CRÓNICA | El cirujano perseverante: Real Sociedad 1 – 2 Real Madrid

Una crónica de: @MiedoEscenico2

Ya desde el anuncio de la alineación que Zinedine Zidane había decidido oponer a la Real Sociedad se encendió la alarma: en otro quiebro a la afición, el francés decidía poner en el campo a Courtois; Carvajal, Varane, Ramos, Marcelo; Casemiro, Kroos, Valverde; Vinicius, Benzema y… James Rodríguez. El colombiano, caído de las alineaciones desde la eliminación en Copa frente al equipo txuri-urdin, volvía a vestir la camiseta del Real Madrid, que en esta noche era de color verde cirujano. Sorprendía a propios y extraños que, en un partido en que el Madrid se jugaba la opción de volver a ponerse líder, el entrenador optara por recurrir a un jugador con muy poca presencia durante la temporada, y especialmente desaparecido desde aquel cataclismo. Pero, quizá, lo más sorprendente sea que aún nos sorprendamos de que Zidane nos sorprenda, perdóneseme el retruécano.

La primera parte fue una cosa extraña. Cuando digo extraña, quiero decir muy extraña. Los dos equipos salieron decididos a presionar arriba y dificultar la salida del balón desde atrás del rival. Y así las cosas, con dos de los mejores equipos de la Liga jugando a no jugar, no fue raro que salieran unas estadísticas tan raras. Casemiro recibió más faltas de las que hizo y Courtois tocó el doble de balones que Benzema. En ese entorno tan peculiar, nada fue como parecía que debía ser. La Real, que este año ha mostrado un gran caudal ofensivo, no llegó a tirar a portería. Estaba abiertamente dedicada a atascar el juego del equipo hoy verde, especialmente a un elemento capital en su construcción: Toni Kroos. Cada vez que el alemán recibía el balón, le saltaban Merino, Portu e incluso el mismo Odegaard y no le dejaban girarse ni regular el juego madridista, generando ahogo en la circulación del balón.

Así las cosas, los jugadores de Zidane volcaron el juego por las bandas. Y Gorosabel, el lateral derecho de la Real Sociedad, estuvo a punto de poner una reclamación. Vinicius le castigó una y otra vez, encarándole y saliendo en velocidad, entrando como un bisturí con esa velocidad que le hace imparable, y le ganaba un duelo detrás de otro. Solamente los problemas del brasileño a la hora tomar decisiones le impidieron abrir el marcador en esta primera parte. Cada vez que el enfermo necesitaba operar el hígado, elegía la disección de un riñón; y, cada vez que hacía falta intervenir los pulmones, el joven Vini optaba por hacer un bypass en el corazón. Mientras tanto, Benzema era una isla, James apareció en el quirófano sobre el minuto 40 (no sabemos si estuvo allí antes), Casemiro seguía dedicado a ayudar en la salida y tirar de tijeras quirúrgicas, mientras lo más destacable lo hacía Valverde, en algunas arrancadas plenas de potencia, aunque sin éxito en la finalización por parte de sus compañeros.

El descanso fue como una especie de vuelta a la normalidad, con el Madrid saliendo aplicado para intentar abrir, operar y cauterizar. De nuevo fue Vinicius el que, bisturí en ristre, se fue al asalto, pero su pase no encontró al doctor Benzema. Quizá pueda parecer que somos bastante críticos con el chico, pero lo cierto es que tiene la edad que tiene, 19 años, y una virtud que le hace muy del Real Madrid: jamás se rinde. Así que se lavó las manos, se puso sus guantes, su mascarilla, cogió su bisturí y, al minuto y medio, volvía a internarse a toda velocidad en el quirófano del área donostiarra. Y, cuando parecía que por fin iba a elegir bien, un toque de Llorente le desequilibró al rematar, y mandó el balón fuera. Pero el árbitro Estrada Fernández, que no había perdido ojo a la jugada, decretó penalti a favor del Real Madrid. Sergio Ramos, con esa imagen que le hace a uno dudar de si se ha escapado de una película de vikingos, o de una gira de los Grateful Dead, lo mandó suave a la derecha e hizo subir el 0-1 al marcador en el minuto 50.

