CRÓNICA | ✍ EL REAL MADRID NO TIENE SENTIDO: MANCHESTER CITY 1 (3) – 1 (4) REAL MADRID

Una crónica de: @luismanper

Cojo prestado para titular la frase que eligió Militao para twittear después del partido épico del Real Madrid de ayer consiguiendo eliminar al Manchester City, vigente campeón y probablemente el mejor equipo de Europa actualmente, que con 115 irregularidades financieras que cada día que pasa están más cerca de quedar impunes, no perdía en su campo desde 2021, y en Champions desde 2018 cuando fueron derrotados por el Olimpique de Lyon, en el que jugaba un tal Ferland Mendy. No hizo falta romper la racha porque el Real Madrid tuvo la suficiente resistencia para llegar a los penaltis y eliminar al vigente campeón con teóricos secundarios de lujo como protagonistas absolutos de la tanda de penaltis como Lunin, Nacho o Lucas Vázquez.

Y es que como si de un boomerang se tratara, el partido de ida empezó con un fallo garrafal de Lunin y el de vuelta acabó con una exhibición del ucraniano en uno de esos partidos que cambian carreras, porque el primer cuarto de hora de partido fue el único que se mantuvo alejado del área madridista, pero dio tiempo a un disparo lejano de Camavinga que atrapó Ederson y a que Rodrygo continuara su idilio con esta competición aprovechando una gran jugada combinativa, con un control zidanesco de Bellingham en un balón que cayó del cielo de Manchester, el inglés descargó hacia Valverde, que cedió el balón a Vinicius, a quien Walker habilitó por milímetros y éste puso el pase de la muerte a Rodrygo, quien primero le pegó en semifallo rechazando el portero, un balón que quedó muerto en el área y que aprovechó el brasileño para poner el 0-1 en el marcador.

Imagen: realmadrid.com 

A partir de ese momento, el partido se volcó al área de Lunin y comenzó un acoso y derribo citizen, que el Real Madrid consiguió resistir hasta el descanso y no sería porque el conjunto de Guardiola no lo intentara de todas las formas posibles porque Haaland había aprendido la lección de la ida y cada vez que podía se alejaba de Rudiger y buscaba las cosquillas a Nacho, a quien ganaba todos los balones aéreos en los que el capitán solo podía estorbar para incomodar los remates del noruego, que afortunadamente uno se fue fuera y otro se estrelló en el larguero en un rechace que rebotó en la espinilla de Bernardo Silva marchándose fuera. Mientras tanto, el acoso del Manchester City se traducía en una presión altísima que obligaba a Lunin a mostrar sus mejores dotes con el balón en los pies y en una estadística disparada de 18 córners locales que obligó al City a agotar el repertorio por un solo córner visitante… que llegó en el minuto 105.

Con esa sensación de encierro en el área de Lunin con los 11 jugadores madridistas defendiendo, llegamos al descanso y a la vuelta de los vestuarios, Nacho casi nos saca el corazón por la boca cuando regateó a su propio portero en dirección a su portería y con Haaland en el cogote despejando el balón a córner casi sobre la línea de gol, pero como todo es susceptible de empeorar el acoso y derribo en el que se había convertido el partido aumentó hasta el límite cuando Guardiola decidió sustituir a Grealish para dar entrada a un regateador puro como Jeremy Doku, que llevó a Carvajal al límte hasta el punto que a los pocos minutos de entrar el belga, llegó el empate citizen cuando el enésimo centro lateral se trabó en las piernas de Rudiger quedando el balón muerto a los pies de Kevin De Bruyne, que fusiló a Lunin sin contemplaciones para empatar el partido cuando aún quedaba un cuarto de hora por delante.

Imagen: realmadrid.com 

Para evitar que ese cuarto de hora se nos hiciera tan eterno como todos los madridistas nos temíamos, Ancelotti intentó mover el avispero sustituyendo a Kroos por Modric y a Rodrygo por Brahim, y a duras penas conseguimos llegar a la prórroga porque De Bruyne desperdició la oportunidad de ajusticiarnos definitivamente con el único disparo franco desde la frontal del área que la defensa blanca le permitió, pero que afortunadamente para todos el balón se marchó alto, por lo que el partido se fue a una prórroga que también presumíamos eterna y en la que las estrellas citizen empezaron a parecer humanos pidiendo el cambio tanto Haaland como De Bruyne por lo que Julián Álvarez y un viejo conocido como Kovacic se incorporaron a la batalla,  en la cual el Real Madrid resurgió de sus cenizas para desesperación del antimadridismo y empezó a tirar del equipo hasta el punto que Vinicius exhaló su último esfuerzo intentando dar un pase de la muerte al inglés que le impidió Walker, dejando claro que su fallo en el primer gol fue lo único que le iba a conceder en todo el partido, carrera que dejó al brasileño tan tieso que no pudo dar un paso más y tuvo que ser sustituido por Lucas Vázquez, de quien Ancelotti tuvo que tirar para ayudar a Carvajal en el marcaje a Doku, que vivía al límite de la presión sabiendo que tenía que controlar a Doku como podía sin entradas duras porque estaba amonestado desde la primera parte, hasta que la musculatura del lateral de Leganés dijo basta en el minuto 110 y tuvo que salir el recién reaparecido Eder Militao, quien tras su larguísima lesión de rodilla tuvo que disputar los 10 últimos minutos de una eliminatoria a vida o muerte, que pudo decidir Rudiger si su remate a la media vuelta a la salida de un córner hubiese entrado, porque Lunin se encargó de recordar en el descuento de la prórroga que la portería blanca estaba cerrada.

Pero la gloria para el central alemán estaba reservada para los penaltis, pues la tanda era inevitable y a pesar de que empezó torcida con Julián Álvarez batiendo a Lunin y Modric fallando el primer penalti de la tanda, el portero ucraniano sorprendió a todos quedándose quieto en el centro de la portería esperando un penalti a lo Panenka de Bernardo Silva, que el portugués le sirvió en bandeja siendo quizá el primer sorprendido de ver a un portero no tirarse en una tanda, Bellingham no desaprovechó la ocasión de empatar la tanda y Kovacic volvió a estrellarse con el meta ucraniano, quien sabe si recordando viejas glorias cuando ganó 3 Champions consecutivas con la camiseta blanca, las cuáles empezaron con otra tanda de penaltis que abrió Lucas Vázquez haciendo malabares con el balón, por eso cuando ayer le vimos preparándose para chutar el tercer penalti haciendo toques con el balón como si estuviera en la presentación de un fichaje, a todos se nos dibujó una sonrisa en la boca disparando el optimismo, que el gallego se encargó de confirmar transformando su disparo para adelantar al Real Madrid en la tanda. A continuación, Phil Foden no falló y otro canterano como Nacho no le tembló el pulso para batir a Ederson… que en otro giro de guion surrealista de esta tanda fue el lanzador del quinto penalti batiendo a Lunin, reservando a Rudiger la ocasión de entrar con letras de oro en la historia del Real Madrid si marcaba el penalti decisivo que daría al equipo blanco la clasificación a semifinales, su disparo tan pegado al poste que rebotó en el palo antes de entrar ya es historia del madridismo, por lo que un Clásico europeo como el Bayern de Munich nos espera en semifinales, porque aunque parezca mentira después del subidón de ayer aún no hay nada ganado… Pero como diría el refranero popular, que nos quiten lo bailao.

 

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