstante, la mejor ocasión antes del descanso volvió a ser gaditana, en un centro lateral que Courtois no acierta a despejar en su salida y que a punto estuvieron de aprovechar los andaluces.

Prácticamente con esta jugada se llegó al descanso. El Cádiz mereció más ventaja en este periodo y sólo su desacierto ante portería evitó un resultado más amplio a su favor.

Zidane, consciente del desastre, dio entrada a cuatro jugadores en el descanso: Valverde, Casemiro y Asensio  sustituyeron a unos desafortunadísimos Isco, Modric y Lucas Vázquez, mientras que Militao entró por Sergio Ramos, que arrastraba problemas físicos tras forzar un choque estúpido con el Choco Lozano, que también tuvo que ser reemplazado antes de la reanudación por culpa de la misma jugada. Fueron los peores 45’ del capitán en muchos meses.

Imagen: realmadrid.com

El equipo no fue a peor porque era imposible, pero justo es reconocer que tras la sustitución de los calamitosos titulares del primer tiempo, la mejora. Al menos en ataque, fue prácticamente imperceptible, lo que dice mucho de la actitud general de los jugadores en este partido.

Se ganó en posesión y se mejoró el desasosiego defensivo e incluso al principio, pareció que la fuerza y la velocidad que imprimía Valverde a sus acciones podrían llevar cierto desequilibrio, pero lo cierto es que el equipo se empeñó en combinar por el centro, zona por donde era imposible progresar, y con un juego que se tornaba de nuevo y poco a poco en completamente previsible.

Por si fuera poco, Asensio apenas aportó nada, ni desde la banda ni desde la posición de media punta que se fue a ocupar con tal vez excesiva frecuencia. El juego del Madrid se diluía y se hacía adivinable a la legua, con los exteriores, Vinicuis y Asensio, convertidos en interiores, y con un atasco monumental de jugadores por dentro y esperándola al pie que no se traducía en huecos por donde los laterales pudieran progresar.  Y esto es bien preocupante porque fue a lo que quiso jugar Zidane pero, por un lado, la circulación de balón de una banda a otra era desesperantemente lenta y carente de toda movilidad en el juego sin balón mientras que, por otra, ni Marcelo ni Nacho, completamente fuera de forma, fueron capaces ni de desbordar, ni de poner centros decentes, ni de realizar combinaciones con sus compañeros. Se limitaron a poner centros desde tres cuartos tan previsibles que acabaron siempre en fueras de juego de los posibles rematadores. Por último, es relativamente sencillo defender cuando los jugadores saben que ningún rival va a intentar el desborde y todos la esperan quietos, con la excepción de un voluntarioso Vinicius que ni recibía de cara, ni tampoco tuvo su noche, así como con la de un Karim Benzema que no está en su mejor momento y que fue en cierta medida también víctima de la estrategia de su entrenador hasta el minuto 78’.

Hasta entonces, sólo cabe reseñar una gran internada de Kroos por la izquierda desde tres cuartos, aprovechando la concentración de rivales en la zona central, desde la que puso un grandísimo servicio con la izquierda a la cabeza de Vinicius. El carioca, que de por sí ya tiene problemas para definir con el pie, envió fuera su remate con todo a favor tras la salida por uvas de Ledesma, perdonado el que habría sido el empate en el marcador.

Imagen: realmadrid.com

Hasta el 78’, el partido trascurrió alternando la impotencia local con algunas contras peligrosas visitantes. Fue entonces cuando Zidane hizo su único cambio trascendente en la noche de hoy dando entrada a Jovic por Kroos. No es que el balcánico estuviera especialmente acertado, pero atrajo la vigilancia de los centrales y permitió al mejor jugador con diferencia del Real Madrid, Karim Benzema, descolgase a la zona de media punta sin tanta vigilancia de rivales como hasta entonces. A pesar de los minutos en las piernas y de su aparente frialdad, el francés vino a poner algo de dignidad entre los que hoy vistieron la camiseta del Madrid. Sacó entonces ese violín cuyas notas tan bien prosa @MiedoEscenico2, pero también ese orgullo que le impulsó a bajarse, por el bien del equipo, desde su espacio como solista en la Filarmónica de Viena al andén de la estación de Nuevos Ministerios, en la única muestra de competitividad de entre los nuestros anoche. Karim es, sin lugar a dudas, la gran estrella en todos los sentidos de esta plantilla. Se fue a recibir balones y a crear sinfonías en ese lugar del campo, tocando con todo el sentido del mundo para desmarcarse inmediatamente después con su portentosa visión de este juego, no exenta ni de sacrificio físico ni de una garra y un carácter difíciles de percibir, especialmente para el oído de un gran público formado por las tertulias radiofónicas para valorar mucho más al reguetón “isquiano” que a las grandes obras clásicas “bencemiles”.

Fueron varias las jugadas de peligro que salieron de sus botas de entre las que destacó, en el 82’, un excelente movimiento que, tras una meritoria combinación con Jovic, resultó en un impresionante disparo desde la frontal que se estrelló en el larguero.

No hubo tiempo para más. Derrota más que justa y merecida de un equipo que apenas compitió en la tarde de hoy, con un juego en ataque plomizo y una actitud defensiva imperdonable que permitió al rival desplegarse y llevarse los tres puntos sin apenas oposición.

Cualquiera podría sentenciar de un partido así muchas conclusiones negativas: falta de actitud, jugadores acabados, plantilla incompleta, ausencia de  motivación, etc. Indicios de cualquiera de estas circunstancias pueden encontrarse a raudales en una tarde tan aciaga. También en la derrota contra el Betis anterior al confinamiento de la Liga de la temporada pasada que, a la postre, terminamos por llevarnos. No digamos en la temporada de la Undécima. Demos tiempo al tiempo para aliviar el cabreo y obtener nuevos datos del verdadero estado de esta plantilla ya que, para lo bueno y para lo malo, en toda muestra no deja de haber valores atípicos. Veremos si por fortuna, el partido de hoy termina por ser uno de ellos. No obstante, para todos los aficionados del Madrid resulta imperdonable una actitud tan indolente como la mostrada por el equipo en la jornada de hoy y este disgusto, nos va a durar tanto como la preocupación por el compromiso importantísimo de Champions que tenemos en ciernes. Esperemos que ahí quede la cosa y que acudamos al Clásico del próximo fin de semana con mejores sensaciones.