Una crónica de: @Javirodespi – planetacb
Se acabó el sufrimiento, el Real Madrid consiguió la clasificación para la Final Four de Euroliga tras vencer a Darussafaka que fue fiel a su estilo hasta el último segundo pero que acabó sucumbiendo ante un equipo blanco que jugará su cuarta Final Four en cinco temporadas.
Se queda Maciulis
Pablo Laso tenía claro que uno de sus referentes ante Darussafaka es Trey Thompkins, por lo que, una vez recuperado de su lumbalgia, echó mano del americano y dejó fuera a Maciulis, siendo una decisión más que acertada viendo cómo se desarrolló el encuentro.
Duelo al sol turco
Aunque la cosa empezó 5-0, con el consiguiente miedo para todos nuestros cuerpos de repetir partidos anteriores en que el Madrid tenía que estar remando durante gran parte del encuentro, rápidamente la cosa cambió de bando y el conjunto blanco empezó a imponer nuevamente su ritmo pero con una diferencia abismal con respecto al tercer partido, Wanamaker estaba dispuesto a empezar hoy siendo el artillero mayor de los turcos y encontrando rápida réplica en Llull, un duelo al sol turco que acabó con empate a 10 tantos cada uno del 21-24 que reflejaba el marcador del primer cuarto.
El efecto Trey
Ante un equipo como Darussafaka, un Thompkins centrado, motivado y anotador, es una de las buenas cosas que le puede pasar al Madrid, y así lo demostró en el segundo cuarto cuando peor iban los de Laso, la entrada del americano, con sus ocho puntos consecutivos y con alguna asistencia de mérito como le ponemos a continuación, fue clave para que el Madrid no se dejara llevar, ni por el ambiente, ni por el aumento de intensidad defensiva de los turcos que intentaron alternar entre defensas individuales y un par de zonas variando entre 1-3-1 o 2-3, pero que no impidieron que el Madrid siguiera mandando en el marcador al descanso con 38-45.
‘Hola, me llamo Anthony Randolph, también conocido como el revienta tableros’. Disfruten. #Eurofighters pic.twitter.com/vX8MUErtT9
— Movistar Basket (@MovistarBasket) 28 de abril de 2017
Dar vidilla sin necesidad
La salida del descanso no fue la más aconsejable para el Real Madrid, con lagunas defensivas que permitieron errores que se pagaron con creces, una vez provenientes de situaciones de 2+1 mal defendidos y otras veces permitiendo tiros liberados turcos que, afortunadamente para los intereses blancos, no encontraron el camino del aro, pero lo que sí sucedía es que Darussafaka encontraba bombonas de oxígeno que, a pesar de la ventaja blanca, oscilante a los diez puntos, no daba demasiada tranquilidad a los de Laso.
Dos momentos cumbres
Hubo dos situaciones claves en la segunda parte, una vino como consecuencia de una falta sancionada a Harangody sobre Carroll que desató su furia y la de Blatt, siendo sancionadas con faltas técnicas y que originó una jugada de nada menos que siete puntos, a partir de ahí una ventaja de dieciséis puntos, pero el Real Madrid, en vez de seguir jugando en mismas circunstancias, se dedicó a dejar pasar el tiempo y eso, queridos amigos, es lo peor que te puede pasar en un partido de baloncesto. Darussafaka volvió a meterse y tuvo bola para ponerse a cuatro puntos, pero el esfuerzo había sido demasiado supremo y la remontada murió en la orilla.
Estambul dictó sentencia
Ese sitio tan inhóspito esta temporada como ha sido Estambul con derrotas en la fase regular ante Fenerbahce, Darussafaka y Galatasaray, ha sido el encargado de ver la cuarta clasificación para la Final Four del Real Madrid, un hecho histórico y que, si bien fue celebrado, como bien dijo Luka Doncic, ahora lo que toca es luchar por conseguir el título y que tendrá su primera cita el próximo día 19 de mayo a las 17.30 horas contra Fenerbahce.
Nosotros volvemos el próximo domingo en el Derbi contra Estudiantes, pero ¡¡POR DIOS!! tengan una sonrisa que les llegue de oreja a oreja, hay motivos para ello, ¿O no?