por Una cronica de: @Javirodespi – planetacb.com
No esperen un OjO al uso, en primer lugar porque el traqueteo del autobús de vuelta a Madrid me impide que mi pulso sea el correcto y eso sin contar que el señor que tengo al lado, nada más salir, está emitiendo sonidos guturales y un cabeceo peligroso que me hace tener perspectivas negras para éstas 8 horas de vuelta, pero en fin, todo sea por la causa, así que vayamos, sin más preámbulos con nuestro OjO Al Blanco, el del campeón contra todo pronóstico.
Los gaiteros y la ausencia del himno
Estaba claro que tenía que haber representación de Galicia y pudimos ver como la pista del Coliseum se llenaba de gaitas con música galega escoltando la Copa, detalle bonito y que pensamos que sería un prolegómeno del himno de España, pero hete aquí que ni sonó ni vimos a Su Majestad, por lo que la cosa quedó algo descafeinada.
Los irrespetuosos tuvieron su castigo
Algunos cuando eran pequeños, debieron tener problemas con aquello de “eso no se dice, caca”, porque esta copa, más allá de las sorpresas, ha sido de los irrespetuosos, en primer lugar, menospreciando al campeón vigente, después con la propia televisión cambiando de cadena un partido y, finalmente, hablando de final anticipada el choque entre Madrid y Baskonia. Absolutamente todos quedaron en entredicho porque el Herbalife fue un magnífico rival y que tuvo sus opciones de llevarse la copa con todo merecimiento.
Del pilón a la cama
Los listos ya pensaban, tras ver el primer cuarto, que esto sería un paseo blanco, pero nada más lejos de la realidad, cierto que el Madrid salió a morder, que si no era Jaycee, era Felipe o era Nocioni y sin contar al omnipresente Ayón, los que asolaba la zona canaria con canastas de toda índole y ponían una ventaja de doce puntos, pero, ay amigo, esto es una final.
La constancia canaria
Si algo bueno tiene el Herbalife y que le ha dado la posibilidad de disputar una final de copa es que ha sido un buen estudiante, y para eso se necesita constancia, y eso se logra no desfalleciendo cuando la cosa va mal, el equipo del maestro García Reneses es fiel a su idea de que los partidos duran 40 minutos y puede dar muchas vueltas, lo vimos con el segundo cuarto en que Pablo Aguilar fue un estilete en la zona, con la ayuda de Eulis Baez, y lo sentimos al final del encuentro cuando, yendo abajo a falta de dos minutos con diferencia insalvable, su espíritu de superación le hizo ponerse a tres puntos tras ir doce abajo, a base de robar balones, de hacer 2×1 en las esquinas y hasta elegir bien a quién tenía que hacer la falta para que tiraran lanzamientos libres.
El MVP que fue y los MVP’S que no fueron
Todos sabrán ya quién fue el MVP del partido, el mexicano Gustavo Ayón dio una imagen fiel a si mismo, de seriedad absoluta, también sobriedad sin necesidad de dar concesiones innecesarias a la galería y sobre todo, de firmeza, jugando bien los 1×1, aprovechando el pick & roll y finalmente, siendo un bastión defensivo. Pero no podemos dejar de nombrar a otros dos hombres, uno Albert Oliver que dio un absoluto clinic de dirección, de pase tras bote e, inclusive de postear, pero con una premisa, aquí no se relajada ni el tato. El otro es Jonas Maciulis, con su juego en el Madrid, nunca recibirá un MVP, pero su trabajo en rebote, en tiros calientes y en brega, bien se lo merecería.
La final que se merecía esta Copa
Aunque ya habrá tiempo para analizar más cosas de esta Copa, creemos que la final ha puesto a los dos equipos que más se lo merecían, esta subjetividad la digo en base a recorrido en la misma y, sobre todo, sensaciones en el juego, algunos de ustedes estarán de acuerdo y otros no, pero el espectáculo que nos han dado los equipos es de altísimo nivel con algunos partidos dignos de final de Euroliga (el Herbalife – Valencia y el Baskonia – Madrid).
Así terminamos esta copa en su OjO Al Blanco del que le pido disculpas por los fallos cometidos, pero ¿Saben lo bueno? Que lo mejor de la Copa empieza ahora, con el campeón.
