Una crónica de: @MiedoEscenico2
“Of our elaborate plans, the end
Of everything that stands, the end
No safety or surprise, the end”
(The Doors – The End)
La primera noticia de esta funesta noche fue la alineación: Solari decidía insistir con la mayor parte de los jugadores que habían perdido ante el Barcelona los dos anteriores partidos. Formaban el once Courtois; Carvajal, Varane, Nacho (Ramos estaba sancionado), Reguilón; Casemiro, Kroos, Modric; Lucas, Benzema y Vinicius. Y extrañaba mucho que decidiera afrontar el partido en que se jugaba la continuidad en la única competición en que seguía vivo el equipo con un grupo de jugadores que venían de diez días con tres partidos, frente a un Ajax cuyo último partido había sido el 27 de febrero, hace ya una semana. Caían de la convocatoria Mariano, siempre un recurso útil si hacía falta apretar al final, e Isco, que era uno de los jugadores de la plantilla que mejor podía asegurar el control del juego, para romper la tendencia del Ajax a los partidos de ida y vuelta. Incomprensible.
En los primeros minutos de partido, el equipo blanco salió decidido a quebrar la presión del cuadro de Amsterdam a base de balones en largo. Benzema trataba de bajarlos y controlarlos, con suerte desigual, pero conseguía iniciar jugadas de manera puntual. Cuando corría el minuto 3, un centro medido de Lucas Vázquez era rematado con violencia por Varane al larguero del marco defendido por Onana. El Madrid iba tomando el control, hasta que llegó algo inesperado, poco después. Toni Kroos tardó en jugar el balón, y le fue robado por Tadic, que se adelantó, lo puso en el área, y Ziyech lo envió a la portería de Courtois, que no hizo nada por evitarlo. El 0-1 comenzó el runrún en el Bernabéu, y el cuadro madridista empezaba a entrar en la misma espiral que le condenó frente al Barcelona. Se lanzó con energía a buscar el empate, en vez de manejar el partido con paciencia, pero el Ajax fue desactivando las oportunidades que intentaba generar. Neres ganaba los duelos a Carvajal en el otro lado, algo que ocurrió casi siempre durante el partido, y la sensación de intercambio de golpes se intensificaba.
En el minuto 17, en una jugada en la que el Ajax volvió a entrar fácilmente por la zona de Kroos, Tadic se deshacía de Casemiro con una ruleta y ponía el balón para la entrada de David Neres, que volvía a mandar el balón a las mallas de la portería de un Courtois que no parecía estar en el partido. Con el 0-2 se encendieron las alarmas, el equipo madridista estaba fuera de la Champions, y volvió a iniciar los esfuerzos por intentar empatar la eliminatoria. El jugador del Real Madrid que mejor estaba desempeñándose, Lucas Vázquez (no es casual que fuera de los pocos que había descansado el sábado pasado), caía lesionado en el minuto 27. Tuvo que ser reemplazado por Gareth Bale, que fue recibido por el público con pitos de nuevo, en un ejercicio de estupidez. El partido siguió siendo de ida y vuelta, con el Ajax tratando de llegar en contragolpes eléctricos, mientras el juego del Madrid dependía de la capacidad de Benzema de bajar el balón, jugando de espaldas, y conectar con Luka Modric.
En un contraataque lanzado por el equipo blanco en el minuto 31, Vinicius consiguió llegar a la línea de fondo y rematar desviado, pero se quedó tendido fuera del campo. Sus lágrimas, cuando se comprobó que no podía seguir jugando, hicieron estremecer a toda la parroquia madridista, por lo que suponían para el partido, y por lo intensamente que se pudo comprobar que el chaval brasileño sentía no poder hacerlo. Entró Marco Asensio al campo en el minuto 34, y los diez minutos finales del primer tiempo fueron una demostración de que el Madrid no se rendía y seguía intentándolo, dominando el balón y creando oportunidades, de las que la más destacable fue un remate de Bale nuevamente al poste. Llegó el descanso con 0-2, y sólo un esfuerzo titánico del Real Madrid podía dar la vuelta a la situación en la segunda parte.
Y así pareció que quería hacer el equipo blanco de salida, con remates de Modric, Asensio y Benzema, que no llegaron a ser gol. Poco después, el Ajax comenzó a estirarse, y aunque el Madrid trataba de llegar al área holandesa, especialmente por el lado derecho, su dominio no obtenía resultados. El equipo holandés iba mejorando a la hora de hacer ataques cada vez más peligrosos, y al cuarto de hora de la segunda parte, llegó otra jugada determinante. Tras un balón salvado en la línea de banda por Mazraoui, el Ajax condujo el balón hacia su zona de ataque, hasta que Tadic recibió el balón de Van de Beek. El serbio controló en la frontal y largó un misil a la escuadra de la portería, ante el que, por primera vez, Courtois no pudo hacer verdaderamente nada. Entonces, entró el VAR: no quedaba claro si la pelota había salido por banda en la jugada que dio origen al gol, y durante unos minutos, interminables para todos, trataron de dilucidar si el balón había rebasado la línea por completo o no. El árbitro alemán Brych concedió el gol y, para el equipo madridista, la tarea se complicó hasta cotas casi imposibles con el 0-3. La especialidad de la casa, en otros tiempos.
