OJO AL BLANCO: Demostrando poderío y solvencia en Estambul

Una crónica de: @Javirodespi planetacb

El Real Madrid dio una lección de poderío en Estambul ante Darussafaka durante la mayor parte del encuentro, aunque, cierto es, estuvo a punto de llevarse algún disgustillo que supo arreglar. Sea como fuere, la imagen de los blancos fue la mejor del conjunto en todos los partidos de esta eliminatoria y le sirve para tener su primer match ball el próximo viernes. Así lo vimos en nuestro OjO Al Blanco.

Chapu IN, Thompkins OUT

Estaba más o menos claro, si uno se levanta con lumbalgia y tiene un viaje a Estambul, hace muy difícil que pueda recuperarse a tiempo para jugar un partido de tanta exigencia, así que el puesto que ha ocupado en el roster Trey Thompkins, ha sido dejado a Andrés Nocioni que entraba por primera vez en convocatoria, aunque finalmente no jugara, ante un animoso público turco que no se parece mucho al que anda por otras canchas tipo Fenerbahce.

Doncic titular, Luka el de siempre

La duda de esta serie es si, por fin, el Real Madrid era capaz de salir con mucha más concentración e intensidad en el encuentro y la clave nos la dio Luka Doncic desde el puesto de base, abandonado ya todo lo que hemos hablado sobre lloros, confianzas y demás, el esloveno estuvo espectacular desde el puesto de base, desplazando a Llull como escolta y siendo capaz tanto de generar como de crearse propios tiros que encontraron aro. Si a ello le sumamos que el Madrid tenía clara las defensas en el 1×1 a los jugadores turcos y además la alternaba con su típica zona 3-2, los de Laso se quitaron rápidamente los fantasmas y acabaron el primer cuarto mandando claramente en el marcador con un 17-26.

Yes, baby, estamos aquí 

El lema dicho tantas veces de que Darussafaka siempre vuelve, tuvo su expresión cuando el Madrid anotó un 0-9 y al momento se encontró con un 6-0 merced a tres errores puntuales que hizo recuperar la confianza a los de Blatt, pero lo cierto es que duró un suspiro gracias a la entrada de un Jaycee Carroll dispuesto a quitarse la espinita de sus últimas actuaciones y que se convirtió en el arma letal que nos tiene acostumbrados con una serie inmaculada de 3/3 en triples más otro que le anularon por falta previa en el bloqueo, por si acaso no nos creen, aquí tienen la prueba de ello mientras el Real Madrid se permitía el lujo de marcharse al descanso con más ventaja aún, concretamente trece puntos (33-46) y dónde no podemos dejar pasar el trabajo «sucio» de Othello Hunter en poste bajo, tanto defensiva como ofensiva generando situaciones de 1×1 y que no supieron atajar los chicos de David Blatt.


 Ayón contra el Small Ball

El dominio más absoluto del Real Madrid se dio en el tercer cuarto y eso que Darussafaka usó algo que le ha dado gran resultado a lo largo de esta serie, el uso de cinco hombres pequeños y que originaba defensas asfixiantes a los exteriores blancos y muy poco aprovechamiento del juego interior blanco, pero, en esta ocasión, los chicos de Laso tenían bien aprendida la lección y Gustavo Ayón se hizo dueño y señor del partido, abandonando ese rol que muchas veces le deja para coger los rebotes ofensivos para pasárselo a Llull y poco más. En esta ocasión, sus fundamentos ofensivos y sus movimientos dentro de la zona turca resultaron completamente imparables mientras sus compañeros le buscaban una y otra vez. Afortunadamente para el mexicano, no estuvo solo y Randolph era un fiel escudero ante los «enanos» de Blatt que no podían ni siquiera rozar los balones bombeados que les llegaban.

Qué pesaos sois 

Definir al equipo del entrenador americano tiene solo una palabra: «Pesaos», porque resulta difícil de entender que un equipo que pierde de 18 puntos, con escaso acierto anotador, con la moral tocada y con su estrella completamente apagada, pueda ser capaz de sacar fuerzas de quién sabe donde y volver a meterse en el partido, podría ser porque Wanamaker afinó más su punto de mira o Wilbekin también estaba más atento, quizás Zizic no tiene ganas de irse tan pronto de Europa antes de marcharse a Celtics, pero, sea lo que sea, el marcador se puso a cuatro puntos cuando enfilábamos la recta final.

Aplomo y Llull 

A pesar de que todos los que estábamos viendo el partido nos empezaba a dar el tembleque, nada parecido le pasó a los jugadores del Madrid, no dejándose llevar por un ambiente que se calentaba por momentos y jugando con algo que le había faltado el pasado viernes, cabeza para ataques más largos y encontrar la opción correcta, así podemos ver como Sergio Llull, sin jugar un gran partido, sirvió esta canasta que nos manda a un cuarto partido donde el Madrid ya manda 2-1 garantizándose, cuanto menos, jugar el desempate en casa.

Así terminamos hoy, nuestra próxima cita nos lleva el viernes a las 18.30 horas con el primer match ball, mientras eso llega ya saben, no me dejen de sonreír.