Una previa de: @luismanper
Mañana cuando recibamos al Villarreal en el Santiago Bernabéu se cumplirán dos meses exactos del día que el Real Madrid perdió todas las opciones de disputar títulos y, en la práctica se le acabó esta aciaga temporada al equipo blanco, quedando entonces 12 partidos por disputar que se han convertido en una tortura insufrible para el aficionado blanco, que ve como los jugadores muestran una desidia intolerable que tuvo su punto culminante el pasado domingo cuando el colista doblegó al Real Madrid, sin que nuestros jugadores pusieran la más mínima resistencia para evitar la derrota.
El partido de mañana frente a un Villarreal que está recuperando el resuello en una temporada en la que ha estado bordeando el descenso y en la que despidió a un entrenador en noviembre que volvió a repescar en febrero, llega con el madridismo inmerso en un ambiente de pesimismo en el que todos deseamos que se acabe cuanto antes esta penosa temporada que ha provocado la desastrosa planificación de la plantilla el pasado verano cuando se confió en que explotaran jugadores que nunca habían liderado una plantilla, en vez de rascarse el bolsillo para suplir al máximo goleador de la historia del club que se fue sin que viniera ningún recambio, más allá de la repesca de un canterano que llegó dos días antes de que se cerrara el mercado para evitar que lo fichase el Sevilla.
Imagen: elespañol.com
Con esos mimbres todos nos temíamos que la Liga se nos iba a hacer eterna, como así está siendo, ya que perdimos toda opción de ganarla el pasado mes de octubre con una racha espantosa de más de un mes sin marcar un solo gol mientras que la Copa y la Champions las perdimos en la semana trágica de finales de febrero y principios de marzo, mientras tanto seguimos esperando que jugadores como Isco, Asensio, Kroos, Mariano y sobre todo, Gareth Bale den lo que se esperaba de ellos cuando el club decidió que eran mejores que todos los candidatos que se podían fichar para sustituir a Cristiano Ronaldo.
Pero volviendo al presente, el Barça se proclamó justo campeón de Liga el pasado sábado cuando venció en su casa a un Levante que a nosotros nos ganó en el Bernabéu, por lo que si los partidos disputados desde que nos eliminó de Champions el Ajax que está a punto de llegar a la final que se disputará en el Wanda Metropolitano, han sido un mero trámite, ahora que el Barça ya es campeón matemático, va a seguir aumentando la tortura y sensación de fin de ciclo que muestran unos jugadores que salen al campo con la única intención de que pasen cuanto antes los 90 minutos de este partido y de los dos encuentros que quedan para que se termine esta interminable Liga y con ella, el ciclo de muchos de los componentes de la plantilla del Real Madrid.
Imagen: realmadrid.com
En lo puramente deportivo, la única buena noticia es el regreso de Vinicius, quien no jugaba desde el nefasto partido contra el Ajax en el que se terminó toda la temporada madridista, pues las bajas siguen siendo las mismas que en el último partido contra el Rayo en el que el equipo hizo el ridículo, ya que Sergio Ramos, Odriozola y Benzema siguen lesionados, por lo que Zidane volverá a tirar de rotaciones dejando entrever los jugadores con los que cuenta y a los que descarta para una próxima temporada, en la que tendrá que reconstruir desde cero a un equipo ganador al que se ha dejado morir desde una directiva que creyó, que los ciclos triunfales duran eternamente aunque no se renueve absolutamente nada en una plantilla por la que los años no pasan en balde.