Una crónica de: @luismanper
Este partido ante el Athletic de Bilbao se presentaba como el último compromiso antes de las semifinales de Champions donde el Real Madrid se va jugar sus opciones de no acabar la temporada en blanco, porque esta Liga que tan larga se nos está haciendo el equipo blanco la tiró en la primera vuelta y desde entonces todos los partidos ligueros son un estorbo para los propios jugadores que hace bastantes meses que no dan todo en esta competición porque saben perfectamente que las opciones de salvar la temporada se han jugado todas a ganar la tercera Champions consecutiva.
Zidane hizo algunas rotaciones aunque el once estuvo mayoritariamente ocupado por titulares, ya que estuvo formado por Keylor Navas en portería, Carvajal y Marcelo en los laterales con Ramos y Varane de centrales, Kroos y Modric ocupando el mediocampo con Asensio y Lucas Vázquez caídos a la banda y Cristiano y Benzema como delanteros.
La primera oportunidad la tuvo el Athletic de Bilbao, con un mano a mano de San José que paró Keylor, Cristiano iba a responder con uno de sus portentosos cabezazos suspendido en el aire que esta vez estrelló en el larguero, pero la enésima vez en la que esta temporada los rivales pillan la espalda a Ramos acabó con Williams controlando el balón en el área para picar el balón suavemente por encima de Keylor y de esa manera poner el 0-1 en el marcador.
A partir de ese momento, el Athletic se echó atrás y llegó un aluvión de ocasiones madridistas, lo empezó Cristiano rematando un centro raso de Carvajal que atrapó Kepa sin problemas, después sería Marcelo quien dispuso de un potente disparo desde fuera del área que acabó en las manos del propio Kepa, el mismo que luego iba a lucirse sacando una mano extraordinaria cuando Varane remató prácticamente encima del portero vasco que exhibió reflejos para evitar el empate, el peligro madridista llegaba casi siempre por las bandas gracias a Lucas y Asensio, de hecho el extremo mallorquín pudo empatar en una jugada magnífica por su banda en la que se fue de varios defensas para acabar chutando raso y obligando a Kepa a sacar otra mano prodigiosa para despejar el balón a córner, también Lucas tuvo una jugada magnífica en la que con dos recortes dentro del área dejó sentados a cuatro defensas y puso el balón raso a Cristiano que no acertó a rematar con claridad un balón que atrapó Kepa y la primera parte acabó con una fea entrada de Lucas Vázquez para parar un contragolpe que le valió la amarilla.
La segunda mitad empezó igual que terminó la primera con un Real Madrid volcado sobre el área bilbaína, que a esas alturas ya había metido el autobús en su área para defender su momentánea victoria, siguió teniendo ocasiones Cristiano que pidió un penalti por empujón cuando iba en carrera, pero el árbitro no sancionó la pena máxima y mostró una amarilla al defensa que había trabado a Modric cuando dio el pase a Cristiano. El partido estaba siendo peligroso porque el Athletic buscaba los espacios a la espalda de la defensa para llegar en contraataques incluso en uno de ellos tuvo que salir Keylor de su portería, para despejar un pase filtrado a Williams que se habría plantado solo en el área si hubiera controlado el balón.
Sin embargo la mejor oportunidad del Athletic estaba por llegar cuando un balón a la espalda de Marcelo, la mandó De Marcos a la olla y no acabó en gol de milagro, primero porque el chut de Córdoba impactó en Carvajal y luego porque el posterior rechace lo estampó Raúl García en el larguero, en ese momento Zidane decidió hacer sus dos únicas variaciones en el partido metiendo a Bale y a Isco en lugar de Benzema y Asensio, los cambios vinieron bien al equipo porque el juego de los blancos era muy espeso y solo creaba algo de peligro mediante disparos lejanos de Isco y Modric y un centro lateral de Marcelo que remató Bale a la remanguillé.
Pero en los últimos diez minutos el partido se rompió, y a punto estuvo de llegar el empate gracias a una pérdida de Williams que fue aprovechada por Lucas para dejar solo a Cristiano que estrelló su disparo en un Unai Núñez que hoy ha cuajado un partido sensacional, el propio Lucas lo intentó después con un flojo disparo que atrapó Kepa sin problemas, y por fin el empate iba a llegar tras un córner que remató Lucas de volea, el rechace le quedó a Carvajal quien tras un centro a la olla que volvió a rebotar en un defensa para quedar el balón muerto en los pies del lateral de Leganés, quien finalmente puso el pase atrás a Modric para que el croata se sacara un disparo raso desde la frontal que desvió Cristiano de tacón para poner el 1-1 con el que acabó el partido, pues solo hubo una ocasión más en los minutos restantes y fue una falta directa que Bale mandó a las nubes demostrando que su cabeza también está más fuera que dentro de la disciplina del Real Madrid.
Por todo ello, el Real Madrid ha vuelto a empatar ante un equipo rival cuya temporada está siendo mediocre como se vio el pasado sábado cuando el Athletic cayó en su casa frente a un Deportivo de la Coruña que está en descenso y que apura sus opciones de salvación, pero a ese equipo vasco que este año no ha dado la talla el Real Madrid no ha sido capaz de vencerle ni en la ida ni en la vuelta, demostrando una vez más que esta Liga ha sido un calvario desde que se escapó en la primera vuelta con pinchazos absurdos como el de Girona, el del Betis, o no ganar al Levante, ni al Atleti, ni al Athletic de Bilbao ni en la ida ni en la vuelta, por lo que lo mejor que le puede pasar al Real Madrid ahora mismo es que esta Liga se termine hoy mejor que mañana, para poder centrarse en la Champions como única opción para ganar algún título esta temporada.