Una crónica de: Manuel Perez Abascal
Cuando el Chory Castro marcó el 2-2 en los inicios del segundo tiempo, el “Black saturday” se cernía en los cielos de Chamartín.
Cuesta creer que con el increíble potencial que reside en el centro del campo de este equipo, la inusitada facilidad con la que pierde el control del juego. Un Málaga que vive en puestos de descenso fue capaz no sólo de discutirle la posesión del balón, sino también arrebatársela y ser dominador en el propio Bernabéu, dato tremendamente preocupante que habla bien a las claras del estado de forma de jugadores básicos como Kroos y Modric (aunque este sólo fuera protagonista en el último tramo del mismo) siendo Casemiro el único baluarte que mantiene al Madrid con cierta estabilidad defensiva en mediocampo.
Máxime cuando Zidane alinea a Lucas Vázquez como interior, el gallego está lejos de su mejor versión y ofrece trabajo pero su labor ofensiva es inocua, tampoco su juego asociativo y combinativo es su fuerte por lo que el equipo pierde una pieza en la zona de creación, y si a eso le sumamos el partido intrascendente de Isco tenemos como resultado un partido difícil de asumir tanto para el espectador, como desde el punto de vista táctico y eso, junto a la baja forma de sus piezas claves, hace que el Madrid pierda el control de los partidos, se rompa en medio campo y se estire mucho tanto, que cualquier equipo que sea capaz de verlo dañe la estructura blanca.
Este Madrid que hace tiempo abandonó el vértigo y se identificó con el toque y la asociación depende erróneamente en la actualidad del juego creativo de Isco y si el malagueño cuyo rendimiento ha sido hasta el momento excelente, cuando desaparece, el Real Madrid lo acusa. Como acusa la baja forma de Marcelo cuyo estado de forma empieza a ser sospecho, el problema parece ser que Zidane no ve el Theo Hernández un sustituto de garantías del brasileño porque cuando opta por él, lo hace metiéndole de interior y ni mezclan bien entre ellos, ni el jugador francés ayuda como complemento en el centro del campo porque se le ven las costuras técnicamente. Un caso parecido vive el Madrid en la portería, Casilla no cumple con el papel de digno portero del club que represente. Ha perdido confianza y eso es criminal para una posición como la de portero, al Madrid le urge la vuelta de Keylor Navas.
Zidane tampoco estuvo fino en la lectura de los cambios, no dotó al equipo de un plus con ellos, ni lideró un cambio de inercia el encuentro tras el empate del Chory. Optó por Theo para reforzar el centro del campo teniendo a Ceballos y Llorente. El canterano hubiera sido una buena opción para liberar a Modric y Casemiro de tareas defensivas. Y el sevillano le hubiera subido la calidad tras las dimisiones de hoy de Isco y Kroos, sorprendentemente no fue así en ninguno de los dos casos.
Las notas positivas del encuentro fueron los goles de Benzema (dos tres en los dos últimos partidos), el reencuentro con el gol de Cristiano y el buen tono defensivo demostrado por Jesús Vallejo. El portugués que vive una historia paralela con el guardameta malacitano Roberto, lleva una relación difícil con esta liga, el gol tras rechace en el penalti, data de ello. Frenado por Roberto todo el partido (el mejor del Málaga) vivió desesperado hasta el tanto. Roberto que vive partido tras partido como héroe del equipo de la capital de la costa del sol, ve como sus intervenciones no son suficientes para hacer que su equipo sume, Cristiano ve como es frenado hasta la fecha una y otra vez y también es testigo impotente de que su falta de gol afecta al equipo. Ayer se quitó un peso de encima y esperemos que la inercia cambie, el Madrid necesita de la aportación del portugués.
El Madrid encontró lo que buscaba y sumó tres puntos para esperar al enfrentamiento entre los dos primeros. El club necesita un halo de esperanza y quizás este rayo venga procedente de Valencia.