Una crónica de: @luismanper
El Real Madrid pareció aplicarse ayer esa máxima que tantas veces hemos dicho todos en situaciones de nuestra vida cotidiana, de ganar en el último minuto y de penalti injusto, porque el partido que cuajó en Mendizorroza fue uno de los peores de la temporada con diferencia, y sin embargo, conseguimos sacar los 3 puntos de la manera más insospechada con Lucas Vázquez cabeceando completamente solo un centro de Kroos en el tiempo de descuento cuando el empate a 0 parecía inevitable.
Y es que fue un milagro que ayer el Real Madrid consiguiera un resultado positivo porque se presentó en Vitoria con apenas 14 jugadores de campo, debido a la enorme cantidad de lesiones con las que hemos llegado a final de año gracias al extenuante calendario que hay que agradecerle a los garantes del futbol modesto como son la Liga y la UEFA, por lo que Ancelotti tuvo que formar un once prácticamente con lo puesto con Kepa en portería, Lucas Vázquez y Fran García en los laterales con Rudiger y Nacho de centrales, Kroos y Valverde en doble pivote flanqueados por Modric y Bellingham, con Brahim y Rodrygo en la delantera.
Imagen: realmadrid.com
La primera parte fue una de las peores de la temporada, con muy poco ritmo por ninguno de los 2 equipos y un juego más helado que la temperatura que hacía en Vitoria a esa hora, por lo que solo Valverde con dos tiros lejanos repelidos por Sivera nos sacó del ensimismamiento, pero ya se encargó Kepa de espabilarnos y recordándonos que seguíamos en medio de un partido de fútbol con sus indecisiones en los balones aéreos que llevaron a un par de remates de cabeza del Alavés, que afortunadamente no tuvieron más consecuencias, por lo que nos fuimos al descanso con un 0-0 tan insulso como merecido.
Sin embargo, la segunda parte iba a empezar con sobresalto cuando Nacho volvió a llegar tarde a una pugna con un delantero en el mediocampo y pisó por detrás al delantero cedido por el Atlético de Madrid, Samu Omorodion, en una entrada tan fea como innecesaria que le costó su segunda expulsión de la temporada en circunstancias muy parecidas, por lo que el recién recuperado Tchoaumeni tuvo que salir de urgencia como central en lugar de un desaparecido Modric. Paradójicamente, la expulsión fue el acicate que necesitó el Real Madrid para lanzarse al ataque y controlar el partido con mucha más mordiente, y Rodrygo empezó a crear algo de peligro aunque estaba muy vigilado por la defensa babazorra que le hacía 3 contra 1 constantes cada vez que encaraba.
Imagen: realmadrid.com
Ancelotti también quemó las naves cambiando a un Brahim que se acrecentaba con el paso de los minutos, por Joselu con la esperanza de que cabeceara algún balón aéreo pero todos fueron defendidos hasta que ya en el descuento provocó un córner, que casi cuesta un exorcismo al entrenador del Alavés Luis García Plaza, y sus razones tenía para temer el saque de esquina y más cuando vio que el marcaje tan exhaustivo que hicieron sus jugadores a Bellingham, Rudiger o el propio Joselu dejó totalmente solo a Lucas Vázquez, quien cabeceó picado fuera del alcance de Sivera para dar al Real Madrid la victoria de un partido que no iba a acabar sin el enésimo susto en forma de lesión, esta vez con unos problemas en la rodilla de Rodrygo, que le obligaron a salir ayudado del campo pero que no parecen revestir más gravedad.
El sorprendente Girona con el que compartimos liderato gracias a su empate de ayer en el Benito Villamarín, parece que será el único rival que este año tendremos por la Liga, ya que Atleti y Barca se alejan a 7 puntos, contando con que mañana ganen al Sevilla de Quique en el caso de los colchoneros, en ese partido aplazado que se juega en la víspera de Nochebuena, y cuya mención me sirve para desear Feliz Navidad y Feliz Año 2024 a todos los seguidores de El Diario de Mou, deseando que se cumplan todos vuestros deseos en la vida personal y que el Real Madrid nos colme de alegrías en lo deportivo, como la que nos regaló ayer en todos los sentidos.