Apenas un par de minutos después, una internada de Isak en el control de enfermería de los madridistas culminó con un choque, rodilla con rodilla, entre el sueco y el de Camas. Ramos siguió unos minutos en el campo, pero finalmente pidió el cambio y entró por él Militao en el minuto 60, pasando Varane a la posición de central izquierdo. Durante esos minutos, el control del partido iba y venía de los locales a los visitantes y viceversa, pero la lesión de Ramos acabó de generar cierto descontrol general. Januzaj tiró con peligro, respondió Kroos con un disparo seco y duro, y Carvajal tuvo que salvar por poco un intento del equipo realista. Tanto fue el cántaro a la fuente que, en una jugada surgida en banda derecha del ataque donostiarra, el balón llegó a Januzaj, y éste lo envió de un zurdazo decidido al fondo de la red, porque Courtois solamente pudo tocar el balón con la punta de los dedos. El asunto es que entre la visión de Courtois y el pie de Januzaj se encontraba Mikel Merino en fuera de juego, y Estrada Fernández decidió que la jugada no estaba permitida por el reglamento, anulando el gol, con el consiguiente cabreo de los jugadores blanquiazules. El partido estaba en un momento difícil para el Madrid, algo disperso en esos minutos.

Hasta que un uruguayo, cansado de la sutileza de la cirugía que el Madrid le estaba practicando pacientemente a la Real, decidió que estaba harto. El pajarito Valverde desplegó sus alas por la banda derecha, y a pesar de tener a un robagallinas cargado a la espalda, se las arregló para irse por fuerza y alcanzar la línea de fondo, desde donde consiguió centrar al corazón del área. Por allí danzaba Benzema, que se llevó el balón con la parte del hombro que casi es brazo, salió hacia afuera y remató raso y centrado, sin que Remiro ni los defensas pudieran evitar la sangría. El 0-2 tuvo un efecto algo anestesiante en el Madrid, y la duda sobre si Benzema había parado el balón con hombro o brazo, convenientemente revisada por el VAR, y dado por válido el gol, generó un efecto de reanimación aún mayor en los donostiarras.

En el parón para hidratarse, Zidane aprovechó para cambiar a un James errático y a un Benzema reventado para dar entrada a Asensio y Mariano, pero lo cierto es que los últimos 15 minutos fueron un auténtico asedio por parte de la Real, y una tortura para el Madrid, que perdía un balón tras otro sin poder salir de una manera organizada. Carvajal, Kroos y Casemiro se multiplicaban en defensa para cortar pases, pero el equipo blanquiazul recuperaba y volvía otra vez al asalto. En el minuto 83, un centro desde la derecha encontró al otro lado a Carvajal saltando contra Willian José, y con Mikel Merino al lado. El balón tocado por el brasileño le cayó al centrocampista, que envió el balón a la red, y envió una llamada de esperanza a sus compañeros con el 1-2. De ahí al final, dos escapadas de madridistas, Mariano y Vinicius, que acabaron con el mismo final, nada, y un monólogo de ataque de la Real que el equipo verde consiguió desactivar no sin esfuerzo, incluyendo la entrada en el minuto 89 de Mendy y Modric por Marcelo y Valverde. Al final, 1-2 y respiramos todos aliviados.

Esta victoria del equipo blanco le devuelve el liderato, aunque esté empatado a puntos con el Barcelona, y esto le supone que la Liga se le pone a tiro, con las secuelas psicológicas que puede tener en los culés el cambio de acera de la presión: ahora es el Barcelona el que va obligado a ganar, sin poder saber lo que ha hecho su rival con antelación. El día que hacía falta ser muy machos, que diría @pepo2204, el Madrid lo fue lo suficiente, y vuelve a casa con los tres puntos y el liderato en el bolsillo, vislumbrando en el horizonte vengarse de uno de los pocos equipos capaces de ganarle en esta Liga, el Mallorca. El miércoles lo contaremos, esperamos que también con final feliz.

 

RESULTADO FINAL: REAL SOCIEDAD, 1 – REAL MADRID, 2.

 

GOLES:

0-1: 50′ Sergio Ramos, de penalti

0-2: 70′ Karim Benzema (asistencia: Valverde)

1-2: 83’ Merino.

 

REAL MADRID: Courtois; Carvajal, Varane, Ramos (Militao, m. 60), Marcelo (Mendy, m. 89); Casemiro, Kroos, Valverde (Modric, m.89); James (Asensio, m. 78), Benzema (Mariano, m.78) y Vinicius Jr.

 

ÁRBITRO: Estrada Fernández (Comité Catalán). Mostró tarjetas amarillas a Casemiro (m. 21) y Modric (m.93).


Imagenes: realmadrid.com