Una crónica de: @Datemus
Parece que el Castilla no es el estudiante más brillante de la clase. Pocas lecciones había que aprender para mejorar significativamente el rendimiento del equipo: no regalar goles y manejar mejor el partido más allá de los primeros 35 minutos. Pero da la impresión de que el filial madridista está dispuesto a repetir curso e ir directamente a septiembre de 2020, ya que en cada examen semanal yerra en las mismas cuestiones sin mostrar ninguna vocación de mejora.
Y es que el partido de hoy ya lo habíamos visto: frente al Langreo, contra el Pontevedra y ante el Rayo Majadahonda: treinta y cinco minutos de juego fantástico seguidos, sin solución de continuidad, de la pérdida de la iniciativa y de una incapacidad para manejar el marcador favorable absolutamente desesperante.
Entrando en materia, Raúl resolvió la baja de Franchu Feuillassier dando entrada a Marvin como interior diestro. Baeza jugó en la media punta, Fidalgo como teórico interior izquierdo y Blanco de medio centro. La principal novedad fue la entrada de Bravo para auxiliar físicamente al mediocentro andaluz y dar más mordiente a la presión. Gelabert formó en punta mientras que atrás, Javi Hernández se desplazó al lateral izquierdo, Guillem ocupó la derecha y Gila y De La Fuente actuaron como pareja de centrales.
Imagen: realmadrid.com
Los primeros treinta y cinco minutos del Castilla fueron fabulosos. Frente a un gran rival, el equipo se plantó perfectamente en el terreno de juego, alternando la presión tanto arriba como en la medular, pero siempre con mucha intensidad y una excelente colocación en el campo. Por si fuera poco, los blancos vencían con magníficas combinaciones la presión adelantada de su rival y llegaban al área contraria creando peligro.
Tan sólo hubo que esperar tres minutos para ver el primer gol: saque de banda desde campo propio. Gelabert acude a recibir para ayudar a romper la presión sobre saque. Controla excelentemente de espaldas y desahoga hacia Dela, que abre a su vez a Guillem. El lateral derecho combina rápido y directo hacia Marvin, que encara y conduce como un cohete por su banda. Aparecen en ese instante los apoyos de Baeza y Gelabert, de los que resultan unas combinaciones electrizantes en el pico del área, donde el Ibiza no concedía ni un espacio. Gelabert pisa área pero no puede avanzar, y envía la pelota atrás para la incorporación de Guillem, que cuelga un gran centro al área pequeña sin esperar a controlar la pelota. Fidalgo gana la espalda a su par y marca un gol al más puro estilo de los delanteros centros.
Lo más destacable de este excelente gol es que el Castilla, como muestra la imagen siguiente, llegara al remate con Fidalgo, Blanco, Baeza y Marvin, todos ellos centrocampistas, sumidos en el área. Incluso Javi Hernández llega a entrar antes de que el asturiano maque. Este es el fútbol del que disfrutan los buenos aficionados, que gustan de la táctica y del buen juego colectivo y, sin duda alguna, una parte importante del mérito es de Raúl y de su cuerpo técnico.
Cuatro jugadores esperan el pase de Guillem en el área. Imagen de Real Madrid Televisión. Retransmisión de #LaFábrica.
El partido continuó con el Castilla perfectamente colocado y presionando muy encima de sus rivales. El Ibiza apenas podía combinar en el medio campo y su fútbol terminaba muriendo en pérdidas de balón o en remates sin peligro. Los blancos, por el contrario combinaban bien, aunque sin crear un gran número de ocasiones.
Hubo que esperar hasta el 20’, en que Baeza y Guillem roban a la limón el balón con una excelente presión en dos contra uno. El andaluz conduce desde campo propio con su virtuosísima izquierda, con mucha velocidad y la pelota tan pegada a la bota como si fuera una parte más de su pie. Llega al pico del área donde le entran el medio centro Núñez y el central Mariano. Baeza regatea primero a uno y después al otro, en una jugada propia de un superclase, y dispara ya en el área donde se le aparece la Almudena al meta Germán, que toca con las posaderas el balón antes de que termine de colársele bajo las piernas.
Transcurría plácidamente el partido hasta que llegó el 35’, en que, para no perder la costumbre, el Castilla decidió regalar un tanto a su rival. En una jugada sin ningún peligro, el intento de profundizar por la izquierda de Javi Lara en individual es bien tapado por Guillem y Marvin, que tocan ligeramente la pelota hacia la posición de Morillas, que acompañaba la jugada por su banda. El lateral izquierdo no se lo piensa y, desde tres cuartos, pone un balón que más bien un intento de quitarse la pelota de encima que una asistencia. Sin embargo, le sale un pase bien orientado hacia la posición de Pep Caballé. El interior diestro se había colado entre los dos centrales del Madrid que se quedaron haciendo la estatua, impasibles e incomprensiblemente estáticos por mucho que creyeran que el rival estaba en posición de fuera de juego. Belman, demasiado atrasado, tampoco estuvo diligente en la salida y Pep no tuvo más que tirar prácticamente un penalti para aprovechar el regalo de la indolente zaga blanca. Obsequio para el único jugador rival que en ese instante ocupaba posición de remate. El pase de Guillem fue a la altura del punto de penalti mientras que el de Morillas fue desde tres cuartos. Obsérvense las enormes diferencia con el primer tanto del partido y hasta donde tienen que esforzarse uno y otro equipo para poder anotar.
