Una crónica de: @Datemus
Con el recuerdo de la dolorosa derrota ante el Getafe B en Valdebebas y de un periplo fuera de casa no muy afortunado, mirando de reojo los tres puntos que los malos resultados dejaban de saldo en el casillero y con cierto temor a entrar en una dinámica negativa, recibía el Castilla esta tarde al líder de la categoría, un Navalcarnero que llevaba doscientos cuarenta minutos sin encajar un solo tanto y que comparecía con estas excelentes credenciales como el rival menos adecuado para comenzar a remontar el vuelo.
Por si fuera poco, Raúl sumaba en el centro de la defensa la baja de Chust, convocado con la primera plantilla, a la del lesionado Pablo Ramón, lo que le obligaba a reformular con cierta profundidad el once con el que bajar por las escalinatas de acceso al terreno de juego. La baja de Chust fue cubierta por Santos que, a su vez, cedió su puesto habitual de lateral derecho a Guillem. Completaba Miguel el cuarteto de atrás con Luis López bajo palos un encuentro más. La medular era de lo más esperanzadora, con Blanco, Arribas y Morante juntos de partida. Arriba, Vallejo como extremo derecho, Dotor como izquierdo (tal vez la posición más antinatural de todas las de inicio) y, como siempre, Hugo Duro de ariete.
El Castilla comenzó bastante bien el partido, con la conexión Blanco – Morante carburando con precisión y creando mucho juego en la medular. El Navalcarnero esperaba atrás ordenado pero sudando tinta para evitar que las llegadas al área del Castilla no acabaran en gol, en especial cuando el balón llegaba a Arribas, que tiene una capacidad para desequilibrar cerca del área reservada a los portadores del talento más exquisito. Dos saques de esquina y dos disparos peligrosos desde la frontal de Arribas y Blanco fueron el balance de esos buenos minutos.
Ajustó mucho más la presión el Navalcarnero y, especialmente, la vigilancia sobre Arribas y Morante. Fruto de ello, llegaron las dificultades para la creación de juego. Blanco tenía que acudir entre los centrales a recibir y el resto de medios o estaban muy lejos, o bajaban a participar en desventaja, de espaldas y con un rival mordiéndoles la nuca. La circulación de balón se hizo muy lenta y empezaron a llegar las primeras imprecisiones. Pronto mostraron los visitantes que venían dispuestos a sacar petróleo de cada recuperación y, en el 14’, Jesús de Miguel, el mejor de los navalcarnereños, sirvió para que Ramón Blázquez enviara fuera completamente solo en el área, aunque el balón le botó un poco alto.
Imagen: realmadrid.com
El aviso no fue bien encajado por el Castilla, que continuó perdiéndose cada vez más en el laberinto que el líder le tendía en la medular. Anulado Morante y con Arribas haciendo lo posible por incrementar su escasa participación, la banda derecha se convirtió en la única alternativa de juego ofensivo. Con una circulación muy lenta, Vallejo y Guillem recibían de forma muy previsible y siempre vigilados, por lo que tuvieron que recurrir a la acción individual en un océano de marcas y ayudas que hacían verdaderamente casi imposible el desborde. La banda izquierda ni existía. No fue la noche de Miguel mientras que Dotor estuvo totalmente desaparecido, en una posición que tampoco se ajusta a sus características.
En este entorno de juego, en el 27’, Blanco pierde un balón cerca de la frontal ante Jesús de Miguel, que le hizo una falta que se tragó el lamentable árbitro del encuentro que, qué casualidad, volvió a perjudicar clarísimamente al Castilla. Su contragolpe llevó la pelota ante Blázquez que, en otra buena ocasión, chutó mal a portería.
Así se llegó al descanso. El Castilla había tenido más la iniciativa y unos buenos primeros minutos, pero el Navalcarnero jugó bien sus cartas y tuvo también sus oportunidades, por lo que el resultado hacía justicia a lo que se vio durante dicho periodo.
A Raúl no le había gustado nada lo que había visto y ya antes del final del primer tiempo, puso a calentar a César Gelabert para modificar con bastante profundidad la medular local. El cambio se hizo en la mismísima caseta y el sacrificado fue Vallejo, cuya posición tomó Arribas. Mientras, César se iba a la izquierda para que Dotor, por fin, pudiera jugar de interior. El resultado fue realmente bueno y el Castilla se hizo con el control del juego, sumando además profundidad y buenas ocasiones. Dotor tocó más balones en los tres primeros minutos de segunda parte que en todo el primer tiempo, Morante se sentía más acompañado, Blanco se hacía cada vez más grande y César, por la izquierda, aunque no aportaba desborde, sí muchísima calidad y mala uva en sus rapidísimas combinaciones cerca del área.
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En el 47’, tras unas grandes combinaciones del Castilla, Dotor entra por la izquierda del área, cede atrás a la frontal y Blanco chuta fuera por muy poco. No dejaba de incomodar, a pesar de todo, el Navalcarnero, avisando al Castilla de que iba a tratar de castigar cada pérdida con toda la crueldad del fútbol. En el 55’, una mala entrega de Guillem al rival dio origen a un rápido contrataque en el que el ariete visitante, Esnaider, hijo de nuestro célebre exjugador Juan Eduardo, metió el empeine demasiado abajo y la envió por encima del larguero.
