Una crónica de: @elcarrildel2
El FC Barcelona se ha impuesto (83-63) al Real Madrid, en el partido correspondiente a la Jornada 15 de la Temporada Regular de la Liga ACB, disputado en el Palau Blaugrana de la Ciudad Condal.
Fue un triunfo de los locales sin excusas ni paliativos. El Madrid se presentó al partido ausente de ganas y de compromiso, todo lo contrario de los blaugranas, ansiosos por revertir las sensaciones de las dos derrotas cosechadas ante los nuestros hasta el día de hoy.
Ni siquiera Facundo Campazzo fue capaz de revertir el ritmo del encuentro. Con trote cansino y desaciertos continuos, pases perdidos y tiros fallados, el Madrid se vio con un 10-3 en contra, que se convirtió en un 18-5 a un minuto del fin del primer cuarto, al que se llegó con un tanteador de 22-5. La suerte estaba echada.
Pareció que Laso tardaba en reaccionar ante la incapacidad total de los suyos para hacer frente a un supermotivado FC Barcelona. Hizo acto de presencia en la cancha Usman Garuba, todo un síntoma de por donde iban los tiros. En el banco los titulares, en la pista los suplentes. Ni siquiera Carroll tuvo la suerte de anotar un par de esos triples tan suyos que despertase a sus compañeros.
Cierto es que fue equilibrándose el marcador, que no las fuerzas. Causeur volvió a ser el jugador de sus peores tardes, sin atreverse a tirar ni a penetrar, y sin acierto en defensa. Vivía el Madrid de las acciones individuales, con errores continuos en el tiro y falta de claridad ofensiva.
Los colegiados tampoco ayudaron lo más mínimo. Un concierto de pito, particularmente en lo referente a las faltas de ataque. En nada ayudan al espectáculo, y si a ese juego táctico, lento, pesado, aburrido que creíamos superado hace ya muchos años.
Imagen: @RMBaloncesto
Se llegaba al descanso con un resultado de 39-27, lo que daba alguna esperanza de remontada a los seguidores madridistas. Fue un espejismo. Ni una técnica a Pesic, ni una antideportiva a Mirotic lograron invertir el sino del encuentro. Tavares había desaparecido. Cuando volvió, fue masacrado a faltas en ataque por los colegiados. Aún así, se estrechó el marcador hasta un 41-34. Técnica a Laso, por protestar la señalización de una falta de día de los inocentes (y para compensar la pitada a Pesic, seamos claros).
Se hizo daño Deck en la rodilla en una caída. Lo aprovechó Mirotic para anotar de tres. Celebraría al final el triunfo de su equipo con aspavientos exagerados, en clarísimo detalle de perdedor, de jugador menor, por mucho que sea un baloncestista de máximo nivel.
Finalizaba el tercer periodo con un 62-45, que mantenía los 17 puntos de ventaja logrados por el FC Barcelona en el primer cuarto. Se mantenía la distancia en el último acto. Garuba vio su quinta falta personal, que lo llevó al banquillo. Con él se marchó la poca garra que le quedaba al Madrid.
Se dejaron llevar los nuestros los últimos minutos. Lo aprovechó el FC Barcelona para agrandar la distancia hasta los veinte puntos finales, 83-63. Laso, que no pudo cambiar la marcha del encuentro, manifestaba al final que era un partido más. Craso error el suyo. Contra el FC Barcelona nunca es un partido más. Por añadidura, los veinte puntos de diferencia nos ponen muy complicado revertir el average en el partido de vuelta, algo que también parecieron haber olvidado los nuestros.
No podemos hoy destacar más que a Usman Garuba, algo se merece Tompkins, quizás también Rudy y Randolph. Campazzo ha tenido un día nefasto, y tampoco Laprovittola ha encontrado el camino de la dirección debida.
Mal partido para terminar el año. Auténtico petardazo el dado por los nuestros. Con ese mal sabor nos vamos de 2019. Una pena.
Buenas noches a todos. HALA MADRID.