Un articulo de: @luismanper
Ni el más optimista de los madridistas podía imaginar los títulos que ganaríamos este 2016 que está a punto de terminar, cuando el 1 de enero de 2016 James Rodríguez llegó perseguido por la Policía a la Ciudad Deportiva de Valdebebas porque había roto los velocímetros para no llegar tarde al primer entrenamiento del año convocado por Rafa Benítez para preparar el partido contra el Valencia, aquel partido en Mestalla supuso el acta de defunción de la breve etapa del entrenador madrileño en el Real Madrid juntando en un partido todos los males que se habían manifestado durante su estancia en nuestro equipo, en ese partido empezamos ganando, no supimos sentenciar, el árbitro nos escamoteó un penalti escandaloso a Bale, en la jugada siguiente Pepe arrolló a André Gomes por lo que el árbitro ahora sí pitó penalti y nos empataron, en el segundo tiempo expulsaron a Kovacic, jugando con uno menos nos adelantamos con un golazo de cabeza de Bale y en la jugada siguiente Ramos y Pepe se quedaron mirando mientras Alcácer y André Gomes se pasaban el balón de cabeza dentro del área pequeña, hasta que el hoy delantero culé batió a Keylor de cabeza para tirar por tierra el esfuerzo de todo el equipo y finiquitar la era de Rafa Benítez.
Un día después Zidane se hacía cargo del primer equipo y dejaba el Castilla en manos de Ramis, Zizou prometió en la rueda de prensa de su presentación que intentaría que el equipo optara a algún título a final de temporada cuando estaba eliminado de Copa, alejado de Atleti y Barça en Liga y con un juego y sensaciones tan preocupantes que la Champions parecía el Everest para el Real Madrid, pero si por algo nos enamora este equipo es por resucitar cuando todos le dan por muerto y eso lo interpretó Zidane a la perfección, cuando impuso una minipretemporada física a los jugadores aprovechando que no jugaríamos Copa en todo el mes de enero y la apuesta le salió redonda a Zizou y sus primeros partidos ante Deportivo de la Coruña y Sporting de Gijón se saldaron con sendas goleadas por 5-0 y 6-1 respectivamente, a continuación llegó el primer pinchazo cuando empatamos a 1 en el Benito Villamarín, para resarcirnos después goleando por 6-0 al Espanyol en el Bernabéu la semana siguiente, pero la siguiente salida volvió a encender las alarmas cuando vencimos en Granada en los últimos minutos gracias a un trallazo inapelable de Modric por toda la escuadra, cuando parecía irremediable otro empate.
Estaba a punto de volver la Champions y después de ganar por 4-2 al Athletic de Bilbao en el Bernabéu, afrontamos la ida de los octavos visitando a la Roma dónde el equipo dio una buena imagen que hacía tiempo que no mostraba y superó sin problemas a la Roma con un gol de Cristiano Ronaldo y otro de Jesé Rodríguez a quien el hoy lateral del Barça Digné todavía anda buscando, pero al partido siguiente en Málaga el equipo volvió a las andadas y a pesar de adelantarse con gol de Cristiano, el propio crack portugués falló un penalti que el árbitro se inventó y CR7 estampó en Kameni, a partir de entonces el equipo se descompuso y empató Albentosa con un gol de cabeza… y gracias, porque no perdimos en Málaga de milagro.
Pero entonces llegó el punto de inflexión de la temporada cuando perdimos en el Bernabéu contra el Atleti en el partido más infame del año, que tuvo su culmen en el gol de Griezmann cuando el francés robó el balón en nuestro mediocampo y llegó al área sin ninguna oposición en 50 metros de carrera para acabar superando a un Keylor que nada pudo hacer, ese despropósito y un penalti clamoroso a un Danilo que ese día jugó de lateral izquierdo y fue el mejor del partido, hicieron el resto para dejar el 0-1 en el marcador. Zidane rajó en la rueda de prensa posterior exigiendo a los jugadores que hay que meter más la pierna, a partir de ese partido Casemiro se erigió en titular indiscutible desde el posterior partido ante el Levante en el que ganamos 1-3 en el estreno goleador de Borja Mayoral con el primer equipo, en el siguiente fin de semana goleamos al Celta por 7-1 y la semana posterior volvimos a ganar 2-0 a la Roma para cerrar la eliminatoria, no obstante el siguiente fin de semana vimos que todo era un espejismo cuando a pesar de adelantarnos en el partido ante Las Palmas, nos empataron tras un fallo garrafal de Kovacic, expulsaron a Sergio Ramos y ganamos gracias a otro gol milagroso de cabeza, esta vez por obra de Casemiro que aquel día se consagró definitivamente como titular, poco después llegó el parón de selecciones de marzo al que nos fuimos goleando en el Bernabéu al Sevilla por 4-0.
