Una crónica de: @luismanper
Pocos habrían apostado a principio de temporada que el 10 de febrero se jugaría un Real Madrid-Girona con el liderato en juego, y por si acaso el Girona se encargó de recordarlo entre semana al más puro estilo Joan Laporta con la lona en pleno centro de Madrid, con el lema que me he permitido cambiar en el titular de esta crónica. Mientras tanto el Real Madrid llegaba con la defensa en cuadro, pues hasta esta mañana solo teníamos sano un central del primer equipo y cuando el club anunció a mediodía que Rudiger tenía una lesión muscular, supimos que nos íbamos a jugar la Liga sin ningún central del primer equipo en el campo hasta el punto que tuvo que convocar a un canterano del Juvenil A como Jacobo Ramón, porque la plaga de bajas defensivas también se extiende al Castilla.
Así que Ancelotti tuvo que hacer encaje de bolillos para configurar un once titular formado por Lunin en portería, Lucas Vázquez y Mendy en los laterales con Carvajal y Tchoaumeni como centrales, Camavinga en el eje del equipo flanqueado por Kroos y Valverde con Bellingham en la mediapunta y Rodrygo y Vinicius en la delantera.
Imagen: realmadrid.com
A pesar de que el Girona salió presionando muy arriba, el partido se iba a poner de cara nada más empezar pues apenas se llevaban cinco minutos cuando Vinicius aprovechó una pérdida de balón de Girona para colocar el balón en la escuadra de Gazzaniga y poner el partido cuesta abajo como vimos poco después cuando una conducción de Camavinga de 40 metros acabó con Juanpe empujándole al borde del área jugándose la expulsión pero el árbitro lo dejó en amarilla porque al llegar Eric García entendió que no era una ocasión manifiesta de gol, en ese momento llegó la única ocasión visitante con un disparo de Dovbyk que bloquearon entre Tchoaumeni y Carvajal, especialmente admirable el papel del lateral de Leganés que tras más de 400 partidos con el Real Madrid jugó sus dos primeros partidos como central ante el quinto y el segundo clasificado de la Liga, salvando la papeleta en ambos casos la papeleta con mucha sobriedad.
Pero Vinicius no iba a permitir que nadie más se llevara el protagonismo del partido, y para demostrarlo imitó a Modric dando a Bellingham una preciosa asistencia con el exterior desde el mediocampo, que dejó al inglés solo ante Gazzaniga para regatear al portero y poner el 2-0 antes del descanso, para entonces el inglés ya andaba tocado del tobillo por un resbalón en el que acabó pisando a Eric García y torciéndose el tobillo y a la vuelta de los vestuarios se iba a cumplir la ley de Murphy, que dice que cuando hay una zona dolorida todos los golpes van al mismo sitio así que el cedido por el Barça, Pablo Torre pisó accidentalmente el tobillo tocado y acabó de rematar al inglés, quien se fue del campo en lugar de Brahim, no sin antes dejar su sello rematando a puerta vacía un despeje de Gazzaniga a un disparo de Vinicius que culminó otra jugada excepcional en la que regateó a los rivales como si fueran bolos, el marcador lo redondeó Rodrygo aprovechando otra pérdida de balón de Yan Couto para colocar el 4-0 con otro disparo imponente desde la frontal del área, hay que decir que al lateral brasileño hoy le ha salido todo mal, ni siquiera un disparo desde la frontal del área que estuvo a punto de colarse por la escuadra, le sirvió para conseguir el quite del perdón.
Imagen: realmadrid.com
Y si en la primera parte destacaba a Carvajal, en los cambios quien se llevó una ovación atronadora fue Toni Kroos que ha gobernado el partido a su antojo con un 98% de pases acertados, desconcertando al mediocampo del Girona cuando se incrustaba entre los centrales para sacar el balón ayudado por Tchoaumeni, que también tiene una calidad fantástica en esas lides, por lo que Ancelotti que de códigos de vestuario sabe un rato, no iba a tardar en sustituirlo junto a Rodrygo para dar entrada a Modric y Joselu, a partir de ese momento el Real Madrid bajó el ritmo quizá pensando ya en el regreso de la Champions de este martes.
Ancelotti agotó los cambios sustituyendo a Mendy que ha visto la quinta amarilla por lo que se perderá el partido del próximo domingo en Vallecas, y a Vinicius para dar entrada a Fran García y a Arda Guler, Brahim y el propio Fran García tuvieron sus ocasiones para culminar la manita pero el lateral manchego falló en el control y el malagueño pecó de egoísta mandando un disparo fuera cuando Joselu y Valverde estaban esperando para empujarla a gol, sin embargo la mejor ocasión para redondear la manita la tuvo el delantero gallego, cuando dispuso de un penalti provocado por Arda Guler en el último minuto, pero Joselu lo estrelló en el poste impidiendo completar la manita a un Girona, que como reconocía su entrenador tras el partido, hoy se ha dado de bruces con su verdadera realidad, que al fin y al cabo no se puede perder de vista que están completando una temporada histórica para ellos, pase lo que pase a partir de ahora.