Una crónica de: @MiedoEscenico2
Se presentaba el Real Madrid en Villarreal para disputar el último partido de la jornada, con algo de viento a favor tras los empates de Sevilla y Barcelona. Zidane optó por alinear un equipo muy novedoso, con Lucas y Bale por las alas, y Jovic y Benzema formando pareja de ataque. El medio centro era para la pareja Casemiro-Kroos y en el lateral izquierdo debutaba Mendy con el equipo madridista en competición oficial.
El partido comenzó con el equipo blanco bien colocado en el campo, y buscando entrar por las alas, dado que el Villarreal cerraba bien la zona central, con una superpoblación notable de centrocampistas. Un par de centros de Lucas y Bale estuvieron cerca de ser rematados, pero no se llegaron a concretar en nada. En el minuto 14, Sergio Ramos perdió un balón inexplicablemente en una posición adelantada, dejando que se fuera Ekambi sin hacerle falta y éste remató a puerta, ante lo que Courtois despejaba con dificultad. El balón le llegó al otro lado a Gerard Moreno, y el meta belga, en vez de cubrir puerta, pasó de largo hacia su derecha, con lo que el delantero del Villarreal le batió por debajo con un remate raso y duro. Sólo faltaba allí Chiquito de la Calzada diciendo a Ramos y a Courtois “pero ¿qué hacéis? Sois unos torpedos de la pradera ¿te da cuen?” con ese tono que sólo podía decirlo don Gregorio.
El 1-0 tuvo un doble efecto: revitalizó la presión del Villarreal y sumió al Madrid en una espiral de juego lento, con un balón perdido tras otro, y Benzema desesperado, pidiendo al equipo que jugaran con más profundidad, algo que no llegaron a hacer apenas. El Villarreal tampoco llevaba especial peligro a la portería madridista, pero el problema en el equipo blanco era una deficiente circulación de balón, con más prisa que precisión y poca clarividencia. Sólo el esfuerzo de Casemiro, Kroos y Benzema en la vigilancia de las líneas de pase permitió al Real Madrid empezar a recuperar balones y generar algo de peligro en jugadas aisladas.
Así, una falta directa lanzada por Gareth Bale desde casi la línea del área salió rozando el larguero en el minuto 20, y un remate de Jovic tras una buena jugada del ataque blanco salió desviado a la izquierda en el minuto 25. Los esfuerzos por tomar el control del partido del equipo merengue empezaron a surtir efecto a partir del minuto 32, en que un centro con mucho efecto de Lucas Vázquez era rematado por Casemiro fuera tras una mala salida del portero Andrés Fernández.
A partir de ahí, un remate alto de Ramos, un contraataque conducido por Casemiro, Carvajal y Benzema fue rematado por Lucas al lateral de la red, y otras jugadas en que el Madrid llegaba al área del submarino amarillo, pero al llegar allí se le apagaban los faroles. Una jugada en que Benzema entraba como un misil desde el frente izquierdo acababa con un remate duro y raso que era repelido por el poste rival, pero el equipo madridista no cejaba en su intento, más bien torpe, de igualar el partido.
En el minuto de descuento que dio el árbitro, llegó la mejor jugada colectiva del equipo blanco en toda la primera parte. Lucas jugó desde la banda para Carvajal, y éste la metió a la frontal del área para Jovic. El serbio, con ese rostro impasible, calculando movimientos y posiciones tras su máscara de hielo, dio un fantástico taconazo que envió el balón exactamente al espacio que atacaba el lateral madridista, y Carvajal puso un pase de la muerte, que Gareth Bale, en la posición de ariete, empujó dulcemente a las mallas.
De esta forma, se llegaba al descanso con un empate merecido a méritos y deméritos de ambos equipos, en base a sus errores (muchos) y a sus escasos aciertos. Al Madrid le penalizaba la delgadez de su centro del campo y el nadar contracorriente, y al Villarreal le hacía pesado e impreciso la densidad del suyo, con sus extremos muy irregulares, salvo en apariciones a la espalada de los laterales madridistas. La segunda parte, tras unos primeros minutos algo caóticos de ambos equipos (el balón parecía que fuera uno de playa, nadie lo controlaba más allá de dos toques), el Madrid volvió a tomar cierto control, recuperando la posesión con cierta rapidez y tratando de llegar, con más voluntad que acierto, al área de Andrés Fernández.
Algunas jugadas por banda, con centros de Lucas y Carvajal, llegaban al área con peligro, pero los remates se iban desviados, cuando no había falta en el salto. Un remate lejano de Casemiro que salió alto en el minuto 55 y una doble oportunidad de Kroos, aprovechando primero una dejada de Benzema y luego su propio rechace en el 57, invitaban a pensar que estaba cerca el gol blanco. A la hora de juego, Benzema marcaba gol tras cazar un balón suelto en el área, pero el juez de línea señaló fuera de juego, que luego corroboró el VAR. En esos minutos, el técnico del Villarreal fue modificando la estructura del equipo castellonense, buscando más control sobre el juego, con la entrada de Ontiveros y más músculo en el centro del campo con Anguissa.