A la vuelta del parón de selecciones llegó el Clásico en el Camp Nou, cuando todos teníamos en la cabeza el 0-4 que habíamos encajado en la ida en el Bernabéu y en el que los culés se las prometían muy felices porque nos sacaban 10 puntos en la clasificación liguera y querían golearnos para dar el mejor homenaje a Johan Cruyff, que había fallecido pocos días antes a causa de un cáncer. El partido empezó mal, pues no éramos capaces de aprovechar las oportunidades de gol que teníamos y Piqué nos marcó de cabeza a la salida de un córner, pero entonces el Real Madrid resurgió cuando peor pintaban las cosas y Benzema marcó un golazo de media tijera para empatar el partido, después Bale marcó que habría sido el 1-2 sino fuera porque el árbitro decidió anular el tanto en una decisión que 8 meses después seguimos sin entender y luego expulsó a Sergio Ramos, pero después Cristiano Ronaldo puso justicia en el marcador y marcó el definitivo 1-2, controlando un balón con el pecho en el área pequeña y batiendo a Bravo sin contemplaciones.
Pocos días después llegó la última derrota de 2016, cuando en el campo del Wolfsburgo todo lo que podía salir mal, salió peor y fuimos derrotados por 2-0 en una exhibición de Draxler que empezó fatal debido a un penalti que cometió Casemiro y que abrió el marcador, afortunadamente con un 3-0 al Éibar de por medio mientras el Barça se dejaba 3 puntos en Anoeta, pudimos remontar la eliminatoria en el partido de vuelta con un hak-trick impresionante de Cristiano Ronaldo, que marcó 2 goles de cabeza en el primer cuarto de hora de partido para igualar el global y en la segunda mitad completó el hak-trick con un trallazo imparable que marcó de falta directa. El fin de semana siguiente ganamos al Villarreal por 3-0 en el Bernabéu mientras el Barça perdía en su campo contra el Valencia por 1-2 y completaba su caída libre perdiendo 9 puntos en 3 jornadas y dejando la distancia de 10 puntos con la que llegó al Clásico en 1 sólo punto.
Posteriormente nos enfrentamos al Manchester City en las semifinales de la Champions con la importante baja de Cristiano Ronaldo en la ida, dónde empatamos a 0 con una única ocasión clara en las botas de Pepe que desbarató Hart con una soberbia parada por lo que tuvimos que dejar los deberes para la vuelta en el Bernabéu, antes ganamos en Vallecas a un Rayo Vallecano que nos tenía muchas ganas tras haberle endosado un 10-2 en la ida, de hecho el equipo local se adelantó por 2-0 y el Real Madrid se vio obligado a tirar de épica por enésima vez, con un Bale que se echó el equipo a la espalda con el primer gol, otro soberbio testarazo de Lucas Vázquez con el que se empató el partido y el gol final del propio Bale que remontó el partido. Pero si el momento de forma de Bale no era suficientemente espléndido, la vuelta contra el Manchester City en el Bernabéu la decidió el jugador galés por sí sólo con un golazo por toda la escuadra que nos llevó de cabeza a la final de Milán.
Ya clasificados para la final de la Champions, el Real Madrid siguió presionando al Barça por la primera posición venciendo al Valencia en el Bernabéu en el partido de despedida del gran Álvaro Arbeloa y luego venciendo en Riazor en la última jornada, pero el Barça sostenido por Luis Suárez no pinchó y se proclamó campeón de Liga y además una semana después le ganó la Copa del Rey al Sevilla en el Calderón, por lo que al Real Madrid le quedó la opción perfecta de eclipsar el doblete culé ganando la Undécima, y así fue como el Real Madrid nos volvió a emocionar a todos cuando ganó otra final más al Atleti, mediante un gol inicial de Sergio Ramos en los primeros minutos cuando ya había avisado Casemiro minutos antes en un balón que sacó Oblak con un paradón.
El equipo siguió dominando al Atleti en el primer tiempo pero no fue capaz de ampliar el marcador y a la vuelta del descanso Pepe cometió un penalti absurdo sobre Torres, que afortunadamente para nosotros Griezmann estrelló violentamente en el larguero, pero el Atleti se hizo con el control del partido con un Juanfran muy incisivo por la banda de Marcelo y encima Carvajal se lesionó por lo que tuvo que entrar Danilo en su reemplazo, pero ni esa sustitución ni la de Lucas Vázquez en lugar de Benzema ni la de Isco por Kroos fueron suficientes para que el Real Madrid pusiera el 2-0 en el marcador, por lo que tras un rosario de oportunidades de gol desaprovechadas Juanfran penetró la banda de Marcelo y puso un centro a media altura que ningún defensa acertó a despejar, por lo que Carrasco lo convirtió en el empate a 1 y cuando mejor lo tenía el Atleti para rematarnos y llevarse la final, Simeone echó el equipo atrás y se conformó con la prórroga en la que el Real Madrid fue muy superior a pesar de que varios de nuestros jugadores sufrían calambres que les dificultaban la movilidad, pero el empate a 1 no se rompió y llegamos a los penaltis, dónde Lucas Vázquez, Marcelo, Bale, Sergio Ramos y Cristiano Ronaldo marcaron los 5 penaltis por el mismo lado de la portería, mientras que Juanfran estrelló el balón en el poste dándonos la Undécima y es que como dijo Arbeloa minutos después de ganar otra Champions más, “Esto es el Real Madrid, nos dan por muertos y ganamos la Champions”.