Un articulo de: @AngeluisAlba
La llegada de Florentino Pérez al Real Madrid en el año 2000 supuso el tránsito del Club a una modernidad de la que carecía y que era inexorablemente necesaria, se pasó del apunte manuscrito en un libro de contabilidad de Lorenzo Sanz al apunte informatizado y fiscalizado, a una política de márquetin y unos ingresos impensables gracias a una expansión económica a nivel mundial, gracias sobre todo al aprovechamiento de los “galácticos” que cedían la mitad de sus ingresos por publicidad entre otras cosas, podemos decir que Florentino Pérez saneo y salvó al Club de su desaparición debido a su elevadísima deuda, imposibilidad de endeudamiento y falta de ingresos necesarios para su mantenimiento, y que gracias a su intervención convirtió al Club en vanguardia de eficacia, imagen y sostenibilidad financiera.
En el plano deportivo, además, y teniendo como modelo al “Milanello”, creó la Ciudad Deportiva, joya de la corona de su proyecto, que tan buenos resultados ha dado desde su creación, pasando de unas de las instalaciones deportivas referencia a nivel mundial a un lúgubre pensión cerca de la calle Montera donde residían las promesas del Real Madrid.
Florentino Pérez, hombre brillante, con una ambición personal desmesurada, personaje poderoso que no dudó incluso en entrar en política a mediados de los setenta siempre tuvo como meta superar a Don Santiago Bernabéu, ha sido su modelo, y solo su superego faraónico le hace verse en la cúspide de esa pirámide que quiere crear que es el nuevo estadio Santiago Bernabéu, pero hay una diferencia, Don Santiago, fue jugador, después entrenador, más tarde directivo y por último, el mejor presidente de este Club, por tanto además, conocedor del Club y que entendía de futbol, él era quien fichaba y tenía la última palabra.
El actual presidente, desde su llegada ha presumido de ser una persona conocedora del fútbol y de jugadores, ha tenido una gestión económica envidiable y se ha metido en la parcela deportiva como un “elefante en una cacharrería”, en su primera etapa han pasado por el club entrenadores como Del Bosque, Luxemburgo o López Caro, entre otros, algunos que ni debutaron como Camacho, con un total de siete entrenadores en seis años. En su segunda etapa desde su retorno en el año 2006 y desde la marcha de Mourinho, el cual pudo acabar de mala manera un ciclo de tres años, han pasado entrenadores tan dispares como Ancelotti, Benítez o Lopetegui entre otros, hasta la llegada de Zinedine Zidane.
Tras el despido precipitado de Rafael Benítez, el público comenzó a mirar hacia el palco del Santiago Bernabéu y eso hizo que desde la presidencia se sintiera una incomodidad impropia de un personaje de ese calado social, ante dicha tesitura, el presidente hizo un movimiento arriesgado pero por otro lado lleno de intención, colocó en el banquillo y a media temporada al jugador con más prestigio y aprobación social con la que contaba, Zinedine Zidane, héroe de la final de Glasgow, uno de los mejores jugadores de la historia del Club y referente mundial, persona con mucho talante y ascendencia sobre los jugadores, el presidente encontró su “escudo perfecto”, prácticamente impenetrable, al menos por un tiempo.
Evidentemente nadie podía imaginar que una persona con tan poca experiencia en su tarea como entrenador, carecía incluso de título de entrenador homologado en España para ser primer entrenador, podía ganar en dos años y medio tres Champions League seguidas, hito histórico y casi imposible de igualar en años venideros.
Llevamos años, muchos años, principalmente desde la llegada del Señor Laporta como presidente del F.C Barcelona donde en compañía del Sr. Villar hemos sido masacrados de forma reiterada y alevosa por parte del colectivo arbitral, en unión del amancebamiento de la prensa deportiva de este país, como resultado tenemos que Florentino ha ganado en 17 años, 4 Ligas y 2 Copas del Rey, ganadas a sangre y fuego frente al revanchismo federativo.
Toda esta masacre a la que he aludido en párrafo anterior ha sido silenciada de forma inerme desde el propio Real Madrid, la única defensa ha provenido de personas como Emilio Butragueño al cual no se le recuerda en cincuenta y tantos años de vida palabra más mal sonante que un “mecachis” que se le escapó en una de esas noches de pesadilla que hemos sufrido de forma continuada en este despropósito intencionado arbitral.
Llegados a este punto, quiero analizar la debacle ocurrida ayer en el Estadio Villamarín, y que para mí supone un punto de inflexión, no hace falta ser un analista internacional para saber cuales son las carencias de este equipo, principalmente una evidente mala planificación de la plantilla en el fichaje de delanteros solventes con gol tras la marcha de Cristiano. Si hay alguna evidencia demostrable es que Marcelo es un exfutbolista que arrastra a todo el equipo a salvar sus carencias defensivas y además, que en el centro del campo este año los mejores partidos son con Casemiro y Valverde. Modric, Casemiro y Kroos, juntos son sinónimo de fracaso. Pues bien, ayer jugándote la Liga, haces justo lo contrario a lo que la lógica y la estadística te ha indicado todo el año, coloca a Marcelo de lateral en detrimento de Mendy y deja a Valverde en el banquillo.
Dice una ley física que cuando determinadas variantes las experimentas en un laboratorio y dan un resultado concreto, todas las veces que repitas ese experimento con esas variables te dará el mismo resultado, pues bien, Zidane está empeñado en cambiar las leyes físicas, desde su llegada al equipo se ha rodeado de una serie de jugadores que de manera incondicional lo defienden a muerte, da igual como estén física o mentalmente, esos jugadores juegan siempre, contra toda lógica y así ocurre, como en el experimento, perderemos una y otra vez, hemos empatado últimamente en casa con un Celta en descenso y perdido con Levante y Betis, es decir, hemos entregado la Liga nuevamente en bandeja a nuestro rival, como en años anteriores.
Florentino solo necesita un poco más de tiempo, queda poco para acabar su gran pirámide faraónica, mientras tanto, los aficionados, seguidores y socios nos avergonzamos de este equipo, que como ayer, no nos representa, de un Club que acaba de cumplir 118 años de historia inigualable y del que Zinedine Zidane se irá otra vez sin hacer esa renovación necesaria y que no se atreve a hacer, ya que más que jugadores son amigos a los que no puede defraudar, como ellos no lo hicieron con él.