El OjO Al Blanco del Real Madrid 90 – 81 Galatasaray: Un susto arreglado con tres arreones

Una cronica de: @Javirodespi planetacb

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Un colista ficticio visitó hoy el Barclaycard, por un lado, la clasificación es inamovible, cinco partidos, ninguna victoria y por otro, la impresión de que el equipo turco manejado por Ataman dará mucha guerra en esta Euroliga cuando esa pizca de suerte (o de fe) le dé la primera victoria. En el día de hoy tuvo contra las cuerdas a un Real Madrid que necesitó tres arreones de sus pilares para llevarse un triunfo que así vimos en nuestro OjO Al Blanco.

El cachondeo del marcador

Vamos a ver, que ya han tenido unas cuantas semanas para poner al día la parafernalia del nuevo marcador, o eso es lo que pensamos las 8.914 almas que hoy poblaban el Barclaycard Center, el caso es que el partido no comenzó a su hora porque el luminoso visitante reflejaba unas veces que era el Olympiacos y finalmente, durante todo el primer cuarto, los nombres que salían eran los del Baskonia con los Bargnani y compañía,  mientras que, en el lado local, se atribuía de forma caprichosa los puntos anotados incluyendo que Felipe Reyes o Jaycee Carroll, sin haber jugado, habían anotado. Un cúmulo de despropósitos que nos duró hasta el segundo cuarto y que pone en entredicho que estemos ante «la mejor competición del viejo continente».

Cambio de bases

Laso dio la baja a Draper (junto a Álex Suárez) con lo cual la idea del juego blanco estaba clara, intentar correr en todas las situaciones posibles con el uso del contraataque como exponente, sin embargo, el Galatasaray también tenía la lección bien aprendida e hizo todo lo posible por complicar esas situaciones en el juego blanco buscando mucho movimiento de balón por el exterior y con rápido balance para evitar situaciones de superioridad numérica. La táctica dio buen resultado, el Real Madrid se atoraba en ataque y los turcos empezaban a mandar en el marcador.

Poca defensa, poco ataque, poco juego

Si algo le faltó al Real Madrid, fue intensidad en sus acciones defensivas, con muchas situaciones de 1×1 en que eran superados con claridad y con un Micov que era el dueño absoluto desde 6.75 (3/3 en la primera mitad para terminar con 4/6) mientras que los locales veían como Llull se metía en un jardín con su segunda falta en el principio del segundo cuarto y que solo la capacidad reboteadora de Randolph y Hunter, permitía dar algún respiro y contraataque a una parroquia blanca que se mostraba muy tranquila desde sus asientos y sin que pareciera que estaban jugándose su segunda derrota consecutiva en casa, ¿exceso de confianza en la cancha y en la grada? Es posible, pero era tanto el bienestar que se respiraba que, casi sin darnos cuenta, nos íbamos al descanso con el Madrid dominando casi todas las estadísticas, menos la más importante, la del marcador, así que, algo estaba fallando.

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Arreón 1: Sergio Llull

El partido, instalado en la absoluta mediocridad de resultado y juego, necesitaba algún cambio de dinámica y el primer arreón correspondió a Sergio Llull que partió con la consigna clara de acelerar el ritmo del juego y, ya fuera con entrada o con un par de triples consecutivos, dio la primera ventaja al Real Madrid pero que los turcos, empecinados ellos, volvieron a empatar merced, nuevamente, a la excesiva relajación en las situaciones de 1×1.

Arreón 2: Luka Doncic

Tiene su gracia que el público se espabile cuando a Doncic le sale cara en un robo de balón que le permite terminar una jugada en mate, eso pareció una descarga eléctrica para casi todos los asistentes en el Barclaycard (sacamos de aquí a los Berserkers que estuvieron animosos todo el encuentro) y que empezaron a entender que esto es Euroliga y que no hay rival pequeño. El esloveno, prácticamente impecable todo el partido y con el que nadie recordó a Draper, volvió a dar una lección, no solo en aspectos técnicos, sino en intensidad y ganas de ganar luchando lo indecible cada balón.

Arreón 3: Rudy Fernández y Felipe Reyes

Que se creían, que los turcos no iban a volver a empatar el encuentro, pues sí, lo hicieron de nuevo, gracias a un Alex Tyus con un papel mucho más protagonista en la segunda mitad y que hizo presagiar la sombra de la prórroga en el cielo de Madrid, menos mal que había tiempo para que un tercer protagonista, en forma de Rudy Fernández, diera ese tercer arreón con dos triples consecutivos, un pase de fantasía por la espalda a Carroll y algún rebote suelto que dio una ventaja que, aunque pensábamos que Galatasaray podía volver a remontar, la realidad fue en los momentos finales, ante la quinta falta de Ayón y la entrada en juego de Felipe Reyes, un par de acciones puntuales en ataque saldadas con falta personal del rival y rebote de ataque, dejó la victoria en la capital blanca.

Así nos vamos por hoy, no se nos despisten que el domingo tenemos clásico, ésta vez de ACB entre Real Madrid y FC. Barcelona, que vuelven a verse las caras tras el encuentro de Supercopa, nosotros estaremos para contarlo y mientras tanto, ya saben, no dejen de sonreír.