Una crónica de: @Javirodespi – planetacb
Con el agua al cuello, así estuvo el Real Madrid ante Morabanc Andorra en el último cuarto del partido, con una posibilidad pausible de quedar eliminado y que al final no fue porque sacó el carácter ganador de sus hombres y que eliminó todas las penas posibles que pudieran quedar por la decepción de la Euroliga, llegó el momento de luchar por la liga.
Foto: Virginia Pacheco / Planetacb
Taylor sigue OUT
Al final, la lesión de Taylor va a ser más complicada de lo que parece, el jugador sueco se quedó fuera de convocatoria por sus problemas de clavícula y su puesto fue ocupado por un Álex Suárez completamente inédito como así ha sido durante la mayor parte de la temporada.
Shermandini, pique y puntos
El comienzo del encuentro no nos desvió del ritmo habitual, Shermandini tomó el mando de las operaciones con 6 puntos seguidos en la pintura más un tiro libre pero, ésta vez, incluido pique con Gustavo Ayón que levantó un poco el ánimo de las 8.109 almas que poblaban el WiZink Center y que descubrieron, por fin, que estaban en un ambiente de playoffs. Fíjense cómo sería la cosa que hasta Joan Peñarroya se llevó una técnica en los cinco primeros minutos.
Triples sin red
Cuando la tensión se juega en un todo o nada, los aciertos suelen ir en menor número que los aciertos y ambos contendientes se encargaron de demostrarlo, no solo en la cantidad de balones perdidos de forma incomprensible, o como dicen los expertos, en errores no forzados, a ello se sumaban muchas faltas y una inoperancia total en el triple con 0-4 blanco y 0-3 andorrano hasta que tuvo que venir el de siempre, Sergio Llull con dos consecutivos y dejando la primera ventaja importante de nueve puntos, tal y como terminó un primer cuarto eterno de 26 minutos con 27-18.
Ese equipo peleón
El Real Madrid jugó mucho mejor en el segundo cuarto, fue capaz de encontrar muchas mejoras en movimiento de balón, los jugadores parecían más centrados a la hora de no perder balón y el acierto también subió hasta el punto de moverse en una ventaja que oscilaba entre los diez y ocho puntos, a ello contribuía bastante la buena dirección de Luka Doncic, el buen trabajo bajo aros de Hunter y Reyes más la superioridad manifiesta en el rebote que hizo irnos al descanso con un 46-39 ante un peleón Morabanc.
Un descanso movidito
Estaba la cosa muy caliente con el arbitraje, hasta el punto que Felipe Reyes mostró su malestar con lo visto en la primera parte, éstas fueron sus palabras.
Felipe Reyes: «Quieren igualar el partido y lo que consiguen es esto, que todo el mundo se vaya enfadado». #PlayoffLigaEndesa @movistarplus pic.twitter.com/tIhdNpUtiZ
— Movistar Basket (@MovistarBasket) 28 de mayo de 2017
Aumento de tensión
Era normal que, según pasaran los minutos, la tensión iba a ir en aumento y mientras el Madrid no conseguía romper el partido con un Andorra que no paraba de hacer la goma, se desarrollaban muchas microguerras que iban dejando heridos en la batalla, como la dada entre Ayón y Shermandini pero con un nombre propio sobre todos, Rudy Fernández volvió a dar, si no su mejor versión, una muy mejorada de sus últimos encuentros con acierto en el tiro a lo que se sumaba su ímprobo trabajo en defensa y que, una incomprensible falta antideportiva cuando lo único que hacía era defender una situación de 1×1, juzguen ustedes.
Los árbitros señalaron falta antideportiva a Rudy por esta acción. #PlayoffLigaEndesa pic.twitter.com/lUL0R8Xuob
— Movistar Basket (@MovistarBasket) 28 de mayo de 2017
El miedo se asienta en el Palacio
El Morabanc Andorra aprovechó que el viento le soplaba a favor y se metió en dinámica cuando parecía que estaba tocado, fue capaz de empatar y el miedo se asentó en el palacio teniendo que venir Sergio Llull, con siete puntos seguidos, quién empezara a dar un suspiro a los blancos ante un final agónico con un Morabanc colocado en zona 2-3 y que no le sirvió para remontar tras terminar perdiendo por 95-84.
El Real Madrid aprendió la lección, lo anterior no vale y lo que importa es lo que se juega en el momento, si uno llega a la cancha pensando en lo que pudo ser y no fue, se va para casa a llorar sus penas. Afortunadamente para los blancos fue capaz de resurgir de su tristeza y afrontar con otra cara las semifinales, la misma que le pedimos a ustedes, con una sonrisa.