Una crónica de: @luismanper
Afrontaba el Real Madrid el partido en Ipurúa obligado a ganar, debido a la mala racha que le ha llevado a dejar de ser líder, tras perder 5 puntos en los últimos 3 partidos encajando 7 goles en contra en esos encuentros. Sin embargo y a pesar de las numerosas rotaciones, hoy el equipo ha mostrado su mejor cara y ha exhibido su mejor juego sentenciando el partido en la primera media hora con un Benzema estelar, que se ha erigido en el protagonista del partido marcando los dos primeros goles y asistiendo a James en el tercero.
Sacó Zidane un once lleno de rotaciones tanto por obligación como por decisión técnica, formando un 4-2-3-1 con Keylor Navas en portería, Danilo y Nacho en los laterales sustituyendo a los titulares Carvajal y Marcelo acompañados de Pepe y Ramos como centrales, al mediocampo volvieron Casemiro y Modric tras descansar contra Las Palmas, por delante como mediapunta se situaba James Rodríguez por lo que también descansaba Toni Kroos, flanqueado por Lucas Vázquez y Asensio por las bandas y Benzema como único delantero debido a las bajas de Cristiano Ronaldo por molestias físicas y Bale y Morata por sanción.
Apenas había pasado medio minuto cuando Benzema tuvo su primera oportunidad, pero poco después no iba a perdonar cuando aprovechó un gran centro raso de Asensio que se paseó por el área pequeña del Éibar y que el delantero francés remató en el segundo palo a las manos del portero, que dejó muerto el balón para que el propio Benzema marcara el rechace para adelantar al Real Madrid en el marcador. Pero el partidazo de Karim no se iba a quedar ahí, y poco después iba a rematar con la espuela una extraordinaria falta lateral que botó James Rodríguez para convertirse en el máximo asistente del equipo a pesar de no ser ni mucho menos titular habitual.
Pero la exhibición del equipo en general y de Benzema en particular, iba a continuar para poner un sensacional centro a James Rodríguez para que el colombiano metiera la puntera para colocar el 0-3 en el marcador cuando no habíamos cumplido aún la media hora de partido. Sin embargo, el equipo bajó el pistón cuando se vio con esa diferencia tan abultada en el marcador y empezó a controlar el juego por medio de un Modric imperial y se llegó al descanso con el partido encarrilado por primera vez en mucho tiempo.
La segunda parte comenzó con un Éibar que quería estirarse y empezar a acercarse a la meta de Keylor, pero el Real Madrid pilló uno de sus contraataques que tanto nos gustan cuando Benzema vio el desmarque de Asensio que partió desde su propio campo para encontrarse sólo frente a Yoel, sin embargo el balear quiso que marcara James pero al colombiano se le quedó el balón un poco atrás lo que le obligó a rematar a la remanguillé estrellando el balón en el poste, afortunadamente el rechace le quedó franco a Asensio para marcar el 0-4 y completar un partido redondo muy meritorio para un jugador que no había jugado un solo minuto desde finales de enero.
En ese momento Zidane movió el banquillo para dar descanso a los pocos titulares que había sacado dando entrada a Mariano por Benzema, a Isco por James y a Kovacic por Modric (que se fue ovacionado por el público de Ipurúa, a lo cual los madridistas estamos muy poco acostumbrados), lógicamente el equipo se relajó y el Éibar empezó a crear peligro, primero en un córner que sacó Keylor sobre la línea de gol y que el jugador armero marcó en el rechace pero el gol fue anulado por un claro fuera de juego, pero posteriormente no iba a perdonar el equipo vasco cuando Pedro León regateó a Nacho dándole un manotazo en la cara y puso un centro que Rubén Peña remató con la cadera al fondo de las mallas para marcar el gol del honor del Éibar.
Ya no se movió el marcador aunque hubo oportunidades de gol tanto por parte del Éibar con un disparo de Sergi Enrich que se fue fuera por poco, como en una internada de Kovacic que estando rodeado de defensas, no fue capaz de servir el balón a un Mariano dispuesto a empujar el esférico para colocar el 1-5. El partido terminó con una amarilla que vio Casemiro que le impedirá disputar el partido del próximo domingo frente al Betis, y con un equipo recuperando las buenas sensaciones que llevábamos tantos partidos sin ver, esperemos que la imagen del equipo que veamos el próximo martes se parezca a la de hoy porque si salimos con la caraja inicial que vimos en los últimos partidos, el Nápoles no va a perdonar y nos puede complicar la vida muchísimo.