Una crónica de: Nilo Campo Santos
Antes de analizar el arbitraje de Antonio Miguel Mateu Lahoz, quiero justificar el por que de poner la imagen de las lagrimas de Vinicius. Creo que significan mucho, son las lagrimas de la liberación de tanta tensión acumulada y, estoy convencido, que le sirvieron para abrir las puertas y liberar el fútbol que lleva dentro.
El arbitraje de Mateu Lahoz fue el típico del buen colegiado valenciano. Pero me dejo algo desconcertado con la tarjeta mostrada a Militaò en el minuto 9. Al final saco la conclusión de que quiso advertirle de lo que pasa en el fútbol español, a la vez que se cuelga la medalla de ser el primer árbitro en amonestarlo en la Liga. Mi calificación es de arbitraje desconcertante.
Siguió el juego de cerca, sin interrumpirlo, dejando jugar, sin importarle en dejar de señalizar las típicas faltitas, ante un público que está más pendiente de silbar a sus propios jugadores (los silbidos a un niño de 19 años no tienen disculpa) que presionar al colegiado y a los jugadores rivales. Es un público a la imagen y semejanza del portavoz del Real Madrid.
En dos ocasiones se tuvo que ayudar del VAR, y las dos para rectificar o ratificar un gol. En la primera, minuto 58, rectificó su decisión de conceder el gol de Jovic, que era el 2-0 y el primero del delantero centro madridista con la camiseta blanca. Por el canto de un duro parece que tiene más adelantada la puntera de su borceguí izquierdo. Pero en estas ocasiones pienso que se debería de conceder el gol. Y lo pienso porque, si lo pensamos bien, esa diferencia puede estar en el golpeo del pase, según pares la imagen.
En la segunda ocasión, también fue para analizar la posición, de Rodrygo, cuando controla el balón. En esta ocasión determina que la posición, del joven delantero brasileño, era correcta y el gol subió al marcador.
Donde menos me gusto Mateu Lahoz fue en el apartado disciplinario, teniendo en cuenta que siempre tuvo el control del encuentro y que nadie le protesta y acepta sus decisiones, que siempre trata de justificarlas, ante el interesado, al que le da las explicaciones oportunas. Fueron amonestados: Militaò (9’, amarilla) y Nacho (56’, amarilla) por parte local. Por los visitantes: Lillo (40’, amarilla) y Chimy Ávila (79’, amarilla).
El arbitraje en números:
R. Madrid | Osasuna | |
Faltas | 13 | 13 |
Fuera de juego | 1 | 1 |
Saques de esquina | 7 | 5 |
Tarjetas amarillas | 2 | 2 |
Tarjetas rojas | 0 | 0 |
Intervenciones arbitrales:
Min. 9: Si bien llega tarde Militao y la falta parece aparatosa, no me parece que sea de amonestación. Veremos como continua el arbitraje de Mateu Lahoz. Ha puesto el listón muy bajo, muy barato.
Min. 16: Señala falta a Nacho, pero es Nacho el que hace falta. Error.
Min. 40: Si con Militao fue super rigoroso, ahora con Lillo fue la Madre Teresa de Calcuta. El VAR debió de avisar al colegiado. Intentando despejar por detrás, le da una patada en la rodilla a Nacho y le pudo haber producido una lesión gravísima. Ahí es lo que hay que interpretar y no la comedia de la 1ª jornada de la Liga.
Min. 56: Hay una falta sobre Kroos en el ataque y, al tratar de zafarse, golpea a su marcador. Mateu Lahoz no señala nada y manda seguir. Kroos pudo ser amonestado.
Min. 57: El que ve ahora la tarjeta amarilla es Nacho. Agarra y derriba a su par para parar la contra.
Min. 58: Gran pase de Lucas Vázquez, a la espalda de la defensa visitante, para Jovic que marca gol. El VAR analiza la posición de Jovic y determina que estaba en fuera de juego y anula su gol.
Min. 60: La entrada de Casimiro merecía la tarjeta amarilla. Mateu Lahoz entiende que no.
Min. 79: Chimy Ávila reclama una falta de Militao que, ni Mateu Lahoz ni el asistente entiende que sea. El juego sigue y Chimy golpea a Militao. El colegiado señala la falta y le muestra la tarjeta amarilla. Se ve que se toma la justicia por su mano y el color de la tarjeta tenía que haber sido el rojo.
Min. 86: Chimy Ávila vuelve a golpear a Militao. Si en la primera lo golpeó en la espalda, ahora fue en la garganta y desde su espalda. Como poco era tarjeta amarilla y, al ser la 2ª, expulsión, incluso roja directa. Mateu se la perdona tras dialogar con el jugador rojillo.
Y si comenzaba con la imagen de las lagrimas de Vinicius, quiero terminar con la imagen del otro goleador, Rodrygo. Ellos son el futuro del Real Madrid.