Por parte del Madrid, la entrada de Modric por Jovic, desaparecido en la segunda parte, compensó relativamente la superioridad que el medio campo del submarino amarillo comenzaba a ganar. El Madrid estaba abiertamente volcado hacia el campo del Villarreal, y Calleja decidió dar entrada a Bacca para intentar buscar su velocidad a la espalda de los centrales, mientras Zidane daba entrada a Vinicius en el lugar de Lucas Vázquez, quedándose el brasileño en la izquierda, y pasando Gareth Bale a la derecha.
Corría el minuto 74 y, en la jugada inmediatamente posterior a estos cambios, un centro desde la derecha quedaba muerto a los pies de Gerard Moreno, que lanzaba un disparo durísimo a portería. Courtois lo rechazaba con dificultades, y el balón iba a parar a la zona izquierda del ataque amarillo, desde donde Ontiveros la ponía en el centro del área pequeña y Moi Gómez se anticipaba a Varane para empujarla a la red del equipo madridista, cuya defensa había vuelto a sucumbir al ataque de pánico habitual desde hace un tiempo en este tipo de jugadas, con todos descolocados.
En el último cuarto de hora, con el 2-1 y los dos equipos cansados tras un partido muy extraño, asumieron el protagonismo dos de los participantes: por un lado, el colegiado Gil Manzano, del que hablará Nilo Campo en la crónica arbitral del partido, toleró las pérdidas de tiempo constantes del equipo amarillo, alejando los balones para retrasar saques, fingiendo lesiones, y tratando que no se jugara al fútbol, además de castigar con tarjeta amarilla a los jugadores blancos en algunas jugadas “grises” en que las faltas eran recíprocas (agarrones entre Mendy y Moi Gómez). Por otro lado, el galés Gareth Bale tiró diagonales a la espalda de la defensa del Villarreal, penetró con peligro por banda, bajó a recuperar balones y, en el minuto 86, recibió un pase de Modric escorado a la derecha, recortó hacia la izquierda buscando su mejor perfil un par de veces y, en el momento adecuado, apareció en su punto de mira un pequeño resquicio para lanzar un balón raso que entró pegado al palo de Andrés Fernández, estableciendo el 2-2.
En el tiempo restante, pasó de todo: Vinicius sufrió un claro penalti por parte del Albiol, que no se señaló, en el minuto 89. Casemiro veía la amarilla en el 90 tras una simulación teatral de Albiol, fingiendo haber recibido un plantillazo del brasileño que ni le tocó. El árbitro, a pesar de los seis cambios (solamente dos simultáneos), la parada para consultar al VAR y los numerosos parones del juego por parte de los jugadores del Villarreal, da solamente 4 minutos de descuento. Bale vio la amarilla en el minuto 92 por una falta en la banda, y otra amarilla por juego peligroso en el 93, con lo que los dos protagonistas del último cuarto de hora se encontraron al final.
El empate le sirve de poco al Real Madrid, que a pesar del esfuerzo ofensivo, paga caros los errores atrás, y su juego, irregular y en muchas ocasiones, lento, sólo tiene pequeños destellos positivos. Hacen falta mejoras en la precisión arriba y en la construcción en el centro del campo, pero, sobre todo, hace falta tomar decisiones en la zona defensiva: ni Varane, ni Courtois, ni, especialmente, Sergio Ramos, están al nivel requerido para jugar ahí con regularidad, y lo está pagando el equipo con puntos perdidos. El central sevillano debe estar todavía oyendo en su cabeza esa vocecilla llamándole “¡torpedo, que eres un torpedo!”, pero lo triste es que esta vez el torpedo no haya servido para hundir al submarino amarillo, sino para que haga aguas la nave madridista, que es lo último que necesitaba.
RESULTADO FINAL: VILLARREAL 2 REAL MADRID 2
1-0: 12′ Gerard Moreno
1-1: 45′ Gareth Bale (asistencia: Carvajal)
2-1: 74′ Moi Gómez
2-2: 86′ Gareth Bale.
REAL MADRID: Courtois; Carvajal, Varane, Ramos, Mendy; Lucas Vázquez (Vinicius Jr, 74), Casemiro, Kroos (Valverde, 83), Bale; Benzema y Jovic (Modrić, 68).
ÁRBITRO: Gil Manzano (Comité Extremeño).
Tarjetas amarillas a Mendy (m. 77), Casemiro (m.90) y dos a Bale, que supusieron su expulsión (m. 92 y 94).
Imagenes: realmadrid.com