La ocasión animó al líder que se estiró y se fue a buscar al Castilla con una presión más alta. El encuentro se equilibró de nuevo. El árbitro contribuyó a ello birlando dos penaltis de Fratelli a Hugo Duro, uno claro y otro escandaloso, por los que el central navalcarnereño debería haberse ido al vestuario antes de cumplirse la hora de juego. Los visitantes golpearon primero, no obstante, castigando la inexperiencia del Castilla un partido más. Con una presión alta ahogaron la salida de balón de César Gelabert en campo propio. Puede que César debiera haber cedido un saque de banda o un despeje, pero quiso mantener la posesión y tras maniobrar bastante bien, asistió con desesperación a la falta de opciones que le dieron sus compañeros mientras él aguantaba el balón. Incluso terminó dando un pase con bastante criterio pero, como suele decirse, al hueco, ya que el resto de los suyos estaban de espectadores. No tardó el Navalcarnero en montar la contra por su derecha y Calarge, viendo como los seis defensores blancos estaban pendientes únicamente de los dos compañeros que tenía en el área, pasó atrás a la frontal donde Gonzalo entraba por sorpresa más solo que la una. Su zurdazo se coló con Luis López haciendo la estatua. 0-1.
Con todo en contra y un rival al que hacerle una ocasión costaba un potosí, el Castilla parecía destinado a los peores presagios. Raúl movió de nuevo el banco, esta vez a la desesperada, y dio entrada en el 69’ a Peter y Retu por Miguel, que continuó desaparecido durante la segunda parte, y Morante.
A pesar de los cambios, en el 75’, llegó otra gran ocasión visitante como consecuencia de un gran disparo desde la frontal de Calarge, que obligó a lucirse a Luis López.
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Un minuto después, llegó la jugada clave del partido: Fratelli realiza su cuarta entrada de cartulina amarilla sobre Hugo Duro y, el árbitro, por fin le muestra la segunda. El central visitante dejó a los suyos con diez y el Castilla, con toda la artillería en el campo, se fue por el partido.
Sólo un minuto después, una internada por la derecha termina con un centro pasado que llega a Retu. Su envío desde la izquierda sale muy pasado de nuevo y llega, en el lateral derecho del área, al Cobrador del Frac, D. Antonio Blanco, que había venido alternado su mono de intendencia con su smoking de Armani. Blanco oteó el área, se ajustó la pajarita y puso un centro exquisito, lleno de precisión, clase y elegancia a la cabeza de Hugo Duro. El remate del ariete hizo justicia a la jugada poniendo las tablas en el marcador con un gran cabezazo. 1-1 y muchos minutos por delante.
En el 79’, una falta cerca del lateral derecho del área, es sacada por Arribas. Miren, nos dicen que ese saque lo botó Kroos o Modric, y nos lo creemos; nos aseguran que hicieron falta Laplace, Fourier y Bernoulli para describir la trayectoria, y ni lo dudamos. ¡Qué saque!. Qué envío lleno de toque y clase que nos puso el bueno de Sergio Arribas Calvo, a caballo entre la neurocirugía más pecisa y el arte más refinado, para asistir a un Mario Gila que entraba como una locomotora hacia el área pequeña. Su testarazo ponía el segundo de cabeza para los nuestros y hacía justicia a lo visto hasta ese momento. 1-2.
Sin solución de continuidad, Arribas sacó otra falta en el 82’, esta vez desde la izquierda. Fue otro balón sacado de su portentosa zurda pero, esta vez, buscando el remate de un Dotor al que la pelota se le quedaba atrás. Sin embargo, Dotor corrigió su posición con unos pasos hacia atrás y, con toda la habilidad del mundo, buscó el la precisión en un balón al que era imposible imprimirle potencia. Lo hizo con tal inteligencia y habilidad que envió el remate a la base del palo, poniendo el tercer gol de los nuestros y la sentencia definitiva en el marcador. Con este resultado, se llegó al final del partido.
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Tres puntos de oro para los nuestros tras tres goles de cabeza, parte del cuerpo que, es justo destacar, no faltó en el banquillo local, donde Raúl realizó una gran dirección de encuentro al no tener reparos en corregir su planteamiento inicial al descanso. Los entrenadores ganan más puntos de los que parecen durante los ciento ochenta minutos, quién sabe si más aún que con el trabajo semanal, por mucho que no quieran reconocerlo.
Ahora toca refrendar la victoria frente al líder de la categoría este miércoles, en que se jugará, a las 12:00, el encuentro aplazado frente al Atlético Baleares. Esperemos que suponga el inicio de una larga racha de buenos resultados porque este grupo de muy buenos jugadores es ilusionante, por mucho que su inexperiencia les castigue en ocasiones casi tanto como los indecentes arbitrajes que sufren partido sí y partido también. Algo debería de hacer el club a este respecto.
RESULTADO FINAL
Real Madrid Castilla, 3 – Navalcarnero, 1
GOLES
0-1 (min. 62): Gonzalo.
1-1 (min. 78): Hugo Duro.
2-1 (min. 81): Gila.
3-1 (min. 83): Dotor.
ALINEACIONES
Real Madrid Castilla: Luis López, Guillem, Miguel G. (Retu, 69’), Gila (Sintes, 89), Blanco, Dotor, Morante (Peter, 69’), Hugo Vallejo (César, 46’), Hugo Duro (Salazar, 84’), Santos y Arribas.
Navalcarnero: Aitor, Calarge, Álex, Jaimez, Fratelli, Mario (Cano, 79’), Esnáider (David, 67’), Alonso (Monteaguado, 67’), Ramón (Del Moral, 72), Gonzalo (Fran, 72’) y Jesús de Miguel.
Un comentario en «CRÓNICA | Remontada de cabeza: Real Madrid Castilla 3 – 1 Navalcarnero»
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