Una crónica de: @Javirodespi – planetacb
Que el tiempo pasa, es una máxima que siempre llevamos en nuestra mochila de vida, hoy todos nos hicimos un poco más mayores recordando lo que hacíamos cuando teníamos diecisiete años y vimos la madurez que ha demostrado Luka Doncic, con esa misma edad, en su partido jugado hoy ante Zalgiris Kaunas. Delante de nuestros ojos tuvimos un héroe que ha sido catapultado al olimpo madridista y del que ahora tendrá que seguir haciendo un esfuerzo supremo por no caerse y repetir actuaciones tan escandalosas como la vivida hoy ante el equipo lituano y que vamos a intentar explicar en nuestro OjO Al Blanco.
¿Un Llull en vaqueros?
La primera sorpresa de la noche tuvo como protagonista a Sergio Llull que no era de la partida y que, casi con total seguridad, también le va a dejar fuera del partido contra Bilbao Basket. Le vimos de paisano recoger su premio de MVP de noviembre en Euroliga siendo su puesto ocupado por un Jaycee Carroll que no aportó lo que se esperaba de él en anotación.
El duelo Luka-Pangos prometía
Desde el primer minuto, Sarunas Jasikevicius, al igual que hizo Obradovic, tenía claro que ante la ausencia de Llull, el objetivo era apretar a Luka Doncic lo indecible, para ello puso a Pangos, bastante más pequeño que el esloveno, pero convertido en absoluta mosca cojonera a cada bote que hacía el jugador blanco. En ese primer cuarto no se le vio para nada cómodo al base madridista mientras que el ex-jugador canario sí se mostraba muy confiado en ataque. No obstante la cosa no pasaba factura a nivel marcador gracias al excelso trabajo de los dos jugadores interiores titulares, tanto Felipe Reyes sacando faltas y anotando tiros libres (terminó con 8/8), como Gustavo Ayón dentro de la zona, era imparables para los lituanos.
Un segundo cuarto (casi) para olvidar
El Real Madrid sigue sin encontrar el aire con algunas rotaciones de su banquillo, principalmente con Jeffery Taylor que, salvo honrosas excepciones, no es un jugador nada determinante dentro del esquema blanco. Los peores momentos madridistas vinieron en el comienzo del segundo cuarto donde los jugadores locales se quedaban una y otra vez enganchados en los bloqueos directos y que permitían tiros cómodos lituanos con especial mención a Milaknis y sus dos triples consecutivos. Sin embargo, no todos los cambios estuvieron desacertados, la entrada de Othello Hunter fue clave para remontar los mejores minutos de Zalgiris y con lecturas muy simples, buenos bloqueos en ataque, excelentes continuaciones y, si acaso el balón no le llegaba a él por existir triangulación, estaba atento para palmear el balón si era requerido para ello.
Del show a la agonía
Ya saben ustedes lo que son los terceros cuartos del Madrid en la mayoría de las ocasiones, pues en esta vez parecía que la cosa iba por los mismos derroteros, con el quinteto recuperado, moviendo fácil el balón en juego colectivo, con jugadores como Maciulis aportando y demostrando que sigue en excelso estado de forma más un Doncic que por fin se sacaba el agobio de Pangos, el Madrid empezó a carburar hasta el punto que parecía que no echaba de menos a Llull y cogía ventaja de hasta diez puntos. Sin embargo, mal haríamos en creer que un equipo entrenado por Jasikevicius se rinde, más bien era todo lo contrario y revivió de ese show blanco encontrando buenas posiciones de tiros y dejando a un viejo guerrero que les sacara del atolladero como es Jankunas que ponía un marcador de 81-80 dejando todo en el aire.
La vieja guardia y un jovencito
El dato objetivo del partido es que Zalgiris revivió cuando Luka Doncic estuvo en el banquillo siendo sustituido por Draper, a partir de ahí, las lecturas pueden ser amplias, pero lo que también es cierto fue que, cuando la cosa estaba caliente, Laso tiró de ese mismo esloveno y dejó relegado al banquillo a su fichaje estrella Randolph, para dar entrada a Felipe Reyes, acompañado por Gustavo Ayón más Maciulis y Rudy en las alas, ellos iban a ser los encargados de jugarse las habichuelas en los momentos importantes y lo cierto es que esa apuesta, salió de lujo.
Hubo mucho más que Doncic
Sería una injusticia que todos los honores se los llevara Luka Doncic, cierto es que tuvo una parte fundamental con esos dos triples «locos» según los definió Jasikevicius, pero si dejamos el tremendo desgaste defensivo de Rudy Fernández o el increíble trabajo de Gustavo Ayón bajo aro en los últimos minutos, luchando denodadamente por cada balón suelto (y llevándoselo), estaríamos incumpliendo una máxima del baloncesto que dice que el baloncesto se juega en equipo y esos dos jugadores, sirven como representación de lo que fue el Madrid hasta conseguir el triunfo, dejarse la piel hasta la extenuación.
Así terminamos por hoy, nuestra próxima cita nos lleva a Bilbao para enfrentarse al equipo de la ciudad y donde el Madrid buscará seguir siendo el líder de la competición, mientras eso pasa, ya saben, no dejen de sonreír.