Una crónica de: @Javirodespi – planetacb
Mucho se ha hablado sobre este partido antes de jugarse, seguramente de cosas ajenas al baloncesto, sobre todo tras ese famoso campo atrás que, según palabras de muchos, se ha convertido en todo un himno, sin embargo, más allá de todo eso, lo que sí va a pasar a la historia es el enorme partido jugado por Baskonia y Real Madrid que nos ha dejado un homenaje a nuestro querido deporte y que así vemos en nuestro OjO Al Blanco.
Sorprender en el quinteto
EL Real Madrid buscó sorprender en el quinteto sacando a Carroll sobre Larkin cuando todo el mundo esperaba que el designado fuera Jeffery Taylor y aunque parecía que la cosa no iba a funcionar cuando el baskonista anotó su primer triple en el inicio del partido, la concentración que presentó el equipo blanco era de altísima calidad hasta que Baskonia empezó a encontrar más su juego con la aparición de un Andrea Bargnani que anotó dos triples casi consecutivos que hacía dar esperanza a casi todo el Buesa de ver el jugador que habían soñado con su fichaje.
Muchos MVP’s en diez minutos
Si bien es cierto que Luka Doncic fue el mandamás en la cancha desde que salió, revolucionando el partido y dando un clinic en cosas que no salen en la estadística como es proteger el balón en el poste bajo para buscar un 2+1, equilibrar el cuerpo en el tiro para que el defensor llegue a que haya contacto, o fintar con una salida sin pasos buscando un tiro cómodo, hubo más cosas para el tremendo cuarto que disputó el conjunto blanco y que no tuvo ninguna respuesta en los locales, desde Rudy Fernández celebrando sus defensas como si hubiera metido una canasta ganadora o un Anthony Randolph que, de seguir así y ganar mañana la final, debería ser nombrado MVP de la copa, mostrando una intensidad en cada rebote o en cada acción que sumó al Baskonia en profunda depresión.
De la depresión a la remontada
Muchos ya veían al Madrid en la final tras el descanso, pero ya se sabe, esto es baloncesto sin más y las depresiones se curan con acciones puntuales que originaron nada menos que un 11-0 del Baskonia ante el equipo de Laso, no sabríamos decirles cuál fue el detonante, quizás Diop con su mate tras alley-oop, a lo mejor el despertar de Kim Tillie en el poste bajo o, seguramente, un despertar defensivo de todos los jugadores que aprovecharon un Real Madrid que mostró su peor cara tras iniciar excelentemente el tercer cuarto en que paso de tener dieciséis puntos de ventaja a recibir un parcial de 11-0 que dejaba un marcador abierto para un último cuarto que se presumía de infarto (64-68).
Estar muerto y resucitar
El Madrid estaba muerto, enterrado, con la cruz puesta en su ataúd, en un ambiente festivo para los locales, con jugadores anotando, con cara de oler sangre mientras el Real Madrid se estrellaba una y otra vez en el aro, pero de repente, apareció ese equipo que no se rinde nunca, con el as en la manga donde Laso pone a un jugador como Chapu Nocioni que no había disputado ni un segundo anterior para ser el faro en que todos se miren y pasó, pasó lo que muchos seguidores madridistas ni creían, el Real Madrid, con un Llull estelar y mostrándose imparable desde el ataque tuvo incluso bola para llevarse la victoria pero, por una vez, los hados reservaban un papel estelar a otro jugador en la prórroga.
El titán creció hasta límites insospechados
Y tal como pasó en Andorra, Baskonia se sintió derrotado en la prórroga, sentía que le habían quitado una victoria que ya tenía en el bolsillo y seguía acumulando los mismos errores en pérdidas que le habían traído aquí. Fue donde Gustavo Ayón demostró quién es el único e incomparable titán en la ACB, siendo capaz de correr contraataques, de no dejar pasar a ningún jugador en la zona y ser el puntal de esos cinco minutos de continuación que dieron la victoria y la cuarta final consecutiva al Real Madrid en la Copa del Rey, sin duda un hecho histórico para el baloncesto español.
Así terminamos hoy, desde Vitoria le contaremos todo lo que pase en la jornada final, igual que llevamos estas tres anteriores, y estaremos hasta donde nos dejen entrar, nuevamente tengo que agradecerles la confianza mostrada con un espectacular crecimiento en las visitas a esta web, esperemos estar a la altura de todos ustedes, pero, por favor, hoy tengan una sonrisa enorme.