Una crónica de: @elcarrildel2
El FC Barcelona se ha impuesto (78-87) al Real Madrid, en el partido correspondiente a la Jornada 14 de la Temporada Regular de la Liga ACB, disputado en el Palacio de los Deportes de la Comunidad de Madrid.
Debe invitar la derrota en el clásico a pensar seriamente en las carencias que tiene este equipo. Ayer dio la impresión en muchos momentos del juego de que todo dependía de la inspiración individual de los jugadores. El que la tenga se la juega, a ver si hay suerte.
El drama de los rebotes empieza a ser lapidario. Ver como nos cogen rebote tras rebote en ambas zonas llama poderosamente la atención. Por mucho que Tavares pelee a brazo partido, si el resto no acompaña, no conduce a nada.
Da la impresión de que los exteriores del Madrid, más allá de los bases, han determinado no defender. Cada partido que jugamos hacemos internacionales a un par de contrarios. Anoche le tocó el turno a Higgins y a Laprovittola, ese base que pasó por el Madrid con más pena que gloria, y que cambiamos por Heurtel. Quizás de aquellos polvos vienen estos lodos. Tener en la rotación a Sergio Rodríguez para que juegue cuatro minutos en los partidos grandes no parece tener mucho sentido. Que Llull siga jugando de uno, y que un tiempo muerto se resuma en bola a Llull, mandarinazo y suerte, tiene lo suyo.
El caso es que sin rebote ni defensa, es difícil el camino en cuanto el equipo de enfrente tiene un mínimo de cuajo. Porque no es que no ganen el Baskonia o el Barcelona, que nos han ganado, es que el Bilbao nos tuvo contra las cuerdas.
Ver el triste deambular por la pista del citado Rodríguez, o de un Alberto Abalde que no ha hecho un buen partido desde que llegó al equipo, el mismo Cornelie, o incluso un Hezonja que contra el Barcelona volvió a valorar -1 dice todo acerca de la realidad de este Madrid.
Tampoco parece que Mateo sea capaz de aportar soluciones desde el banquillo. Partido tras partido vemos los mismos problemas, los mismos errores.
Si el juego interior nos cuesta un mundo, no mejoramos en el exterior. Contra el Barcelona, perdimos en rebotes (28-33), anotamos 17 de 25 tiros libres (68%), y el triple sigue siendo un calvario, 5 de 14 (36%).
Podríamos hablar igualmente de los árbitros, que sabido es que el Sr. Peruga no es santo de devoción blanca, y que en este clásico ha vuelto a tomar decisiones controvertidas que caían siempre del mismo lado. Pero los árboles no nos deben impedir ver el bosque.
En fin damas y caballeros, que ya decía Tsun Tzu que la defensa es la que impide la derrota. No parece que en este Madrid hayan leído al gran estratega chino.
Buenos días a todos. HALA MADRID.