CRÓNICA | Despertares: Real Madrid 2 – 0 Sevilla

Una crónica de: @MiedoEscenico2

PRÓLOGO: En el podcast 5×15, del jueves pasado, #FrayLuigi (@luismanper) nos preguntaba por las predicciones de los participantes sobre el partido contra el Sevilla de esta tarde. Le dijimos que “el Madrid saldrá y competirá” (@HCFanego), que “puede ser un partido bueno, que salgan entonados, con momentos de buena presión y  juego aceptable” (@MrSambo92), que “la clave está en controlar la banda de Navas, hay que taparle los espacios” (@MORENOAYALA1), y que “con Modric fresco a las máquinas, el equipo gana mucho” (yo mismo). Lo cual demuestra que, o bien hay que escuchar el podcast de @eldiariodemou para saber de qué va esto, o que Solari lo oye…

Me acompañaba en el Bernabéu una amiga sevillana y sevillista, que salió del estadio contenta por haber visto un gran partido de fútbol, aunque su equipo no pudiera llevarse ningún punto. Y aunque decían, en algún sitio, que la lluvia en Sevilla es una pura maravilla, lo cierto es que la tarde en Madrid se presentaba desapacible, nublada y con lluvia. El Madrid iniciaba el partido con Courtois en la portería, obligado a volver a ocuparla antes de lo deseable debido a la lesión sufrida por Keylor Navas el día anterior. La línea defensiva la componían Carvajal, Varane, Ramos y Reguilón que, como hipotetizaba @luismanper en el podcast, fue cambiado el miércoles en Copa para darle hoy la titularidad (un punto para él). En el centro del campo, Casemiro, Modric y Ceballos estaban a cargo de las máquinas, y en la zona de ataque, Lucas Vázquez y Vinicius por banda, con la presencia de Karim Benzema a pesar de su dedo fracturado, habiendo decidido aplazar la operación del mismo para poder ayudar al equipo.

Probablemente, junto con el disputado contra la Roma, el Real Madrid jugó su mejor partido de la temporada, tanto por la entidad del rival como por la actitud y el juego mostrados. La primera parte tuvo algo más de alternancia en el dominio, pero el equipo blanco salió con ganas de agradar a su público y ponerse por delante. Los primeros veinte minutos fueron de un dominio claro del Madrid, entrando por banda, con pases y centros, y remates poco acertados. Cada incorporación de Lucas y Carvajal por la derecha, cada combinación de Benzema y cada incursión de Vinicius acercaban el peligro a la meta defendida por Vaclik, pero no se transformaban en gol. El Sevilla tuvo un momento de respuesta, en los siguientes minutos, pero sin inquietar en exceso la portería de Thibaut Courtois. Un cabezazo accidental entre el “Mudo” Vázquez y Modric, acabaría con ambos jugadores contusionados y siendo atendidos en el campo. Tras el encontronazo y las curas practicadas a ambos, el pequeño croata lucía un aparatoso vendaje blanco en la cabeza, sumándose así a la tradición de las imágenes de este tipo de Camacho o Pirri en otras épocas, mientras que el Sevilla le colocaba al italoargentino un caso al más puro estilo de Peter Cech. El partido llegaba al descanso con 0-0, pero con la sensación de que el Madrid merecía algo más, y de que el Sevilla apenas generaba peligro.

La arrancada de la segunda parte del Madrid demostró que iba decidido a por el partido. Y, lo que es mejor, mantuvo esa ambición desde el principio hasta el final. Fue media hora de asedio y un cuarto de hora de zarpazos al contraataque, salpicados por la presión tras pérdida, casi sistemática, que ahogaron al equipo hispalense. Un movimiento de Vinicius recortando hacia adentro y rematando desviado inició las hostilidades, que continuaron con un remate fuera de Casemiro, un remate alto de Modric a pase de Lucas, otro de Ceballos también alto, otro de Modric al lateral de la red, una pared frustrada entre Ceballos y Benzema, un intento de vaselina desviado de Vinicius, un disparo de Ceballos al larguero, un cabezazo de Casemiro a centro de Reguilón, otro que salía desviado… El Madrid vivía casi continuamente en campo sevillista, y entraba después Isco por Lucas Vázquez, buscando otras opciones de disparo, en la caza incesante del gol que Solari había ordenado perseguir.

Y un minuto después, en el 78, Casemiro recibía un balón de Modric tras una jugada por banda izquierda, a unos 35 metros de distancia de la portería; en apenas décimas de segundo, avanzó un par de metros, armó su cañón, cargó la pólvora, y lanzó un proyectil duro y con efecto, que el portero sevillista sólo pudo hacer más bonito con su estirada y tocándolo con la mano antes de entrar en las redes. Tras un asalto incesante, el Madrid hacía subir el 1-0 y al fin hacía caer la defensa hispalense. A partir de ahí, el equipo blanco se replegó y esperó a que el cuadro sevillista se adelantara en el terreno, puesto que apenas había salido de su campo en toda la segunda parte. Hay que matizar que uno de los principales artífices de que esto fuera así fue Dani Ceballos: el jugador sevillano corrió hasta la extenuación y jugó un soberbio partido, yendo al corte una y mil veces, recuperando balones a destajo y jugando con criterio y agilidad, en una de sus mejores versiones. Parece que a Ceballos el mantener una cierta disciplina táctica le cuesta bastante más que dejarse la piel yendo a presionar para robar el balón, y en el partido de hoy mostró estar a un nivel descomunal en la presión tras pérdida, que iniciaba de manera automática y repleta de energía a cada momento, especialmente caído a banda izquierda.

En el otro lado del mediocampo, el pequeño príncipe croata apoyaba sin descanso las subidas de Carvajal y Lucas y, cuando éste se fue, se lanzaba decididamente a pedir el balón a la espalda de Escudero, generando problemas muy graves en el aparato defensivo sevillista. Y fue precisamente Luka Modric el que puso colofón a la victoria madridista, tras un par de salidas al contraataque, una de ellas con especial peligro y abortada por Mateu Lahoz debido a una supuesta infracción sevillista, con Benzema cargando el mosquete ya para fusilar a Vaclik. El croata cortó un balón, ya en tiempo de descuento, se plantó ante el meta sevillista, y mandó el balón a la red para marcar el 2-0 y hacer un acto de justicia, tras un partido en que había generado una cantidad de futbol de calidad inmensa. El partido acabó así, y con el equipo en una comunión con el Bernabéu –que bramó y bramó como hacía tiempo que no pasaba- que iba haciéndose necesaria.

Al fin, el gigante blanco despertó de su letargo, y lo hizo en un momento inmejorable, frente a un equipo que estaba empatado a puntos con él, y desplegando un juego dinámico, directo y decidido, que le llevó a alcanzar una victoria más que merecida. La línea defensiva fue absolutamente expeditiva, el centro del campo trabajó mucho y generó mucho fútbol, y los delanteros percutieron continuamente, además de presionar desde el inicio de las jugadas rivales. Sólo cabe esperar que el equipo no vuelva a caer dormido en los laureles y extienda este tono competitivo durante los próximos meses. El calendario en las próximas fechas ligueras no será muy benévolo con la escuadra blanca, pero no deja de ser cierto que esos partidos complicados, con las eliminatorias de Copa de por medio, también irán viendo la reincorporación de los lesionados Llorente, Kroos, Asensio, Bale y Mariano. De momento, este despertar ha ayudado a que muchos madridistas vuelvan a sentirse identificados con su equipo; haced que dure, chicos.


Imagenes: realmadrid.com