CRÓNICA | Bostezo y tropiezo: Real Madrid 1 – 1 Osasuna

Una crónica de: @Mrsambo92

Tras unos días de angustias, taquicardias, sudores fríos, cambios de humor, depresiones intermitentes, sofocaciones, vahídos, es decir, el estado natural de buena parte del madridismo, pero agudizado por el parón de selecciones, volvía el Real Madrid al Bernabéu.

Ancelotti hizo algunas rotaciones en puestos clave, supongo que teniendo en cuenta los esfuerzos con las selecciones, por lo que incluyó a Ceballos y Rüdiger en el once inicial dejando a Militao y Valverde en el banco. Modric, tocado, no fue convocado. Sí apostó por Rodrygo, muy entonado e incisivo desde el final de la temporada pasada, la de su estallido definitivo.

También fue baja de última hora Courtois por un problema ciático, algo lógico en nuestros jugadores si se tiene en cuenta las dimensiones de su zona genital. Lunin tenía una nueva oportunidad.

Este era el clásico partido tramposo, ese que uno cree que tiene los puntos asegurados, pero que al Madrid, tras los parones de selecciones, se les suele atragantar indistintamente. La primera parte no pudo ser más aburrida. No pasó nada, salvo que un equipo se daba una serie de pases que no terminaban en nada y el otro procuraba hacer lo mismo para que también terminaran en nada. Pase de nada, transiciones de nada, gestos de nada, de nada en nada y no tiro porque nada hay.

Imagen: realmadrid.com

Esta primera parte pareció más un partido de basket en sus posesiones, donde ambos equipos se acumulaban en uno de los lados del campo según tocaba atacar o defender. Y es que el Madrid, a pesar de tener más posesión, concedió mucho balón a un Osasuna que, con todo, en la primera media hora dio más sensación de peligro en sus aproximaciones. Además tuvo un par de ocasiones, un lanzamiento lejano que detuvo Lunin, una volea con más miedo que otra cosa y un buen remate cruzado de Abde.

El Madrid, por su parte, apenas apareció por la portería rival hasta los últimos 15 minutos. Entonces se sucedieron los acercamientos. Una ocasión muy buena de Vini, un remate fallido de Rüdiger cuando parecía tener todo a favor a la salida de un córner y una sensacional jugada de Vinicius por la banda, que puso un gran centro de exterior para que Benzema definiera con un espectacular remate que se fue por muy poco. Además Rodrygo, muy peligroso cada vez que participaba, apareció más, a pesar de que se cargó poco el juego por su lado.

Este pequeño arreón tuvo su premio cuando un centro tramposo de Vinicius terminó dentro de la portería de Sergio Herrera. El centrochut, como suele decirse…

Y esto de jugar andando y medio dormidos pues tiene sus problemas. Entre bostezos cogió el Osasuna y aprovechó para marcar el empate. Nadie salió a tapar, o siquiera mirar, un centro frontal lejano y Kike García, de cabezazo de espaldas, puso el balón en la escuadra. No fue suficiente. A los bostezos siguió el rascado de huevos, así que en la jugada siguiente el Osasuna no marcó el segundo de milagro en una internada por banda derecha.

Imagen: realmadrid.com

Ahí sí. El Osasuna ya no salió de su campo y el Madrid acumuló posesión. Culpa tuvieron los cambios, que dieron algo de más nervio al equipo. Entraron Valverde y Camavinga por Ceballos y Tchouaméni. No penséis que fue un aluvión de ocasiones, pero si fue un agobio constante de recuperaciones inmediatas. Alaba alto por poco en una falta; Rodrygo en una internada por el centro la tiró alta; luego desde lejos probó al portero… Casi se marcan en propia puerta en un centro al área… El Osasuna sólo apareció en una jugada que terminó en córner, que remataron con cierto peligro. También en una volea lejana que dio cierto sustico al final.

Salieron también al campo Asensio y Militao por Kroos y Mendy. Al final Mariano por Carvajal, cuando la orden era colgar balones como fuera. Alguno se colgó, incluso…

En nuestro asedio cadencioso, la tuvo Benzema en un penalti que quisieron tangarnos, pero el VAR lo impidió. El lanzamiento del francés se fue al larguero, como nuestras ilusiones. Luego hubo un gol anulado por fuera de juego también de Benzema, que sigue de pretemporada.

Siguió intentándolo el equipo con un tiro lejano de Vini que detuvo con seguridad Sergio Herrera y un remate de Mariano, ocasión muy clara, a centro de Valverde, cuando nos pusimos a colgar balones.

Imagen: realmadrid.com

El equipo se mostró incómodo, lento y pesado en todo momento, casi nunca fue superior salvo cuando el Osasuna se metió atrás para defender su punto.

Muchísima distancia entre líneas en la primera parte porque no se sabía si íbamos o nos quedábamos, esa pseudo presión que hacemos muchas veces, donde los que aprietan arriba no tiene acompañamiento alguno y la salida del rival tiene más escapes que el Titanic al final de la película. Cuando se quiso apretar no hubo claridad de ideas ni frescura. Y eso cuesta puntos.

El arbitraje ayudó a los planes visitantes, ciertamente, pero, con todo, si Benzema hubiera acertado con el penalti seguiríamos con pleno de victorias.

No pudo ser, por lo que toca esperar si esta cierta irregularidad es pasajera y se vio agravada por el parón de selecciones o si hay que retocar.