Una crónica de: @MiedoEscenico2
Se disparó el consumo de ansiolíticos entre los madridistas al conocer la alineación que Zinedine Zidane había dispuesto para enfrentar al Valencia en Mestalla en esta novena jornada de la Liga española: que Marcelo acompañara a Varane, Ramos y Lucas Vázquez en la línea defensiva, y que el medio campo lo formaran Modric, Valverde e Isco ponía nervioso hasta al madridismo más confiante, que diría aquel. Arriba, la presencia de Asensio y Vinicius a los lados de Benzema tampoco invitaba a pensar en una gran capacidad de presión, y al menos la silueta imponente de Thibaut Courtois daba algo de paz espiritual.
Empezó el partido como un gigantesco manicomio móvil, con el balón y los jugadores corriendo de un lado al otro sin orden ni concierto. Una toma de las cámaras de televisión en el minuto 6 nos ofrecía al árbitro, Gil Manzano, con la lengua fuera y casi agradeciendo que Lucas y Valverde hubieran hecho una falta a Gayá y pararan aquello. Un remate desde la frontal de Marco Asensio antecedió a un posible penalti sobre Benzema que no fue ni muy penalti, ni poco, pero dejó al francés algo tocado en el tobillo. Otro remate de Modric en el 13 daba la sensación de que esa alineación algo kamikaze del equipo blanco, hoy de rosa, quería llegar y marcar cuanto antes.
Y corría el minuto 23 cuando, tras una larga combinación de los madridistas por banda izquierda, Marcelo puso el balón a Benzema en la frontal, justo en ese sitio donde dijimos en El Videoanálisis, y el francés hizo un paso de baile inesperado, de vals, para recibir el balón, y sacó su violín para largar un trallazo a la escuadra de la portería ché, ante el que no pudo hacer nada el portero Jaume Domenech, entre otras cosas porque Guillamón contribuyó desviando el remate dentro. El 0-1 mantuvo el ritmo de partido del Madrid, pero obligó al Valencia a adelantarse y lo hizo, sobre todo, tratando de buscar las penetraciones de Gayá por banda izquierda.
Imagen: realmadrid.com
En una de esas jugadas, en el minuto 28, Gayá trató de centrar según le llegó el balón, y Lucas Vázquez trató de evitarlo, pero con su brazo derecho más abierto de lo permitido, con lo que el árbitro señaló penalti. Lo lanzó Soler, lo rechazó Courtois, volvió a rematar Soler, dio en el poste, el balón le llegó a Musah, y el chaval lo metió en la portería. A todo esto, solamente se movieron dos defensas, Varane y Ramos, y llegaron tarde a todas. Marcelo no se movió ni para el tercer remate, Lucas llegó tarde a donde ya no hacía falta, y con el resto del equipo parece que no fuera el tema. La revisión del VAR del lanzamiento certificó que Courtois no se había adelantado para parar el balón, pero también permitió ver que el autor del gol estaba pisando el área en el momento del lanzamiento, así que se anuló todo lo ocurrido y se volvió a repetir el penalti. En el minuto 35 subió el empate a uno al marcador, tras un penalti de la marmota, en que Soler lo tiró al mismo sitio, solo que un poco más duro, y Courtois esta vez no pudo detenerlo.
El equipo de rosa se volvió a lanzar en pos del área rival para volver a desequilibrar el partido, pero con más confusión y lentitud que en momentos anteriores. Benzema salía a buscar socios, pero nadie le devolvía los beneficios de las transacciones, Asensio se diluía, Vinicius se confundía, Marcelo se precipitaba, y aquello no acababa de funcionar. Hasta que, en el minuto 43, un pase al lado derecho del ataque valencianista llegó a Maxi Gómez, el delantero puso un centro raso y tenso al área pequeña, y Varane trató de despejar. Con esa suerte tan suya de los últimos tiempos, que el balón salió haciendo un extraño y cayó dentro de la portería, con Courtois tratando de sacarla desde el suelo, donde hacía la croqueta con Cheryshev. EL VAR miró la jugada, y decretó que el balón había entrado, subiendo el 2-1 al marcador. De ahí al descanso, más exhibición de impotencia ofensiva del Madrid, con una última oportunidad de Modric que murió en manos del portero.
Según empezó al segunda parte, la presión de Vinicius y Benzema obligó a Jaume a hacer una salida temeraria para evitar un remate del francés, y, al momento, un tremendo disparo de Kang-In Lee fue desviado con la punta de los dedos por Thibaut Courtois en una intervención antológica, mandando el balón al poste. El partido estaba abierto, volvía a enloquecer por momentos, pero con un ritmo algo más bajo que al inicio. Y en el minuto 50, una jugada en que Asensio se sobró de confianza, Lucas de confusión, Ramos de chulería y Marcelo de entusiasmo, acabó con un penalti señalado al brasileño que parecía más falta del delantero que del defensa. Soler cambió el sitio, Courtois lo intuyó, pero el balón entró y el Valencia se puso 3-1 arriba.