Dela y Gila tiran un pésimo fuera de juego y ni siquiera acompañan la jugada. Belman, demasiado atrás, tampoco sale. Un gol con un pase lateral sin ningún peligro. Imagen de Real Madrid Televisión. Retransmisión de #LaFábrica.
Con el empate llegaron, acentuados por la pésima dinámica del equipo, la desmoralización, la falta de confianza y el habitual bajón tras la media hora inicial de partido. El Castilla no jugaba bien pero tampoco se veía acosado por su rival. El Ibiza para imponer su estilo en esta fase del partido tiraba de oficio y de un juego duro consentido una vez más de forma parcial por el árbitro. Así se llegó al descanso, con el horrible presentimiento de que los baleares confiaban en que la calidad de sus jugadores apareciera en algún otro error fruto de la flojedad de la defensa blanca.
No se hicieron esperar los peores augurios, y el 1-2 llegó en otro obsequio de la defensa. Esta vez, nada menos que en un despeje del meta rival Germán. Su balón altísimo acude a controlarlo, todavía en campo propio, Núñez. Nada habría ocurrido si a Gila no le hubiera dado por tratar de disputar, sin ninguna posibilidad de ganarla, esa pelota en campo rival, dejando un agujero negro tras de sí que ni el mismísimo Asimov sería capaz de describir. Javi Hernández cierra pésimamente la jugada y eso le da la opción a Rai, que había recibido la pelota, de abrir para la incorporación de Caballé, que penetraba por los insondables espacios del Universo generados por la defensa blanca. Caballé, que había merecido por su dureza la expulsión pero que cuajó un gran partido, se interna en el área y bate a Belman de un fortísimo disparo cruzado.
En ese instante el partido se acabó para el Castilla. El equipo se hundió y su juego ofensivo fue gris y plano, totalmente a merced de la presión y la colocación que ejercía el cuadro balear, que frustraba con una facilidad pasmosa cada esfuerzo ofensivo de los madridistas. Tan sólo destacar un remate de Fidalgo en el 58’ desde la frontal al que respondió Germán con una buena parada.
Imagen: realmadrid.com
Raúl, en el 59’, lo intentó dando entrada a Pedro y a Jordi, que salieron por Baeza y Blanco. Quizás debió de ser Bravo quien abandonara el campo en lugar del medio centro cordobés. Apenas dieron fruto los cambios a pesar de la movilidad de Jordi, que se fue a la izquierda para dejar la media punta a Fidalgo. En el 67’, una buena internada de Marvin termina con un pase que sale envenenado hacia la portería, pero Germán realiza una gran intervención y despeja a córner. En el 72’, Raúl retiró a Gelabert para dar entrada a Rodrigo. Este cambio fue muy desacertado y acabó con la escasísima creación blanca en el segundo tiempo. Frente a la impotencia para combinar y generar ocasiones, el juego fue tornándose cada vez más individual, terminando las jugadas en pérdidas de balón o balones mansos atrapados por Germán.
De ahí al final del partido destacar tan solo, en el minuto 92, un saque de córner en que Javi Hernández es clarísimamente agarrado cuando iba a optar al remate. El penalti no quiso ser pitado, una vez más, por el taimado árbitro del encuentro, que realizó una actuación sibilina y machaconamente constante en contra del Castilla, añadiendo a su malicia una dosis de inaceptable desprecio en el trato a los jugadores locales. Otra pieza enviada por el CTA que habrá salido de Valdebebas con una excelente puntuación, no cabe duda.
Hasta aquí el relato de un nuevo partido donde el Castilla lo hizo todo: desde un juego completísimo hasta regalarle los puntos a su rival. Confiemos en que logremos aprender la lección muy pronto, antes de que empecemos a pensar más en evitar las posiciones de descenso que en jugar los play-off para la categoría de plata.
RESULTADO FINAL: REAL MADRID CASTILLA 1 – UD IBIZA 2
GOLES
1-0 (min. 3) Fidalgo.
1-1 (min. 36) Pep Caballé.
1-2 (min. 49’) Pep Caballé.
ALINEACIONES
Real Madrid Castilla: Belman, De la Fuente, César (Rodrigo, 72’), Fidalgo, Guillem, Bravo, Javi Hernández, Blanco (Pedro, 60’), Gila, Marvin y Baeza (Jordi, 60’).
UD Ibiza: Germán, Fran, Mariano, Pep Caballé, Rodado, Raí (Cirio, 62), Núñez, Javi Lara (Sibo, 73’), Quintanilla, Javi Pérez (Arranz, 83’) y Morillas.