Una previa de: Nilo Campo Santos
Me preguntaba, en un artículo anterior, que tipo de arbitraje veríamos esta temporada, si el arbitraje precovid o postcovid, pronto llegó la respuesta. Si en el primer partido jugado por el Real Madrid, Martínez Munuera, con la colaboración de González fuertes, privaron de un penalti favorable al Real Madrid. Penalti en el minuto 27, cuando el equipo blanco era dueño absoluto del juego y en el marcador señalaba un 0-0.
Pues, si alguna duda había de que va esto, segundo partido del conjunto de Concha Espina y el Comité de Designación nos envía otro recadito, como veremos en la designación arbitral para el partido de la jornada 3, entre el Betis y el Real Madrid.
Vamos con los designados:
Apellidos | Nombre | Del Comité | |
Árbitro | De Burgos Bengoetxea | Ricardo | Vasco |
4º árbitro | Velasco Arbaiza | Aimar | Vasco |
Asistente 1 | Díaz Pérez Del Palomar | Roberto | Vasco |
Asistente 2 | Núñez Fernández | Jon | Vasco |
Informador | Villa Gutiérrez | María Luisa | Castellanomanchego |
VAR | González González | José Luís | Castellanoleonés |
AVAR | De Francisco Grijalba | Iker | Vasco |
He intentado conseguir una imagen, del colegiado principal, que transmita algo positivo y solamente encuentro a su tío con el anorak verde asaltando el Congreso o del propio colegiado asaltando los intereses madridistas, así que pido perdón por no lograr una que muestre una buena acción.
A estas alturas, todo lo que se pueda decir del protésico dental referente al arbitraje y el Real Madrid, no será nada bueno. Pero antes de comentar las fechorías, vamos a recordar sus datos personales y arbitrales.
Ricardo de Burgos Bengoetxea nació en Bilbao el 16 de marzo de 1986. Además de árbitro de fútbol, es protésico dental.
Alcanzó la Primera División en la temporada 2015/16 e Internacional desde el 1 de enero de 2018 (cubrió la baja de Clos Gómez) tras haber pasado como representante español en el Programa de la UEFA CORE para jóvenes árbitros en 2016. En el concierto internacional lleva arbitrados once partidos, incluido el Olimpia 2 – Zrinjski Mostar 3 (tras prórroga) de la 2ª Ronda de clasificación de la Europa League.
Este será su primer partido en la actual temporada después de los 94 dirigidos en sus 5 temporadas que lleva en Primera. En 43 partidos la victoria se decantó de parte local, 21 terminaron en tablas y 30 fueron victorias visitantes. Lleva 469 tarjetas amarillas, 6 tarjetas rojas por doble amarilla y 8 por roja directa. Penaltis 24.
Tampoco tiene suerte en Real Madrid con el encargado del VAR, donde estará otro “amigo blanco”. El berciano, baja en la presente temporada por edad, González González, es el designado para este apartado.
Los números del colegiado vasco con el Betis:
Local | Visitante | |
Ganados | 3 | 2 |
Empatados | 0 | 1 |
Perdidos | 3 | 1 |
Tarjetas amarillas | 11 | 12 |
Tarjetas rojas | 0 | 0 |
Penaltis favor | 0 | 1 |
Penaltis contra | 0 | 0 |
En los 10 partidos arbitrados le pita una media de 12,80 faltas por partido y de ellas 2.30 tarjetas amarillas. A sus rivales les señala 14,80 faltas por partido y de ellas 3,10 tarjetas amarillas por partido.
Los números con el Real Madrid:
Local | Visitante | |
Ganados | 3 | 4 |
Empatados | 1 | 1 |
Perdidos | 0 | 1 |
Tarjetas amarillas | 4 | 9 |
Tarjetas rojas | 0 | 0 |
Penaltis favor | 0 | 1 |
Penaltis contra | 0 | 0 |
Al Real Madrid le señala 12,10 infracciones por encuentro, de ellas el 0,63 son faltas por entradas, 1,30 amarillas. A sus rivales le señala 11,90 infracciones, de ellas el 0,66 son entradas, 2,50 tarjetas amarillas y 0,10 son penaltis.
A tenor de todos estos números, fríos pero reales como la vida mismo, no parece lógico que no me guste como árbitro para el Real Madrid, un colegiado en donde el 70% son victorias blancas, el 20% empates y tan sólo el 10% derrotas. Parece una incongruencia, pero, eses números del Real Madrid son a pesar de sus intentos por cambiarlos e, indudablemente, con un esfuerzo máximo.
Esperemos que todos los componentes designados tengan el máximo acierto, sean imparciales y que no se tenga que hablar ni lamentar sus decisiones.