Imagen: realmadrid.com
En el minuto 59, otra jugada en que un rebote le llegó a Musah en la frontal del área, Ramos salió a cortar, y tocó el balón dos veces con la mano, una con la izquierda y otra con la derecha, con lo que el VAR volvió a entrar y decretó el tercer penalti de la noche contra el equipo madridista. Soler repitió lo del lanzamiento anterior con el mismo resultado, y el partido se puso 4-1. En el minuto 64, Vinicius y Asensio dejaban su sitio a Odegaard y Rodrygo, y el Madrid se lanzó ya a la desesperada a por el partido.
Una llegada de Lucas en el minuto 68 acabó con un remate alto, pero al menos dejó ver una combinación algo más ágil de los madridistas, tras pasar por las botas de Rodrygo, Benzema y Odegaard. Tres minutos después, fue Valverde el que mandó el balón por encima del larguero con una volea desde la frontal tras un rechace a centro de Lucas que venía de otra jugada elaborada del Madrid. El Madrid apretaba, el Valencia ya apenas salía, pero porque estaba cómodo dedicado a cerrar espacios y líneas de pase atrás. En el minuto 74, Zidane hizo otros dos cambios, e introdujo a Kroos y a Mariano para relevar a Valverde y a Benzema, uno tocado por un golpe y otro aparentemente lesionado en un abductor.
Isco seguía en el campo y tengo que admitir que todavía no me queda muy claro el motivo. Desde luego, para remontar el partido no era, porque durante la mayor parte del tiempo fue invisible, cuando no un factor que frenaba la fluidez del movimiento del balón. Seguramente Zidane sabe algo que nosotros no sabemos, pero es difícil de comprender, en noviembre de 2020. Remató un córner de Kroos en el minuto 81, sin casi moverse, sin saltar, y lógicamente el balón fue a cualquier lugar menos dentro de la portería. Y esa fue una de sus mejores aportaciones en todo el partido, no digo más. Tan estupenda que el entrenador francés decidió cambiarle justo después, para dar entrada a Jovic al terreno de juego en su lugar, y ahorrarnos un dolor para la vista.
Imagen: realmadrid.com
Los minutos finales del partido fueron un ejercicio de impotencia del equipo madridista, con poca pólvora, a pesar de reunir una pléyade de jugadores jóvenes con talento goleador. O, al menos, presunto talento goleador, salvo que presunto sea solamente el jamón en portugués. Ramos, como de costumbre, se sumó a la fiesta colocándose varias veces como tercer ariete para intentar cazar algún balón aéreo. Y también Varane se animó, por qué no, en alguna de esas. Cuando el árbitro indicó que se prolongaba el partido seis minutos, ya no sabíamos si cortarnos las venas o dejárnoslas largas, porque el castigo era difícil de soportar. Tenemos que salvar un par de jugadas de Rodrygo al inicio del descuento, que en una puso el balón en la frontal para que Mariano rematara fuera con mucha potencia y ninguna colocación, y en la otra a Odegaard, al que la pierna derecha no le da la misma funcionalidad que la otra, como demostró. Entre ambas ocasiones, Mariano también protagonizó otro remate de cabeza fuera, tras otro centro de Lucas. Y entre centros a la olla e imprecisiones en el remate, se llegó al final con un resultado bastante equívoco en cuanto al juego, pero completamente merecido por los errores defensivos del equipo madridista.
Se escapan tres puntos y, lo que es peor, se recupera una sensación de impotencia ofensiva, y de incapacidad atrás, de esas que tardan en quitarse. Hay un paréntesis con el parón de selecciones, que va a dejar este regusto amargo más tiempo en la retina del madridismo, y que debería aprovecharse para trabajar seriamente en los defectos del equipo: hay dos semanas para reinventarse, y es especialmente importante que esta vez se haga con solidez, porque después vendrá un tramo de competición con tres semanas jugando cada tres días, y la clasificación para octavos en Champions League en el aire. Veremos si los sortilegios de Zidane pueden introducir algo de control dentro del caos que se ha visto. Porque así es difícil ganar algún título.
RESULTADO FINAL
Valencia, 4 – Real Madrid, 1.
GOLES
23’ 0-1 Benzema (asistencia: Marcelo)
35’ 1-1 Soler (penalti)
43’ 2-1 Varane (propia puerta)
54’ 3-1 Soler (penalti)
63’ 4-1 Soler (penalti)
REAL MADRID
1 Courtois
17 Lucas Vázquez
5 Varane
4 Sergio Ramos
12 Marcelo
15 Valverde (minuto 76, entra 8. Kroos)
10 Modric
22 Isco (minuto 83, entra 18. Jovic)
11 Marco Asensio (minuto 64, entra 25. Rodrygo)
20 Vinicius Junior (minuto 64, entra 21. Odegaard)
9 Benzema (minuto 76, entra 24. Mariano)
ARBITRAJE
Gil Manzano (Comité Extremeño)
Amonestó por el Real Madrid a Marcelo (min. 52) y Sergio Ramos (min. 62).