Al poco de reanudarse el partido, y tras dos oportunidades previas de Bale y Carvajal, Marco Asensio remataba con su pierna izquierda un servicio de Reguilón a la frontal, ajustando el balón al palo de Onana, marcando el 1-3 y encendiendo la llama de la esperanza en el público, quedando aún veinte minutos. Pero, apenas dos minutos después, una falta lateral a favor del Ajax fue colocada en el palo contrario por Schöne, superando a un Courtois mal colocado, y que difícilmente puede permitir que esos balones por alto le superen. El 1-4, encajado tan pronto después del gol madridista, fue un auténtico jarro de agua fría. A partir de aquí, conviene detenerse un momento.
Teniendo que marcar tres goles, y con un cambio aún disponible, Solari no reaccionó. Ni en lo táctico, porque Bale estaba volcado al lado derecho o en el frente de ataque, cuando su mejor rendimiento al salir fue precisamente ubicado en el izquierdo, y con campo por delante; ni en lo estratégico, porque Kroos estaba realizando un partido absolutamente deficiente tanto en defensa como en ataque, y Casemiro había cortado con fortuna tantos balones como los había perdido, tímido e irreconocible. En vez de introducir a Marcelo, a Ceballos, o a cualquier otro que pudiera dar un plus de intensidad o de desequilibrio en ataque, el entrenador madridista se quedó quieto. Y parece incomprensible.
La parte final del partido vio a un Madrid intentándolo con cada vez menos fuerza, castigado por la carga física y anímica de partidos anteriores, y a un Ajax tranquilo, jugando el balón con inteligencia y administrando la ventaja. Los últimos minutos fueron un auténtico desmán. Se fue Casemiro en el minuto 86, y entró Valverde en su lugar, sin que quede muy claro el motivo, a esas alturas. Se lesionó Bale a los dos minutos, cayendo mal en un salto, y torciéndose el tobillo. Se autoexpulsó Nacho viendo dos tarjetas amarillas en apenas quince segundos, una por una entrada bastante fea y otra por protestar la decisión arbitral. Y el Madrid acabó el partido con 9 hombres sanos y uno cojeando. Fue The End, en muchos sentidos.
Tras ocho temporadas consecutivas clasificándose para semifinales de Champions League, el Madrid caía en octavos ante un equipo bisoño, pero con las ideas muy claras. Su dinastía europea tocaba a su fin, en un partido para olvidar. Solari firmaba su certificado de defunción como entrenador, ya sea en directo, o en diferido al final de la temporada. Su gestión de la semana más dura de la temporada, con visitas al Nou Camp, al Wanda y a Amsterdam había sido notable, pero la de esta última semana, con algunos futbolistas jugando cuatro partidos enteros en apenas diez días, es incomprensible. La sensación es la de que ha querido mantener sus ideas hasta el final, y se ha hundido con ellas, como le pasó a Lopetegui, insistiendo en algunos errores de manera pertinaz.
La plantilla puede haber estado mal configurada, responsabilidad evidente de la directiva, y echar de menos a un goleador como Cristiano Ronaldo, pero tampoco cabe engañarse: en esta semana trágica, algunos de los jugadores que habían sido enseña del Madrid en grandes momentos europeos y en España, han demostrado estar muy por debajo de su nivel. Carvajal, que ya en Amsterdam dio señales preocupantes, hoy ha jugado otro partido difícil de admitir para su nivel. Varane y Nacho han visto cómo les llegaban a rematar entre ellos una y otra vez. Courtois parece un portero top cuando tiene delante a un equipo de estilo defensivo, pero a día de hoy no ha ofrecido mejores prestaciones que Navas en años anteriores. Kroos ha estado ausente desde hace más de una semana, cuando más le necesitaba el equipo. Bale ha alternado momentos de conexión con otros de desaparición. En el partido de hoy, sólo se salvan la lucha incesante de Modric, absolutamente omnipresente, los destellos de Vinicius y la presencia ofensiva de Lucas en el tramo en que ha jugado. El resto del equipo ha estado muy por debajo de lo esperado, y lo ha pagado con la eliminación. Queda por ver si es también el fin en el Madrid para algunos de ellos, o para un ciclo histórico que no deberíamos dejar de agradecerles.
“Can you picture what will be…?”
(The Doors – The End)
Imagenes: realmadrid.com