Una crónica de: @elcarrildel2
Breogán se ha impuesto (96-72) al Real Madrid, en el partido correspondiente a la Jornada 26 de la Liga ACB de baloncesto, disputado en el Pazo Provincial de Deportes de Lugo.
Se hace difícil escribir con una cierta mesura tras haber asistido al espectáculo bochornoso que nos ha ofrecido el Madrid en su visita al Breogán. Por mucho que el cansancio haya jugado sus cartas, que nadie niega, como tampoco se pueden minimizar las ausencias de jugadores, la desidia observada ayer es muy llamativa.
Y cierto es que las carencias que tiene el equipo en el puesto de uno aumentan a medida que avanza la temporada. Hanga no es capaz de llevar al equipo, y Rodríguez está para los minutos que está.
Y si no está Poirier, Tavares se queda muy solo en la posición de cinco. Y ni las alternativas de Mateo, con Yabusele o Cornelie están dando resultado.
Musa se empeña durante muchos minutos en una lucha personal contra el mundo, es posible que por desesperación viendo lo que ve, pero ese no parece ser el mejor camino.
Perder diez balones en el primer cuarto no parece muy normal, como tampoco llegar a veintiuna en el total del partido.
Sesenta y seis tiros de campo realizó el equipo local, por cincuenta el Madrid. Once tiros de tres encajamos. Hicimos internacional a varios contrarios, con Hollatz destacado: veintiséis de valoración.
¿Qué culpa tiene Chus Mateo de todo esto? ¿Cuánta le echamos a Juan Carlos Sánchez Lázaro y a Alberto Herreros por la planificación de la temporada? ¿Realmente es de recibo encajar cincuenta y siete puntos en el segundo tiempo?
Podríamos hablar de los colegiados, con don Jordi Aliaga al frente. Pusieron su parte desde luego. La falta de respeto a Tavares sigue siendo absoluta por parte de algunos colegiados españoles, tan complacientes con protestas y actitudes similares de otros jugadores.
En cualquier caso, no puede servir de excusa a lo vivido en Lugo. Un parcial de doce a cero en el inicio del tercer cuarto no hay por dónde cogerlo. Llegaría a ser de veinte a dos. Treinta y un puntos encajados en un cuarto tampoco.
En fin damas y caballeros, que esto es baloncesto, y se gana y se pierde, pero hay maneras de ganar y maneras de perder. Y la que ayer nos ofrecieron los nuestros resultó sonrojante. Alguien debería recordar a todos ellos las palabras de don Santiago Bernabéu: la camiseta no se puede manchar de vergüenza.
Buenos días a todos. HALA MADRID.