Una crónica de: Nilo Campo Santos
La primera final ganada sin que el colegiado influyera en el encuentro. Fue un partido cómodo para el colegiado vasco al que los jugadores le facilitaron la labor. También estuvo bien asistido en las bandas y a excepción de los cinco minutos del comienzo de la segunda parte, el partido corrió por el cauce de la deportividad.
El gol tan tempranero de Cristiano Ronaldo facilitó la primera parte tan placida para De Burgos Bengoetxea. Comentar que no pito ni una sola falta favorable al Real Madrid y alguna hubo. Lo que si señaló o mejor se inventó, fuerón dos favorables al Málaga: La primera en el minuto 28 en la que Ramos toca el balón desviándolo lo justo para que Sandro tuviera que dejarse caer y sujetara entre las piernas el balón. Era libre indirecto favorable al Real Madrid y señalo falta de Ramos y la segunda también con los mismos protagonistas, en el minuto 44’. Sandro no salta y Ramos despeja de cabeza. Señaló falta de Ramos que no era. El saque de la falta termino con fuera de juego de dos jugadores locales.
La segunda parte comenzaba con una salida un poco más subida de revoluciones por parte local. Y el segundo gol marcado por Benzema (Gol que los impresentables de la televisión trataron por todos los medios de demostrar que era ilegal)… pues no, el gol es legal.
En esta segunda parte solamente hay una jugada que debemos contabilizar como error. En el minuto 49, Ricca entra de forma temeraria a Cristiano Ronaldo, al que incluso le saca la espinillera. Si bien despejo el balón, no es menos cierto que la Regla XII dice en su apartado 3º “Dar una patada a un adversario o intentarlo”.
Se dice que es “Temeraria” cuando un jugador realiza una acción sin tener en cuenta el riesgo o las consecuencias para su adversario y deberá ser amonestado. Claramente debió de señalar la falta y amonestar al central.